Con la crisis hídrica como telón de fondo, Greenpeace y los regantes chocan en sus visiones sobre la reducción del regadío en España
Valencia Fruits. Redacción.
Según un estudio de Greenpeace, España deberá reducir casi un millón de hectáreas de cultivos de regadío para 2040 debido a la disminución de la disponibilidad de agua provocada por el cambio climático. La organización ecologista señala que, hasta 2022, el país contaba con casi cuatro millones de hectáreas de regadío, y anticipa una disminución en el agua disponible entre un 4,04 % y un 6,88 % de aquí a 2040, así como un aumento de sequías más intensas y frecuentes.
Ante esta propuesta, Juan Valero, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), considera la propuesta de Greenpeace “alarmista” y basada en “datos falsos”. Según Valero, el informe busca “asustar” a la población y carece de un estudio riguroso, presentando conclusiones “infundadas”.
“¿Para qué se va a eliminar hasta un 25 % del regadío en España si genera mano de obra y riqueza?”, se preguntó Valero, resaltando que, durante las sequías más severas, como la de 2016-2017, no hubo restricciones de consumo relacionadas con el regadío. Destacó que “los regantes son los primeros en quedarse sin agua” durante situaciones de sequía.
El informe de Greenpeace también subraya el aumento de los pozos ilegales y la necesidad de reducir el regadío intensivo, que consume el 80 % del agua disponible. Julio Barea, responsable de la campaña de Agua en Greenpeace, afirma que “la crisis del agua se soluciona cuando hay agua porque, cuando falte, será tarde”, defendiendo la importancia de gestionar la demanda de agua para que no afecte a los pequeños y medianos agricultores.
En el contexto actual, donde el nivel de agua en los embalses está al 47,92 % de su capacidad, las discrepancias entre Greenpeace y los regantes resaltan la necesidad urgente de un enfoque equilibrado para abordar la crisis hídrica en España. Mientras Greenpeace plantea una reducción del regadío de entre 650.000 y un millón de hectáreas, los regantes defienden que un enfoque alarmista puede desestabilizar un sector crucial para la economía española.
Ambas partes coinciden en la necesidad de una gestión adecuada del agua, pero difieren en las soluciones propuestas, lo que pone de manifiesto la complejidad del desafío que enfrenta el país en relación con el uso sostenible de sus recursos hídricos.