Entrevista al Presidente del Consejo Regulador de la IGP Cerezas de la Montaña de Alicante y consejero delegado de la Cooperativa Agrícola de Planes, Hilario Calabuig
Julia Luz. Redacción.
El cultivo de la cereza de la Montaña de Alicante se vuelve a enfrentar a una campaña complicada. Tras un invierno cálido y una floración desigual, la previsión de producción no supera la mitad de una cosecha normal. Hilario Calabuig añade, además, otros desafíos a los que se enfrentan los productores: campañas consecutivas poco rentables, abandono progresivo del cultivo y falta de relevo generacional, grave afección por el cambio climático y “la última estocada”, cambios en el sector agrario que comprometen la viabilidad futura de la cereza de la Montaña de Alicante.
Valencia Fruits. En año pasado la campaña se presentaba con buenas previsiones pero el resultado no fue el esperado. ¿Cómo concluyó?
Hilario Calabuig. En las previsiones del año pasado fui demasiado optimista. Fue una mala campaña. La floración fue buena, pero ya hubo problemas de cuaje en determinadas zonas y que, más tarde, la lluvia terminó de estropear con cracking y rotura de los frutos. En definitiva, las cerezas no resultaron comerciales.
VF. ¿Qué puede decirnos de la actual campaña?
HC. Este año ya contamos, de base, con una mala previsión. Como telón de fondo tenemos una sequía muy acentuada y, además, el invierno que hemos pasado, muy templado y con temperaturas fuera de lo normal, ha provocado que la floración sea muy desigual.
La cereza es un cultivo que necesita frío y un reposo invernal. Por ello, en las zonas más tempranas, es decir, en los cultivos que se encuentran entre los 250 y 700 metros de altitud, vamos a tener una falta de producción seguro. En las zonas de interior, a más de 700 metros y donde hace más frío, puede que tengamos una cosecha aceptable.
Aunque todavía es pronto para aventurarnos en una previsión de kilos concreta, calculamos que no superaremos el 50% de una cosecha normal, unos 2 millones de kilos.
VF. Después de varios ejercicios malos, ¿cómo evoluciona la superficie cultivada de cereza en la Montaña de Alicante?
HC. Se está produciendo un abandono progresivo. En algunas zonas más que en otras, pero generalmente los productores ya no optan por el cultivo de cereza. No tenemos datos concretos, pero hemos realizado una estimación en las cooperativas de la comarca del Comptat y de la Marina Alta y, en los últimos tres años, entre un 20 y un 25% de los productores han abandonado este cultivo.
A lo largo de los últimos años se han aunado una serie de factores que han provocado esta situación: campañas consecutivas con poca cosecha y poco rentables, la incidencia del cambio climático y ahora, el hándicap del seguro agrario, siendo la cereza uno de los frutos que más accidentes climáticos tiene por su delicadeza.
VF. ¿Las novedades del seguro agrario os han afectado de forma negativa?
HC. El seguro agrario ha subido las primas, ha incrementado las franquicias que quedan sin cobrar por el agricultor, y se ha pasado de peritar variedad por variedad, a hacerlo por el conjunto de la explotación, con lo cual, si hay daños en una variedad determinada, de las 5 que puede tener un agricultor, como no llega a cubrir la franquicia de la póliza, se queda sin cobrar, y entonces, es como tirar el dinero
Con esto, todos los cambios en el seguro agrario están amenazando la viabilidad de las explotaciones. Por desgracia, la cereza es un cultivo con bastantes accidentes climáticos y, si no tenemos un buen seguro agrario, las explotaciones se quedan cojas.
Además, hemos detectado pólizas que, si hay un siniestro total en la explotación de cerezas, el cobro de la indemnización por este siniestro es menor que el coste de la póliza, es decir, si puedes llegar a cobrar de indemnización 1.000 euros, la póliza cuesta 1.100, más que el valor indemnizable. Nadie hace una póliza que le cuesta más que la indemnización que va a cobrar.
VF. ¿Qué otros factores condicionan esta campaña en particular y el cultivo de la cereza en general?
HC. Por un lado, la mano de obra. Lleva años siendo un problema porque ya nadie quiere trabajar en el campo y nos nutrimos de inmigrantes, que no siempre es fácil contratarlos. No obstante, en estas últimas campañas, al haber poca producción, no hemos sufrido mucho esta dificultad. El incremento de costes sí que nos afecta. Sube el precio de los abonados, de los insumos, del seguro… esto da como resultado una falta de rentabilidad del cultivo y, por consiguiente, abandono y falta de relevo generacional.
VF. Cosecha corta… ¿buenos precios?
HC. Tenemos esa previsión, pero yo siempre digo lo mismo: cuando hay pocos kilos, por muy alto que esté el precio, los números no suelen salir. Si yo multiplico 1.000 kilos a 3 euros, son 3.000 euros; si multiplico 100 por 6, son 600 euros. No salen los números aunque el precio se duplique. Entonces, para el agricultor no es bueno porque hay pocos kilos para multiplicar y para el consumidor tampoco porque le llega a un precio excesivo.
VF. ¿Cuál es el destino de la cereza de la Montaña de Alicante? ¿Dónde es más apreciada?
HC. La cereza de la Montaña de Alicante tiene como principal destino el levante español, y sobre todo si hay poca cosecha. Es una fruta de proximidad, muy apreciada por los consumidores, que llega a ellos el día siguiente de haberse recolectado y, por lo tanto, la pérdida de calidad en la fruta es mínima.
Es cierto que siempre está bien explorar nuevos destinos, pero con poca producción, ¿para qué arriesgarse exportándola?
VF. Desde la IGP, ¿realizan campañas de promoción para dar a conocer la cereza de la Montaña de Alicante?
HC. Llevamos un par de años haciendo el corte de la cereza así como cuñas de radio o publicaciones en redes sociales para que haya repercusión de que la campaña de cereza de la Montaña de Alicante ya ha empezado. No obstante, cuando hay poca cosecha realizamos una promoción más comedida para no descolocar al consumidor.
VF. ¿Cómo ve el futuro del cultivo de la cereza de la Montaña de Alicante?
HC. No muy claro. Estamos notando muchísimo la afección del cambio climático porque es un cultivo que necesita unas condiciones climáticas muy específicas, faltan agricultores profesionales, no hay relevo generacional… y nos faltaba la última estacada del seguro agrario. Cualquier cosa que no es rentable no tiene buen futuro, y eso es lo que está pasando con la cereza de la Montaña de Alicante.
VF. En este sentido, ¿qué reivindicáis?
HC. Reivindicamos a las administraciones y a Agroseguro que se pongan las pilas en el seguro agrario, porque sin seguro el cultivo es muy complicado, y que ayuden a los agricultores de la Montaña de Alicante, que tenemos unas condiciones difíciles de trabajo y de rentabilidad, para que se mantengan los campos cultivados. Porque son ellos, los productores, los que luchan contra los incendios, los que preservan el paisaje y el medioambiente, y los que aseguran la supervivencia de los pueblos de esta zona y mantienen viva la Montaña.
Acceso a la entrevista en la página 7 del dossier de cereza en el ejemplar de Valencia Fruits.
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