Lo ecológico como estrategia

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La industria alimentaria convierte en estratégica la categoría ecológica

Sandía ecológico

El consumidor evoluciona y se consolidan tendencias que rozan la “filosofía del ecológico”.

Los alimentos ecológicos ya no son una moda, sino una tendencia, y se han convertido en una categoría estratégica para los operadores convencionales que toman posiciones en el sector eco; un proceso que es imparable y del que todos pueden salir beneficiados, según expertos consultados por Efeagro.

El codirector de la consultora para el sector agroalimentario Provotec Pedro López y el director de la asesoría especializada en agroalimentación ecológica Ecological.bio, Diego Roig, atribuyen ese “desembarco” a factores como un cambio en los hábitos de consumo y la diversificación emprendida por la gran distribución, que necesita masa crítica para atender a sus clientes.

La directora de la Asociación Vida Sana, Ángeles Parra, constata el cambio vertiginoso y en muy poco tiempo del sector ecológico y asegura que “las grandes empresas y las grandes superficies han visto un nicho de mercado” y entran en el eco; y esto “no tiene por qué ser negativo, pero es complejo”.

La entrada de importantes firmas agraolimentarias ha sido, y es, visible, ya que, como remarca López, “cada vez que se consolida una nueva tendencia, los operadores se lanzan a la comercialización de productos que responden a ella”.

López se refiere a productos etiquetados como “saludables”, “superalimentos”, “veganos” y los certificados como “ecológicos”, que responden a las nuevas necesidades de los consumidores.

Parra cree que “no es bueno” que estas grandes empresas “quieran funcionar en el sector bio como lo hacen en el convencional”, en el que a su juicio “no hay la misma ética, los mismos conceptos que funcionan en nuestro sector”, que defiende un modelo productivo más sostenible, pero también más respetuoso con las personas.

Sin embargo, Parra advierte de que hay que ser “estrategas” y mantener “un diálogo constante con las grandes empresas para que entiendan que el sector eco es diferente, con unos códigos éticos que no se pueden menospreciar”, y por ello hace un llamamiento a “tender puentes y acercar posturas”, porque “hay lugar para todos”.

“Aumenta la demanda y aumenta la oferta”, según Roig, quien considera que en el mercado de alimentos ecológicos certificados puede crecer tanto el sector más tradicional, generalmente pymes, como también las grandes empresas.

Es el caso de Danone (yogures Dos Vacas), Dulcesol (Mi menú bio de alimentación infantil, Naturcrem o BePlus), Lactalis (que prevé producir 20 millones de litros eco para el 2020), la alianza Noel y Tervalis para hacer elaborados cárnicos (El Cierzo de Teruel), Unilver (cremas Knorr), Capsa (Asana), Gullón (gama de galletas bio) o Calvo (conservas en aceite eco o ensaladas).

Y de gigantes como Coca-Cola (bebidas vegetales y tés eco), Nestlé (prevé que en cinco años el bio acapare el 15 % de sus ventas), Ebro Foods (compró la firma eco Vegetalia) o Idilia Foods, la elaboradora de Cola-Cao, que adquirió la ecológica BioGrá.

Y ¿por qué se produce este cambio?

Según López, porque el consumidor evoluciona y se consolidan tendencias que rozan la “filosofía del ecológico” como la preocupación por el medio ambiente, por la salud, por los residuos que se generan en la producción alimentaria…

En este sentido, el papel del “consumidor-actor” es cada vez más relevante, que como define Roig es cada vez más consciente del impacto que sus decisiones de compra tienen en el mundo.

Al crecimiento del mercado de ecológico (con un valor cercano a los 1.700 millones de euros en 2016, el 12,5 % más frente al año anterior, lo que supone el 1,7 % del total alimentario) ha contribuido también a la mayor presencia de alimentos ecológicos en los lineales del híper y súper de toda la vida.

No obstante, Parra, cuya organización fue una de las pioneras hace ya más de 30 años en defender la agricultura ecológica y los valores inherentes a este modelo de producción, pide al sector eco que “sea despierto, dinámico y creativo”.

Porque “destacarán todos los que, aún queriendo llegar a más gente, no renuncien a su idiosincrasia más genuina”, señala; “los que se duerman en los laureles, lo que pierdan demasiada energía quejándose de los mal que está todo, de las competencia de las grandes superficies… no resistirán el envite. Hay que sumar”.