Javier Bernabeu (Sakata Seed Ibérica): “Queda mucho por hacer; lo que viene es lo mejor”

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Entrevista a Javier Bernabeu, fundador y exdirector gerente de la filial de Sakata en España y Portugal y a Francisco Morales que toma su relevo

Javier Bernabeu se retira de la gerencia de Sakata Seed Ibérica tras 30 años en la empresa y recoge el testigo Francisco Morales. / SAKATA

Óscar Orzanco. Valencia.

Tras 41 años de trayectoria profesional en el sector de la mejora vegetal, 30 de ellos en Sakata Seed Ibérica, Javier Bernabeu, fundador y director gerente de la filial de esta compañía japonesa en España y Portugal, se retira y da el relevo a Francisco Morales. Bernabéu ha logrado elevar a la filial de Sakata a cotas inimaginables en sus comienzos en 1995, situándola entre las primeras empresas del ranking español en comercialización de variedades hortícolas. Deja una compañía asentada, con un equipo capaz de desarrollar la empresa de manera permanente, con profesionales de buen nivel, y con mucho interés, pasión, y ganas por trabajar en el sector de la semilla. Se retira satisfecho con el trabajo realizado, pero con la sensación de que quedan muchas cosas por hacer en un contexto complicado que plantea desafíos apasionantes.

Valencia Fruits. Su actividad profesional ha estado estrechamente ligada al sector hortícola, y más concretamente a la mejora vegetal. ¿Cómo se fraguó su duradera relación con este sector?

Javier Bernabeu. El origen de esta relación es anterior al inicio de mi etapa en Sakata Seed Ibérica. Empecé a trabajar en el sector de las semillas en el año 1984, cuando contacté con Nunhems, una firma que en aquellos momentos estaba iniciando su singladura en España, y buscaban agrónomos para poner en marcha la actividad de la empresa holandesa en esta zona. Me incorporé como responsable comercial. 

Había acabado la carrera de agrónomo un año antes y hasta ese momento estuve trabajando en una empresa de producción agrícola, y mi conexión con el mundo de las semillas había sido muy escasa hasta ese momento.

Durante los once años que trabajé en Nunhems me centré, sobre todo, en la parte de industria, ya que tenían mucho producto dirigido a este segmento, como espinacas, judías, guisantes o habas.

VF. ¿Cómo se gestó la idea de crear una filial de Sakata en España?

JB. Este proyecto surgió, evidentemente, porque el mercado español de semillas hortícolas estaba creciendo de forma importante, sobre todo gracias al desarrollo de Almería.

Sakata se había establecido en Holanda en torno al año 1992 con el objetivo de introducirse en Europa, y consideró que España era un mercado interesante, sobre todo para un producto muy emblemático para la firma como el brócoli. Con ese objetivo comencé a trabajar en la compañía en 1995 como agente comercial, hasta la creación de la empresa en junio de 1996.

VF. ¿Qué cotas ha alcanzado Sakata Seed Ibérica durante estos 30 años?

JB. Hemos ido creciendo de forma constante desde unos comienzos en los que sólo teníamos brócoli y algunos otros productos que se estaban comercializando desde antiguo, porque Sakata ya era conocida con determinadas variedades de col, coliflor, brócoli, sandía, y algunos productos más. En estos años, se ha ido evolucionando desde casi cero hasta ocupar una posición destacada en este sector. 

“Indudablemente, el brócoli es el producto que nos ha proporcionado el reconocimiento que tenemos en el mercado. De forma clara, ha sido el producto estrella de la empresa desde sus comienzos”

VF. En este crecimiento, ¿hay algún producto hortícola que destaque de forma especial?

JB. Indudablemente, el brócoli es el producto que nos ha dado el reconocimiento que tenemos en el mercado. Y hoy en día, gracias a una apuesta por la diversificación y por la introducción y el desarrollo de hortícolas en cultivo protegido, las variedades para Almería están empezando a crecer de manera muy destacada. Pero el brócoli, de forma clara, ha sido el producto estrella de la empresa desde sus comienzos.

“He tratado de crear un equipo que pudiera hacer crecer y desarrollar la empresa de manera permanente, con profesionales de buen nivel, pero sobre todo con mucho interés, pasión, y ganas por trabajar en este sector”

VF. ¿Qué valores ha tratado de implantar durante su trayectoria en Sakata? 

JB. Fundamentalmente, he tratado de implantar dos ideas. En primer lugar, crear un equipo que pudiera hacer crecer y desarrollar la empresa de manera permanente, con profesionales de buen nivel, pero sobre todo con mucho interés, pasión, y ganas por trabajar en el sector de la semilla.

Y el segundo concepto es hacer crecer los productos. No simplemente competir por una cuota de mercado, sino que el producto creciera añadiendo valor a esas variedades de un determinado cultivo. Es decir, que con nuestra presencia el mercado fuese mayor. De ahí nuestra apuesta por promocionar las variedades y los cultivos para aportar valor a los productos hortícolas.

VF. Además de por su actividad profesional en Sakata, también se le reconoce por su interés por dar visibilidad al sector y por promocionar el consumo de frutas y hortalizas. ¿Considera que esto es importante en general para todo el sector?

JB. Este es uno de los pilares que he intentado desarrollar a través de mi actividad en Sakata. Desde mi punto de vista, en general, los productos hortícolas están muy poco expuestos a los consumidores, apenas se habla de ellos.

Se tiene la idea de que, como son productos que hay que consumir, puesto que hay que comer todos los días, los clientes ya vendrán a comprarlos. Y esto es un error. De hecho, está creciendo el consumo precisamente de los productos más artificiales, sobre todo los procesados, en detrimento de productos vegetales más naturales. Y esta tendencia se debe a la ausencia de acciones de promoción para que el consumidor los conozca y entienda que son esenciales en la alimentación. Y en esta línea hemos trabajado y apostado en todos estos años.

Más allá de que sea positivo para el conjunto del sector hortofrutícola, esta falta de visibilidad la veo como un déficit para la sociedad. El problema es que si no se come mejor, de forma más saludable, la sociedad ‘enferma’. Es menos saludable una población que se alimenta de productos procesados, que una que se nutre con productos vegetales naturales.

“Considero que mi principal aportación al sector ha sido transmitir la idea de que se necesita promocionar, se necesita realizar una mayor divulgación de las propiedades y características de los productos vegetales”

VF. ¿Cuál considera que ha sido su principal aportación al sector?

JB. Transmitir la idea de que se necesita promocionar, se necesita una mayor divulgación de las propiedades y características de los productos vegetales, me parece un mensaje y una aportación importante.

VF. Tras 41 años de trayectoria profesional, ¿Le ha quedado algo por hacer o algún proyecto inacabado?

JB. Está casi todo por hacer y lo más interesante es que lo que lo que viene por delante es lo mejor. En primer lugar, porque nos enfrentamos a una situación que ya está siendo muy complicada, y lo será más en un futuro inmediato, y me refiero concretamente a los efectos del cambio climático. Pero las alternativas y las soluciones que ofrece la mejora vegetal se encuentran a nuestro alcance, si sabemos orientar las cosas adecuadamente desde el punto de vista de la regulación y las cuestiones legales. El futuro que nos presenta la edición genética, por ejemplo, es impresionante y, si lo sabemos utilizar, hay grandes cosas por descubrir.

VF. Tras su jubilación, ¿seguirá vinculado al sector? 

JB. Mientras pueda y me dejen, sí. Pero de una forma diferente, porque cuando uno se jubila, se jubila. 

“El sector ha cambiado totalmente en 30 años, y quizás lo más destacado sea la incorporación de las nuevas técnicas de edición genética, que en Europa lamentablemente no se ha producido, pero sí que se está realizando en otros países. Unas técnicas que permiten acelerar el proceso de mejora genética”

Un sector en continua evolución 

VF. Tomando como referencia estos últimos 30 años, ¿cuáles han sido los grandes avances en el segmento de las semillas durante este periodo de tiempo?

JB. El sector ha cambiado totalmente, y quizás lo más destacado sea la incorporación de las nuevas técnicas de edición genética, que en Europa lamentablemente no se ha producido, pero sí que se está realizando en otros países. Unas técnicas que permiten acelerar el proceso de mejora genética.

FM. En relación a la productividad y sostenibilidad, un aspecto que se está confirmando es que los cultivos protegidos, al desarrollarse en un entorno más controlado, son más eficientes en consumo energético, agua y recursos naturales que las producciones al aire libre. Con lo cual, todas las empresas obtentoras estamos investigando en una zona muy particular del sudeste español, en Almería y Murcia, para que las variedades estén lo mejor adaptadas a esas condiciones y sean más productivas.

VF. ¿Qué requiere una variedad para salir finalmente al mercado?

FM. Tenemos que ofrecerle al agricultor una solución que le permita producir y ser rentable. Y si me apuras, yo pondría una clasificación en la que la producción tiene que ser el factor número uno. En segundo lugar, que esa producción sea comercializable, y no se trata de producir mucho, sino de hacerlo con la suficiente calidad para que la cosecha pueda ser vendida. Y por último, la incorporación de resistencias a las variedades, siempre y cuando no sea una condición indispensable. Es decir, actualmente, ante el virus rugoso del tomate esa resistencia pasa a ser el primer factor porque es necesaria e imprescindible.

JB. A todo esto, sólo añadir que es también muy importante que la variedad cumpla las exigencias del consumidor final. El producto tiene que acabar en el mercado, y si le satisface, le gusta, va a crecer de manera clara. De lo contrario, todo son problemas. 

Nuevas técnicas de edición genómica

VF. De la conversación se desprende que sería importante que la Unión Europea diese el visto bueno y regulase la utilización de las nuevas técnicas de edición genómica. ¿Qué campos se abrirían para el sector de la mejora vegetal?

FM. Se abrirían muchos campos y uno de los principales es mejorar las resistencias. Se podría avanzar más rápido en la búsqueda de la fuente de resistencia y se podría introducir esa resistencia en la línea genética que forman los híbridos. Estamos viendo que cada vez las temperaturas son más altas, llueve menos, y las humedades son más bajas. Las nuevas técnicas de edición genómica permitirán que podamos desarrollar plantas más adaptadas a esas nuevas condiciones.

Tampoco hay que olvidar el tema nutricional y el consumo. El consumidor come por los ojos y, por lo tanto, el producto debe ser atractivo visualmente. En este sentido, podremos desarrollar variedades con mejores colores o sabores más atractivos, pero también con más valor nutricional. Y todo esto se puede lograr a través de la edición genética de forma mucho más rápida.

Al final, la mejora vegetal posibilita hacer en un corto espacio de tiempo y de forma dirigida, lo que la naturaleza haría en miles de años. Eso es lo que nosotros básicamente estamos haciendo. Y con las nuevas técnicas de edición genómica podríamos ir más rápido todavía y trabajar de forma más dirigida hacia los objetivos y necesidades del sector.

“Actualmente, una media de diez años es un periodo razonable para introducir una nueva variedad en el mercado. Con las nuevas técnicas de edición genómica los plazos se pueden acortar mucho. Estaríamos hablando de periodos de dos o tres años y podríamos trabajar de forma más dirigida hacia las necesidades del sector”

VF. ¿Cuánto tiempo tarda ahora de media una variedad en salir al mercado? ¿Cuánto podría tardar con estas nuevas técnicas de edición genómica?

FM. Actualmente, una media de diez años es un periodo razonable para la introducción de una nueva variedad en el mercado. Con las nuevas técnicas de edición genómica los plazos se pueden acortar muchísimo. Estaríamos hablando de periodos de dos o tres años y nos podríamos centrar mucho más en lo que estemos interesados, como resistencias a determinadas plagas o virus, alta salinidad, altas temperaturas y otros muchos problemas.

VF. Hablando de periodos de diez años para lanzar una variedad al mercado, ¿cómo planifican sus investigaciones? ¿Cómo saben lo que puede necesitar el sector y los gustos de los consumidores en un plazo temporal tan largo?

JB. Uno de los aspectos fundamentales de la mejora vegetal es, precisamente, el análisis de mercado o la prospectiva. Es decir, realizar análisis de tendencias, saber cómo van a ir evolucionando los gustos de la población, y al final todos los mejoradores ocupan una buena parte de su tiempo tratando de descifrar esas incógnitas. 

FM. Los procesos son largos y es muy importante la colaboración de los distintos equipos. Somos un sector que reinvertimos muchísimo en I+D, pero también contamos con profesionales que se encargan de realizar ensayos, equipos de desarrollo que se alimentan del mercado y le van transmitiendo a los equipos de mejoradores hacia dónde puede evolucionar. Evidentemente, es complicado saber dónde vamos a estar dentro de 10 años, pero es cierto que cuanto más cerca estemos del mercado, y exista una buena colaboración entre estos equipos, se minimiza la posibilidad de equivocación en un proceso tan largo.

VF. ¿Consideran fundadas las reticencias y los miedos que existen en la Unión Europea a la hora de introducir las nuevas técnicas genómicas?

FM. Yo creo que en este tema deberíamos de manejarnos en términos científicos y menos en términos políticos o sociales. La ciencia es la primera que tiene que hablar. Si la sociedad ha avanzado tanto en los últimos años es gracias a la ciencia. Y eso es algo que no deberíamos de cuestionar nunca. En el momento que empezamos a cuestionar la ciencia, entramos en otras discusiones que tienen que ver con intereses políticos y sociales.

Me gustaría decir que lo que no puede dejar de ser Europa es competitiva, y ahora mismo sabemos que otras regiones del mundo están utilizando esa tecnología y nuestros agricultores pueden llegar en algún momento a ser poco competitivos; y tampoco podremos, incluso, garantizar la seguridad alimentaria. En este tema se da una situación curiosa. En Europa no podemos utilizar la tecnología, pero después compramos productos a otras regiones que la están utilizando para alimentarnos a nosotros.

JB. En general, considero que es necesario hablar más del tema y comunicar de forma abierta y científicamente. Y no dejarlo todo en un halo de misterio y desconocimiento que al final lo que conduce es a que la gente tenga miedo. 

FM. Una máxima de la comunicación es que lo que no comuniques tú lo va lo va a comunicar otro. Es decir, el espacio que tú no ocupes lo ocupará otro y dará su versión. Lo mejor sería divulgar y comunicar cuáles son las ventajas y los beneficios de esta tecnología y las soluciones que pueden aportar.

Acceso a la entrevista en las páginas 13-14-15 del ejemplar de Valencia Fruits

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