El sector fresero egipcio se enfrenta a una campaña marcada por desafíos climáticos y económicos, pero también por la consolidación de su presencia en los mercados internacionales

En 2024, Egipto vendió al exterior aproximadamente 120.000 toneladas de fresa congelada, generando ingresos de 180 millones de dólares, un 15% más que en el año anterior. / VF
Nerea Rodríguez. Redacción.
Egipto continúa consolidando su posición como un actor clave en el mercado global de la fresa. En 2022, la producción alcanzó las 638.000 toneladas, lo que supuso un notable incremento del 35% respecto al año anterior. Las proyecciones indican que esta tendencia al alza persistirá, con un volumen estimado de 400.620 toneladas en 2024 y 432.160 toneladas en 2028, lo que representa una tasa de crecimiento anual compuesto del 1,92% en los próximos cinco años.
El área dedicada al cultivo de fresa también ha experimentado una expansión significativa. “Para la campaña 2024-2025, las plantaciones abarcan ya 23.100 hectáreas (unos 55.000 feddanes, unidad de área utilizada en Egipto, Sudan, Siria y el Sultanato de Omán), reforzando el papel de Egipto como uno de los principales exportadores de fresa congelada”, avanza Mostafa Adel, responsable comercial de Dream International para Valencia Fruits. En 2024, las exportaciones alcanzaron las 300.000 toneladas, y se prevé que en 2025 “puedan llegar hasta las 350.000 toneladas”.
“Para la campaña 2024-2025, las plantaciones abarcan ya 23.100 hectáreas (unos 55.000 feddanes, unidad de área utilizada en Egipto, Sudan, Siria y el Sultanato de Omán), reforzando el papel de Egipto como uno de los principales exportadores de fresa congelada”, avanza Mostafa Adel
El crecimiento del sector se refleja también en el volumen de exportaciones. En 2024, Egipto vendió al exterior aproximadamente 120.000 toneladas de fresa congelada, generando ingresos de 180 millones de dólares, un 15% más que en el año anterior. Alemania, Reino Unido y Países Bajos se consolidan como los principales destinos de este producto egipcio.
Desafíos de la campaña 24/25
El sector fresero egipcio se enfrenta a una campaña marcada por desafíos climáticos y económicos, pero también por la consolidación de su presencia en los mercados internacionales. La producción, que mantiene su senda de crecimiento, está condicionada este año por el impacto del cambio climático, las fluctuaciones en los precios y la necesidad de adaptarse a un entorno cada vez más competitivo.
Las temperaturas inusualmente altas y las sucesivas olas de calor han afectado tanto el rendimiento como la calidad de la fresa en algunas regiones del país. Para hacer frente a esta situación, los productores han puesto en marcha nuevas estrategias de riego y nutrición que, si bien han mitigado en parte los efectos adversos del clima, han supuesto un incremento en los costos de producción. A pesar de estas dificultades, “Egipto sigue consolidándose como un actor clave en el comercio internacional de fresa, con una producción que se espera que crezca en torno a un 2% en la campaña 2024-2025, alcanzando las 400.620 toneladas”, confirma Adel.
Las temperaturas inusualmente altas y las sucesivas olas de calor han afectado tanto el rendimiento como la calidad de la fresa en algunas regiones del país
El respaldo del gobierno egipcio ha sido determinante para sostener el crecimiento del sector. A través de subsidios, programas de formación para los agricultores y mejoras en infraestructuras, las autoridades han impulsado la modernización del cultivo y han favorecido la expansión de las exportaciones. “Este apoyo ha permitido ampliar la superficie cultivada hasta las 23.100 hectáreas en la actual temporada, reforzando el liderazgo de Egipto en el mercado de la fresa congelada”.
En términos comerciales, la demanda de fresa egipcia sigue al alza, especialmente en Europa y Oriente Medio, mientras que los mercados emergentes en Asia y África ofrecen nuevas oportunidades de expansión. “Esta tendencia ha sido clave para las previsiones de exportación, que apuntan a un volumen de 350.000 toneladas en 2025”. Sin embargo, el mercado no ha estado exento de turbulencias. Apenas dos semanas después del inicio de la campaña, los precios de la fresa fresca sufrieron un desplome cercano al 70% debido a una oferta excesiva y a una demanda no tan activa. Esta situación ha obligado a muchos productores a redirigir su cosecha hacia la congelación antes de lo previsto, en un intento por asegurar la rentabilidad en un escenario de volatilidad.
Ante este panorama, la innovación tecnológica se perfila como un factor clave para la sostenibilidad del sector. La adopción de técnicas de agricultura de precisión, la mejora genética de las variedades y la optimización de los procesos postcosecha han permitido mejorar la eficiencia y la calidad del producto, mitigando en parte los efectos del cambio climático y el aumento de los costos. “Estas estrategias, junto con la diversificación de los mercados y el respaldo institucional, serán determinantes para el futuro de la fresa egipcia en los próximos años” asegura el responsable comercial de Dream International.
Su peso en el mercado de la fresa
La fresa egipcia ha dejado de ser un actor secundario en el mercado internacional para consolidarse como un competidor clave. Su acceso preferencial a la Unión Europea, la expansión hacia mercados asiáticos y africanos y su capacidad para ofrecer precios competitivos han convertido a Egipto en un proveedor estratégico tanto de fresa fresca como congelada.
El acuerdo de asociación entre Egipto y la Unión Europea ha sido un pilar fundamental para su competitividad. Gracias a este tratado, la fresa egipcia accede al mercado comunitario sin aranceles, lo que la hace especialmente atractiva frente a otros orígenes. Pero la estrategia de expansión no se detiene en Europa. En los últimos años, Egipto ha intensificado las negociaciones comerciales con China y el sudeste asiático, mercados donde la demanda de fresa congelada crece de forma sostenida. Al mismo tiempo, el desarrollo del Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA) ha abierto nuevas oportunidades en países como Sudáfrica, Kenia y Nigeria, donde Egipto busca posicionarse como proveedor clave.
En los últimos años, Egipto ha intensificado las negociaciones comerciales con China y el sudeste asiático, mercados donde la demanda de fresa congelada crece de forma sostenida
A su fortaleza comercial se suma una ventaja estructural difícil de igualar: sus costos de producción son significativamente más bajos que los de sus competidores europeos y norteamericanos. La mano de obra y los insumos agrícolas resultan más económicos, lo que permite a Egipto ofrecer precios altamente competitivos. Además, la devaluación de la libra egipcia ha potenciado aún más su atractivo para los compradores internacionales, reforzando su influencia en la formación de precios a nivel global. La combinación de estos factores obliga a grandes productores como España, Marruecos y Turquía a ajustar sus estrategias para no perder cuota de mercado.
Más allá del precio, Egipto ha apostado por la tecnología y la calidad como pilares de su expansión. La mejora en los procesos de congelación rápida individual (IQF) ha elevado los estándares de exportación, garantizando un producto con óptima textura y sabor. Además, la industria fresera egipcia cumple con las exigentes normativas de seguridad alimentaria y residuos fitosanitarios de la Unión Europea, lo que refuerza su reputación como proveedor fiable. En mercados como Oriente Medio y Asia, la certificación Halal (documento emitido por la autoridad musulmana del país exportador en el que queda certificado que un determinado producto agroalimentario o farmacéutico cumple los requisitos exigidos por la Ley Islámica para su consumo por la población musulmana) ha sido otro factor diferenciador, facilitando su entrada en países de mayoría musulmana.
El crecimiento de Egipto también ha intensificado la competencia con otros grandes productores. Mientras España y Marruecos siguen dominando la oferta de fresa fresca, Egipto ha ganado terreno en el sector de la fresa procesada y congelada, desplazando a estos países en determinados nichos de mercado. En la misma línea, su ubicación estratégica y sus rutas de exportación más cortas le otorgan una ventaja logística frente a Turquía y México en los envíos a Europa y Oriente Medio. En el caso de Polonia, tradicionalmente uno de los mayores proveedores de fresa congelada en la UE, el menor coste de la oferta egipcia ha captado a compradores más sensibles al precio.
Mientras España y Marruecos siguen dominando la oferta de fresa fresca, Egipto ha ganado terreno en el sector de la fresa procesada y congelada, desplazando a estos países en determinados nichos de mercado
De cara al futuro, Egipto busca consolidar su influencia en la cadena de suministro global. Cada vez más exportadores egipcios están estableciendo presencia directa en Europa y Asia, eliminando intermediarios y aumentando su control sobre la distribución. Además, la colaboración con grandes supermercados europeos está reduciendo la dependencia de los mercados mayoristas, fortaleciendo su posición en el comercio de marca blanca. Paralelamente, el crecimiento de la demanda global de derivados de fresa, como zumos, mermeladas, yogures y productos de repostería, asegura que Egipto mantenga su papel clave en la industria alimentaria internacional.
Fresa fresca
La fresa fresca ocupa un lugar destacado en el consumo interno egipcio, especialmente durante los meses de máxima producción, de noviembre a abril. Su presencia es habitual en supermercados, mercados tradicionales y el sector de la restauración, donde se emplea tanto para consumo en fresco como en la elaboración de zumos y postres. “Sin embargo, el mercado interno no es ajeno a las turbulencias del sector”, afirma Mostafa Adel. Uno de los principales desafíos para los productores es la volatilidad de los precios. “A principios de 2024, el exceso de oferta provocó una caída de casi el 70% en el precio de la fresa en apenas dos semanas, lo que obligó a muchos agricultores a desviar rápidamente su producción hacia el sector de congelados para evitar pérdidas”. A esta incertidumbre se suman “los crecientes costos de producción, impulsados por el encarecimiento de fertilizantes, mano de obra y sistemas de riego, lo que ha reducido los márgenes de rentabilidad de los productores de fresa fresca”.
En el mercado de exportación, Egipto ha logrado consolidar su presencia en varios destinos clave. Los países del Golfo, como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, representan los principales compradores de fresa fresca egipcia, junto con Rusia y algunas naciones europeas. No obstante, la fragilidad del producto y las dificultades logísticas limitan su alcance global en comparación con la fresa congelada, que ofrece mayor flexibilidad en almacenamiento y transporte.
“La competencia en este segmento es intensa, especialmente frente a Marruecos y España, que dominan el mercado europeo y de Oriente Medio con una oferta altamente competitiva”, admite el responsable comercial de Dream International. Egipto, pese a sus ventajas en costes de producción, enfrenta barreras logísticas y de vida útil que restringen su capacidad de expansión en la fresa fresca. En términos de volumen, las exportaciones de fresa fresca egipcia siguen siendo notablemente inferiores a las de fresa congelada, situándose en un rango anual de entre 45.000 y 60.000 toneladas.
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