La lluvia retrasa pero no frena la campaña de melón y sandía en Almería

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Las precipitaciones han reducido los rendimientos, pero los precios se mantienen estables, las importaciones no presionan y las perspectivas siguen siendo positivas

Las superficie de sandía crece esta campaña un 2%, que superará las 9.500 hectáreas del año pasado. / asaja almería

Julia Luz. Redacción.

Almería entra de lleno en el punto álgido de su campaña de melón y sandía. Mayo y junio marcan los meses de mayor intensidad para la producción bajo invernadero, en una temporada que llega con claroscuros: el clima, una vez más, se presenta como el principal factor que ha condicionado rendimientos, calidad y planificación.

“Las tres semanas de lluvias casi ininterrumpidas que tuvimos en marzo afectaron de lleno a la producción que cuaja en mayo”, explica Andrés Góngora, presidente de COAG Almería. “La polinización no fue buena, las plantas no florecían, las flores no abrían bien y las abejas no pudieron hacer su trabajo, pese a estar bajo el invernadero”, añade. Todo ello ha derivado, inevitablemente, en una reducción de los kilos recolectados. “La producción de la sandía extra temprana y temprana ha sido más baja de lo habitual, con calibres entre los 2 y 4 kilos por pieza. Para el melón amarillo, los primeros cortes también han sido complicados, con una afectación importante que ha reducido los rendimientos a apenas 1,5-2 kilos por metro cuadrado, cuando lo habitual sería alcanzar los 5”, detalla Adoración Blanque, presidenta de Asaja Almería. “No está siendo un año muy ‘kilero’”, resume Góngora con ironía.

No obstante, las perspectivas cambian para la fruta que cuajó después del episodio de lluvias. “Después de las lluvias hemos tenido un clima muy positivo, y las sandías se han hecho gordas. Entonces, la menor cantidad de piezas quizá se compense en algunos casos —y especialmente en algunas variedades— con frutas de mayor tamaño, algo que ahora viene muy bien porque el mercado está pidiendo calibre grande, lo más grande posible”, explica el presidente de COAG Almería. En esta línea, Blanque puntualiza que “en el caso de la sandía tardía, la campaña ha sido más equilibrada, con una buena producción de entre 6 y 7 kilos por pieza. Y el melón Piel de Sapo se está comportando bastante bien, con rendimientos de hasta 4 kilos por metro cuadrado y buena calidad”.

En cuanto a precios, la presidenta de Asaja Almería, Adoración Blanque, califica las cotizaciones como “buenas y estables”. Por su parte, Andrés Góngora apunta que “estamos en niveles normales, los que deberían ser habituales en un año normal”. “Lo que ocurre —matiza— es que venimos de campañas donde los precios apenas cubrían costes, y claro, ahora hablamos de una media de 80 céntimos por kilo en mayo, que es un precio razonable. El problema es que, si lo comparamos con los 30 céntimos del año pasado, parece un subidón. Pero lo del año pasado tampoco era normal”, recuerda.

Más sandía, menos melón

En superficie, Coexphal prevé que la sandía experimente un crecimiento del 2% respecto al año pasado y alcance las 11.000 ha. Un crecimiento que, según Góngora, no es a costa del melón. “El melón se pierde no por la sandía, sino porque los importadores franceses han trasladado su producción a Marruecos, donde el coste es más bajo”. La expansión de la sandía, según él, responde a la mejora de variedades y a que requiere menos mano de obra que otros cultivos, como el tomate o el calabacín. “Un trabajador puede manejar tres hectáreas de sandía, mientras que con tomate necesitaría 10”, explica.

Por su parte, Blanque confirma que, aunque aún no hay datos definitivos, la superficie dedicada a la sandía continuará creciendo en Almería. “Los agricultores están apostando más por ella, ya que la producción es más estable y el mercado la acepta muy bien”.

Aunque se habla de un crecimiento de la sandía en detrimento del melón, Góngora ofrece una explicación diferente. “Antes cultivábamos mucho melón Cantaloup para Francia, pero los importadores franceses han apostado por Marruecos, donde los costes son más bajos” explica Góngora. La expansión de la sandía, según él, responde a la mejora de variedades y a que requiere menos mano de obra que otros cultivos, como el tomate o el calabacín. “Un trabajador puede manejar tres hectáreas de sandía, mientras que con tomate necesitaría 10”, afirma.

Por su parte, Blanque confirma que la tendencia hacia la sandía continuará. “Los agricultores están apostando más por la sandía, sobre todo por su estabilidad en la producción y la buena acogida del mercado”, señala. Aunque aún no hay datos definitivos, todo indica que la superficie dedicada a la sandía seguirá creciendo en la provincia.

Solapamiento

Son muchas las voces del sector que advierten de un posible solapamiento entre las distintas zonas productoras, provocado por las lluvias y el ligero retraso en las campañas más tempranas. Así lo expresa Blanque, quien afirma que “efectivamente, existe cierto riesgo de solapamiento, especialmente con las regiones más adelantadas del Levante y, más adelante, con algunas zonas de Castilla-La Mancha, en el caso del melón. Esto puede influir en la saturación del mercado en ciertos momentos si no se gestiona bien la planificación de la cosecha. En sandía, al haber una planificación escalonada más clara, el riesgo es algo menor, aunque siempre es un aspecto para vigilar”.

Sin embargo, Góngora no lo ve así y sostiene una visión diferente: “Yo creo que va a haber un hueco. Un hueco en el que va a haber muy poco producto”, afirma. Y lo justifica explicando que “en Almería, aunque llueva, se siembra bajo invernadero, pero en el aire libre la cosa cambia. Cuando llegaron las lluvias, apenas había superficie sembrada fuera del invernadero. Parte de lo que se había plantado se perdió y otra parte hubo que replantarla. Además, durante tres semanas no se pudo trabajar la tierra porque estaba saturada de agua”, explica. Esto provocó que las siembras al aire libre, que suelen hacerse en marzo para recolectar en San Juan se retrasarán hasta bien entrado abril. “No sé si este año habrá sandías de aire libre para San Juan. Y las de invernadero, ya habrán terminado para entonces. Entonces, creo que este año puede haber algunos días de junio con muy poco producto”, advierte.

Si se mantiene los precios y se evita un exceso de oferta en momentos clave, la campaña podría terminar con buenos resultados en sandía y aceptable en melón

Avance de la campaña

“El comportamiento de la demanda, los factores climáticos y la evolución de la sanidad vegetal marcarán el desarrollo de los próximos meses. Si se mantienen los precios y se evita un exceso de oferta en los momentos clave, la campaña podría terminar con buenos resultados en sandía y con una campaña aceptable en melón Piel de Sapo”, augura Blanque. Así pese al arranque pasado por agua de la campaña, Góngora se muestra moderadamente optimista: “Yo creo que lo que queda de campaña en invernadero puede ir bien. Puede que bajen un poco los precios cuando lleguen las sandías que se polinizaron después del temporal, pero ahora mismo no veo motivos para un desplome. No hay una gran avalancha de fruta”.

No obstante, hay un factor externo que también será decisivo: el clima en el centro y norte de Europa, especialmente en Alemania, principal destino de estas frutas. “Cuando hace buen tiempo en Alemania, la gente compra más fruta. Es así. Si van al supermercado en manga corta y con calor, se animan. Si van con chubasquero y paraguas, no”, explica Góngora, recordando cómo incluso las decisiones de los lineales están condicionadas por la previsión meteorológica.

Importaciones

Las importaciones de terceros países siguen siendo un factor clave en la competencia del mercado europeo, especialmente en las fases más tempranas de la campaña. “Nuestros principales competidores siguen siendo Marruecos y Senegal, que aprovechan su ventaja climática para entrar antes al mercado europeo”, señala la presidenta de Asaja Almería. Góngora recuerda que “el año pasado fue un desastre, en abril estaba el mercado completamente inundado de producto importado. Pero este año, al arrancar la campaña, no había mucho volumen, y lo que llegaba tenía una calidad penosa: sin azúcar, sin consistencia…”. 

La segunda oleada de importaciones proviene sobre todo de Marruecos, que cultiva sandía al aire libre, muy distinta a la producida en Almería. “Allí siguen cultivando lo que aquí antes se llamaba ‘sandía americana’, frutas muy grandes, de más de 10 kg, con semillas grandes, y de una calidad que, para mí, es inferior. Es un producto diferente, pero compite en el mismo lineal. Y claro, si el consumidor la ve más barata, la compra, aunque no tenga nada que ver con la nuestra”, lamenta el presidente de COAG Almería.

Para Blanque, competir con producciones de otros países sin jugar con las mismas condiciones perjudica a los productores españoles, ya que “las importaciones pueden generar presión sobre los precios en los inicios de campaña”, pero tampoco duda en afirmar que “España sigue siendo líder por calidad, cercanía y seguridad alimentaria”.

Accede a la entrevista en la página 2 del dossier de Melón y Sandía en el ejemplar de Valencia Fruits. 

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