Esta falta de etas es debido a la falta de precipitaciones en la comunidad autónoma

Con las condiciones climáticas adecuadas, la temporada todavía podría recuperarse, al menos en parte. / Archivo
Efeagro.
La temporada de setas en Galicia ha comenzado marcada, en general, por la escasez, como consecuencia de las condiciones meteorológicas, porque un verano y un inicio de otoño excepcionalmente secos han provocado que la aparición de las especies comestibles más demandadas se haga de rogar en los bosques gallegos.
“Hubo y todavía hay una escasez importante, sobre todo de especies que normalmente salen en septiembre y que están empezando a dejarse ver ahora”
Aunque evidentemente la situación no es igual en toda Galicia, dado que hay diferencias por zonas, el principal factor en la demora de la aparición de algunas de esas especies es la sequía. “Hubo y todavía hay una escasez importante, sobre todo de especies que normalmente salen en septiembre y que están empezando a dejarse ver ahora”, explica a EFE el presidente de la Sociedade Micolóxica Lucus, Julián Alonso.
Hasta ahora, la falta de precipitaciones ha provocado que el terreno no tuviera la humedad necesaria para la fructificación de los hongos, aunque las lluvias de los últimos días han abierto una puerta para el optimismo. De hecho, según este experto, si las precipitaciones continúan de forma regular y no se produce una caída brusca de las temperaturas, la situación podría cambiar.
“Si ahora seguimos con un régimen de lluvia que dure cierto tiempo […] empezará a verse algo”, señala Alonso. La clave está en que la tierra, muy seca, necesita tiempo para absorber la humedad y reactivar el micelio.
Con las condiciones climáticas adecuadas, la temporada todavía podría recuperarse, al menos en parte. “Noviembre puede ser todavía un mes muy interesante”, dijo, e incluso la campaña podría extenderse hasta “diciembre”, en función del tiempo.
En cuanto a las especies comestibles más buscadas, como boletus, níscalos o cantarelas, la situación es la misma: “están todavía con una presencia muy escasa”.
No obstante, Alonso apunta a que otras variedades como las macrolepiotas o los champiñones silvestres (agáricos) podrían aparecer más rápido por su ecología diferente, aunque por ahora la tónica general sigue siendo de escasez.

