Ignacio García Magarzo (ASEDAS): “Hay que huir de mensajes simplistas y de relatos emocionales que confunden al consumidor y perjudican la imagen del sector agroalimentario”

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Entrevista al Director general ASEDAS, Ignacio García Magarzo

En opinión de Ignacio García, el conjunto del sector debe hacer un mayor esfuerzo para “explicar al consumidor cómo es la formación de precios en la cadena y el valor que añaden todos los eslabones que participan en ella”. / ASEDAS

Raquel Fuertes. Redacción.

En unos tiempos en los que captar y retener a los consumidores en cada vez más complejo, la sección de frutas y verduras de los supermercados “es uno de los elementos en los que las enseñas se juegan la fidelidad del consumidor”. Con ese papel protagonista como punto de partida, huyendo de la desinformación y la infoxicación, y con la configuración de precios y la procedencia de fondo, García Magarzo analiza las claves con las que se mueve la oferta de frescos destacando que “el interés de las empresas de distribución alimentaria es contar con un sector productor estructuralmente fuerte”.

Valencia Fruits. Otro año complejo en el sector de la distribución, ¿qué tipo de acciones están tomando los asociados para intentar paliar el efecto de la escalada de precios?

Ignacio García Magarzo. El propio modelo de distribución alimentaria que tenemos en España, caracterizado por la competitividad y la capacidad de elección que tiene el consumidor, ejerce un efecto de contención de precios. Debido a esto, la distribución ha cumplido con un papel de “dique de contención” en esta crisis de costes, subiendo los precios lo más tarde y lo menos posible, hasta donde ha permitido garantizar que las empresas sigan siendo sostenibles, tanto ellas mismas como sus proveedores. 

“La distribución ha ejercido de ‘dique de contención’ en la crisis de costes, subiendo los precios lo más tarde y lo menos posible”

Durante el año 2023, las empresas han continuado con planes de reducción de costes, estabilidad financiera y propuestas a los consumidores que están ayudando a la recuperación de márgenes, aunque todavía continúan por debajo del periodo anterior a la inflación.

VF. Después de décadas con precios en alimentación muy estables en los que la cesta de la compra perdía peso en el presupuesto familiar, la alimentación pasa a ser una de las partidas esenciales en los hogares, ¿puede verse como una oportunidad para llevar una dieta más consciente y saludable? ¿Cómo pueden colaborar los supermercados en hacer ver esta amenaza como una oportunidad?

IGM. La eficiencia de toda la cadena agroalimentaria ha contribuido, efectivamente, a mantener una gran estabilidad en los precios de la alimentación. Incluso en la reciente crisis inflacionista, los precios de la alimentación en España ha estado todo el tiempo por debajo de la media de la Unión Europea. Aún así, el esfuerzo de las familias ha sido importante, como muestran las caídas en volumen de compra que se han registrado, especialmente en el año 2022. A la hora de analizar el dato de la renta, habría que tener en cuenta lo que las familias dedican a otros bienes de primera necesidad, como la vivienda o la energía, subidas de las que los consumidores no se pueden defender. Sin embargo, en la alimentación —gracias al esfuerzo de toda la cadena y a la estructura de la distribución en España— sabemos que se puede rebajar el presupuesto en comida y seguir teniendo una alimentación variada y saludable. De hecho, si estudiamos las estrategias de ahorro, observamos que el consumidor ha buscado productos sustitutivos más económicos que responden igualmente a sus necesidades nutricionales.

VF. ¿Cómo creen que pueden actuar para que el consumidor sea consciente de la parte del precio realmente imputable al supermercado y que la distribución deje de ser señalada como la única responsable de la multiplicación del precio del campo a la mesa? ¿Qué estrategias de comunicación están trabajando en ese sentido?

IGM. Desde la distribución alimentaria debemos hacer un esfuerzo mayor para explicar al consumidor cómo es la formación de precios en la cadena y el valor que añaden todos los eslabones que participan en ella: desde el productor hasta el consumidor. Todo ello contribuye a que el consumidor en España disfrute de una alimentación rica, variada y con altísimos niveles de seguridad y, como es normal, influye en el precio de los alimentos. 

Desde ASEDAS intentamos responder a esta obligación con los medios de comunicación y seguimos trabajando para intentar explicar de una manera simple y gráfica lo que es una cuestión muy compleja de economía agraria. 

“Tenemos un sector productor fuerte y eficiente, que debemos poner en valor desde la responsabilidad y la visión de cadena”

En todo caso, es muy necesario hacer un llamamiento a la totalidad de la cadena agroalimentaria para huir de mensajes simplistas y de relatos emocionales que confunden al consumidor y perjudican la imagen del conjunto del sector agroalimentario. Lo cierto es que, en líneas generales, tenemos un sector productor fuerte y eficiente, que debemos poner en valor desde la responsabilidad y la visión de cadena.

“Las curvas de precios siguen una constante coherente entre los precios en origen y los precios en destino”

VF. En sentido opuesto, las estrategias de ofertas agresivas en productos frescos vienen siendo denunciadas por los productores año tras año, ¿cómo afectan al agricultor realmente estos precios finales tan bajos?

IGM. Si hacemos un análisis de los estudios publicados en el Observatorio de Cadena del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, veremos que las curvas de precios siguen una constante coherente entre los precios en origen y los precios en destino. Esto significa que el precio en origen —que es muy variable por circunstancias propias de la producción agraria relacionadas con el clima, con una mayor o menor cosecha, etc.-—cambia de una temporada a otra y eso se refleja en el precio final. Lo estamos viendo de una manera muy clara en el caso del aceite de oliva. Por lo tanto, no estamos ante una cuestión de ofertas en el precio final, sino de volatilidad de precios en el sector agrario, que es lo que se debería corregir. Por otra parte, tenemos una Ley de la Cadena que obliga a pagar al productor por encima de sus costes. Y ello queda reflejado en los contratos que se firman entre las partes. 

El interés de las empresas de distribución alimentaria es contar con un sector productor estructuralmente fuerte, con capacidad para garantizar el suministro de una manera estable y en las condiciones de calidad, seguridad y precios competitivos que demanda el consumidor. En los últimos años hemos avanzado mucho en este aspecto y esperamos seguir haciéndolo lejos de ruidos que no representan la realidad de las relaciones entre productores y distribuidores.

VF. Centrándonos en la cesta de la compra, con la actual coyuntura, ¿qué cambios de tendencia están observando? ¿Cómo se han visto afectadas las frutas y hortalizas?

IGM. Los datos que se difundieron en el último congreso AECOC de 2023 apuntan a una amortiguación del descenso del consumo de frutas y hortalizas, que cayó un 3,6% frente al 4,3% del año anterior. Se trata de una tendencia sostenida en el tiempo que, más que con los precios, tiene que ver con los hábitos de consumo. 

En todo caso, según el estudio de AECOC Shopperview, a la hora de elegir en esta categoría, el consumidor prioriza los productos de temporada (58%), valora el aspecto y el olor (48%) y, por último, se fija en el precio (39%). La importancia de las frutas y verduras en el supermercado es crucial porque es uno de los elementos en los que las enseñas se juegan la fidelidad del consumidor, por lo que se trata de una categoría importantísima para nosotros.

VF. Más allá de la inflación, este año también se enfrentan al reto de la evolución legislativa en materia de envases, algo que está afectando sobre todo al producto fresco, ¿en qué línea están trabajando? ¿Cómo están colaborando con los fabricantes de envases o con las propias marcas?

IGM. En España nos enfrentamos el doble reto de la aplicación simultánea del Reglamento Europeo de Envases y del Real Decreto español. Es algo que está provocando mucha tensión en el conjunto de la cadena agroalimentaria, tanto en el caso de los productos frescos como de los envasados, por las complejas obligaciones que establece España en cuanto a envases retornables que pueden tener un gran impacto en nuestro modelo de distribución alimentaria que no tienen en cuenta el calendario europeo. 

Sabemos que estamos todavía esperando las excepciones a la obligación de eliminar los envases de plástico en productos de menos de un kilo y medio que recoge el Real Decreto. Debemos tener en cuenta que el envase cumple una función de protección del producto y de seguridad alimentaria que es irrenunciable. Y esta norma, en concreto, puede afectar a las exportaciones de nuestro sector productor, afectando a la unidad de mercado. 

“Hay que evitar que la legislación española (en envases) perjudique la competitividad de la cadena, adelantándose a la europea sin justificación medioambiental”

Por otra parte, y con carácter general, lo que estamos pidiendo son análisis de ciclo de vida que tengan en cuenta cuál es, realmente, la mejor opción medioambiental y priorizar la viabilidad técnica para garantizar la funcionalidad óptima de los envases. Hay que evitar que la legislación española perjudique la competitividad de la cadena, adelantándose a la europea sin justificación medioambiental.

VF. ¿Cómo influye el tamaño cada vez más reducido de los hogares en las fórmulas de presentación del producto fresco?

IGM. La cuestión demográfica es crucial para el desarrollo futuro de nuestros supermercados, de la industria alimentaria y de la producción agraria. Los hogares más frecuentes en España son los formados por dos personas, seguidos por los unipersonales, por lo que la oferta de productos adaptados a las necesidades de estos hogares es muy importante, entre otras cosas, para luchar contra el desperdicio alimentario. En la presentación del producto fresco, la venta en libre servicio es una buena opción, pero no la única sobre todo cuando pensamos en la IV y V gama o en productos frágiles, como los frutos rojos. 

“En los supermercados españoles entre el 80 y el 90% de los productos agrícolas es de procedencia nacional”

VF. Otro tema que ocupa titulares periódicamente es la venta en supermercados de productos hortofrutícolas de países terceros, ¿el consumidor, en su día a día, busca el origen nacional o la realidad es que compra frutas y hortalizas mirando más la etiqueta de precio que la de procedencia?

IGM. En los supermercados españoles entre el 80 y el 90% de los productos agrícolas es de procedencia nacional. Se responde así a una demanda del consumidor, pero también a una cuestión de eficiencia logística y de responsabilidad y confianza en el productor. Los productos de países terceros que se pueden encontrar en los lineales de España responden a una cuestión de estacionalidad (cuando en el hemisferio norte termina la temporada de producción de ciertos productos, hay que acudir al hemisferio sur para aprovisionarse, por ejemplo, de cítricos o de melones) o porque la producción nacional no alcanza a responder a la demanda (por ejemplo, en el caso de la patata). 

VF. ¿Cómo pueden trabajar los productores españoles, teniendo en cuenta que las dificultades coyunturales se están alargando en el tiempo, para convertirse en la opción indiscutible para los consumidores y, por tanto, para los supermercados?

IGM. Como comentaba anteriormente, la distribución necesita de un sector productor fuerte con capacidad para proveer frutas y hortalizas en cantidades suficientes, con los parámetros de calidad que demanda el consumidor y a precios competitivos. La industria agraria en España, de manera general, cumple con estos requisitos y ha sabido adaptarse de manera extraordinaria a los cambios de la demanda interna y externa. No se entendería de otro modo que más del 80% de la producción de algunas zonas líderes de España en frutas y hortalizas se dedique a la exportación. Ahora mismo, el mayor reto que tiene por delante es hacer frente al cambio climático. Me consta que se está haciendo un gran esfuerzo en la adaptación tecnológica de las explotaciones y en la investigación de variedades que soporten mejor la escasez de agua y a las altas temperaturas. 

VF. Con toda la información que manejan, ¿hacia dónde cree que va a evolucionar el consumo de los productos del campo en España?

IGM. Las frutas y verduras responden a una de las grandes tendencias de consumo ahora que es el interés por la alimentación saludable. Asimismo, a través cambios en la presentación de algunos productos y de la IV y V gama se está sabiendo responder a otras de esas tendencias, la de alimentos fáciles de consumir y rápidos de preparar. Además, como elementos imprescindibles de la dieta mediterránea, estas categorías deberían tener un gran futuro. Lo que debemos hacer es entender las necesidades del consumidor, que cambian con rapidez, y ser ágiles para responder a ellas de la mejor manera. 

Acceso a la entrevista en las páginas 8-9 del dossier Grandes Superficies en el ejemplar de Valencia Fruits. 

Acceso íntegro al último ejemplar de Valencia Fruits.