Las primeras estimaciones apuntan a una ligera bajada del 3% en el aforo de cítricos en la Comunitat Valenciana

Cuqui
DECCO PEPITA

La previsión está basada en un análisis técnico de La Unió, teniendo en cuenta el comportamiento climatológico, el estado de las explotaciones y el impacto de plagas

Las producciones limitadas favorecen un calibre aceptable para la comercialización y también se espera fruta de calidad. / LA UNIÓ

 

Valencia Fruits. Redacción

En una primera estimación del aforo citrícola de la campaña 2025/2026 y a la espera de los datos oficiales por parte de la Generalitat Valenciana, desde La Unió Llauradora alertan que la campaña citrícola 2025/26 volverá a situarse en la Comunitat Valenciana por debajo de la media productiva de los últimos años, consolidando así una preocupante tendencia a la baja que ya encadena seis ejercicios consecutivos.

La organización prevé un aforo provisional de unos 2,68 millones de toneladas en el conjunto de las zonas productoras, lo que supone una ligera bajada de casi el 3% respecto a los 2,76 millones de la campaña anterior. A pesar de este descenso global, el territorio valenciano continúa como principal zona productora del Estado

La estimación se ha realizado a finales de julio y está basada en un análisis técnico de La Unió, teniendo en cuenta el comportamiento climatológico, el estado de las explotaciones y el impacto de plagas.

La primavera arrancó con buenas condiciones de humedad que propiciaron una correcta brotación y floración. Sin embargo, a partir del mes de junio, el ascenso continuado de las temperaturas, tanto diurnas como nocturnas, generó una elevada caída fisiológica de frutos durante el proceso de ‘porgà’. A ello se han sumado episodios de pedrisco en determinadas zonas y un grave problema estructural: una parte importante del arbolado citrícola valenciano está envejecido y ofrece bajos rendimientos. El impacto de diversas plagas -como el Schirtothrips aurantii, la mosca blanca, el cotonet de Sudáfrica y la araña roja- también ha provocado mermas productivas en algunas zonas.

Las producciones limitadas favorecen un calibre aceptable para la comercialización y también se espera fruta de calidad. Las primeras cotizaciones en origen son positivas, y dada la escasa oferta prevista, La Unió desea y exige que no existan grandes altibajos en los precios si la demanda se mantiene activa. En este sentido desde la organización se remarca la necesidad de que la industria transformadora pague precios dignos, especialmente para la fruta afectada por pedrisco o con calibres bajos, a fin de dar una salida comercial viable a toda la producción.

Desde la organización agraria se insta a las administraciones competentes a actuar con firmeza para proteger al sector citrícola valenciano en un contexto cada vez más complejo. En primer lugar, se reclama a la Conselleria de Agricultura, con apoyo económico del Ministerio de Agricultura, la creación urgente de una línea de ayudas públicas para la reconversión de explotaciones con árboles envejecidos.

Asimismo, La Unió considera imprescindible reforzar los controles fitosanitarios en origen y exigir el tratamiento en frío a todas las importaciones de cítricos, independientemente del país de procedencia, como herramienta clave para evitar la entrada de nuevas plagas y enfermedades que suponen una amenaza directa para el cultivo autóctono.

Otra de las prioridades es la revisión del sistema de precios de entrada en la Unión Europea, especialmente en el caso de productos como la naranja procedente de Egipto, que actualmente accede al mercado comunitario a precios muy por debajo de los costes reales de producción y confección de los cítricos valencianos. Esta situación genera una competencia desleal que pone en riesgo la sostenibilidad económica de las explotaciones locales.

Por último, La Unió plantea la necesidad de desarrollar campañas de promoción potentes y continuadas para incentivar el consumo de cítricos valencianos, poniendo en valor su proximidad, calidad y seguridad alimentaria. Estas campañas deberían llegar tanto a los consumidores nacionales como internacionales, y utilizar todos los canales disponibles: medios de comunicación, redes sociales, puntos de venta y ferias agroalimentarias.

“Estamos ante una campaña corta, pero con potencial si se gestiona bien. La calidad puede acompañar, pero necesitamos apoyo institucional y respeto a nuestras producciones en los mercados”, recuerda Carles Peris.