Maite Corres (Konfekoop): “Las cooperativas buscan colaborar para optimizar recursos y reducir costes sin perder competitividad”

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Entrevista a la Coordinadora técnica de la Agrupación de Cooperativas de la Sectorial Agraria y Alimentaria en KONFEKOOP – Confederación de Cooperativas de Euskadi, Maite Corres

Maite Corres hace balance del último año de las cooperativas vascas. / Konfekoop

Julia Luz. Redacción.

En un contexto marcado por la incertidumbre, la presión de costes y los cambios en el consumo, las cooperativas agroalimentarias vascas están demostrando una notable capacidad de adaptación. En esta entrevista, repasamos con Maite Corres, de KONFEKOOP, los retos y oportunidades del sector: desde el impacto de la digitalización y la sostenibilidad, hasta la necesidad urgente de relevo generacional y el impulso al producto local con valor añadido. Una conversación que deja claro que el cooperativismo no sólo resiste, sino que se proyecta con fuerza hacia el futuro.

Valencia Fruits. ¿Qué evolución ha vivido el cooperativismo agroalimentario vasco en los últimos años? 

Maite Corres. El cooperativismo agroalimentario vasco ha experimentado una gran evolución en los últimos años, marcada por su capacidad de adaptación a un entorno complejo y desafiante. Este proceso ha estado guiado por una estrategia clara basada en seis pilares fundamentales: la consolidación de estructuras cooperativas para ganar eficiencia y competitividad; la intercooperación, fomentando alianzas entre cooperativas para afrontar retos comunes; la innovación y modernización, con inversiones en tecnología y procesos que mejoran la productividad y sostenibilidad; el apoyo a las personas socias, reforzando su papel en la toma de decisiones y en la cadena de valor; la defensa institucional, posicionando al cooperativismo como un actor clave ante las administraciones públicas y la sociedad; y, por último, crecimiento económico y social, reflejado en los datos más recientes.

“Las cooperativas hortofrutícolas de Euskadi cuentan con alianzas consolidadas con la distribución, fruto de una larga trayectoria de colaboración”

Actualmente, la agrupación sectorial de cooperativas agrarias y agroalimentarias de KONFEKOOP cuenta con 75 cooperativas, más de 6.000 personas socias y 918 empleos directos. En términos económicos, la facturación alcanzó los 553 millones de euros en 2023, lo que representa un crecimiento notable respecto a años anteriores. Para ponerlo en perspectiva, el empleo en el sector ha pasado de 600 personas en 2005 a 918 en 2024, lo que evidencia una trayectoria de expansión sostenida.

VF. ¿Cómo han transcurrido las campañas agrícolas de este año en Euskadi? ¿Qué balance hacen las cooperativas en cuanto a rendimientos, calidad y comercialización?

MC. Las campañas agrícolas de 2024 en Euskadi han sido especialmente complejas. Hemos tenido que hacer frente a una combinación de factores climáticos, económicos y sociales que han afectado de manera muy desigual a los distintos sectores. En general, el balance que hacen las cooperativas es bastante dispar: en algunos cultivos los resultados han sido positivos, pero en otros nos hemos encontrado con dificultades serias. El clima ha sido uno de los grandes condicionantes. La segunda mitad del año vino marcada por una humedad excesiva, con lluvias intensas, que provocaron bastantes problemas de podredumbre, tanto en el campo como en los almacenes. Aun así, en algunos casos esas lluvias también permitieron recuperar rendimientos que parecían perdidos.

Por otro lado, la presión de los costes ha sido muy fuerte. El aumento del salario mínimo en algunos sectores hortícolas, unido al desajuste cada vez más evidente entre lo que cuesta producir y los precios que se pagan en el mercado —especialmente en cereales— ha puesto en jaque la rentabilidad. A eso hay que sumar la dificultad para encontrar mano de obra temporal, algo que se ha notado mucho en campañas como la vendimia o en la producción hortícola. Y aunque el consumo general ha bajado, sí hemos notado una tendencia creciente hacia los productos de origen local, algo que ha ayudado a sostener el valor en ciertos sectores. 

VF. ¿Se están observando cambios en los cultivos más representativos de Euskadi? ¿Qué producciones están ganando peso o interés por parte de las cooperativas?

MC. En términos generales, no hemos visto grandes cambios en cuanto a los cultivos más representativos de Euskadi, al menos no desde una perspectiva cuantitativa. Sin embargo, sí se está produciendo una transformación importante en cómo se gestionan y en la orientación que están tomando. Las cooperativas están apostando cada vez más por un modelo de producción que prioriza la sostenibilidad, tanto desde el punto de vista medioambiental como económico. Se busca un uso más eficiente de los recursos, una mejor adaptación al cambio climático y, en definitiva, una mayor resiliencia de las explotaciones.

También está cobrando fuerza la recuperación de cultivos históricos, como la patata de siembra, que pese a las dificultades que supone cultivarla —especialmente por la humedad y la escasez de semilla de calidad— sigue considerándose estratégica. Hay un esfuerzo claro por parte de las cooperativas para facilitar su manejo y asegurar su viabilidad en el futuro.

Además, sí notamos un creciente interés por aquellas producciones que aportan un valor añadido. Ya no se trata sólo del volumen, sino de lo que ese producto representa: su origen local, su calidad diferenciada o su potencial para transformarse en elaboraciones con mayor valor en el mercado, como ocurre con productos de V gama o algunas hortalizas procesadas.

VF. En un escenario marcado aún por la inflación, la incertidumbre internacional, el aumento de costes, el incremento de importaciones… ¿cómo están respondiendo las cooperativas vascas a estos desafíos?

MC. Las cooperativas agroalimentarias vascas están respondiendo a este contexto tan complejo con una gran capacidad de adaptación y un fuerte compromiso con el territorio. Ante estos desafíos, muchas cooperativas están reforzando su colaboración, buscando sinergias que les permitan optimizar recursos, ganar en eficiencia y, sobre todo, reducir costes sin perder competitividad. Esa capacidad para trabajar en red es una de sus grandes fortalezas. También están apostando de forma decidida por el producto local, por la trazabilidad y por una calidad diferenciada que cada vez valoran más tanto el consumidor como la distribución. Frente a la entrada de productos importados, esa cercanía y autenticidad se están convirtiendo en una ventaja clara.

Además, estamos viendo un esfuerzo muy consciente por diversificar y generar más valor en origen. Ya no se trata sólo de producir, sino de transformar, de comercializar directamente, de construir marcas propias… Todo ello con el objetivo de ser menos dependientes de mercados volátiles y poder capturar una parte mayor del valor añadido.

Las cooperativas también están ganando peso en el ámbito institucional. Reclamamos políticas más claras y efectivas que protejan la producción local frente a prácticas desleales y que reconozcan su papel estratégico en la seguridad alimentaria y el desarrollo rural. 

VF. ¿Se están viendo avances en la incorporación de jóvenes al sector cooperativo agrario? ¿Qué medidas se están impulsando para fomentar ese relevo generacional?

MC. Sí, se están dando pasos en la incorporación de jóvenes al sector, aunque el reto sigue siendo enorme. Desde las cooperativas se está trabajando para facilitar ese relevo, haciendo que la entrada sea más accesible y acompañada, con una gestión más sencilla y apoyo técnico y formativo. El modelo cooperativo, al permitir compartir riesgos y recursos, también lo hace más atractivo para quienes empiezan. Además, la Estrategia de Relevo Generacional impulsada por la Administración vasca aporta un enfoque integral, con ayudas, formación y asesoramiento. Para nosotros, es clave que las cooperativas tengan un papel protagonista en todo este proceso, porque son fundamentales para garantizar el futuro del sector y del medio rural en Euskadi.

VF. ¿Qué avances están realizando las cooperativas en términos de sostenibilidad?

MC. Las cooperativas vascas están avanzando hacia un modelo más sostenible mediante la adopción de prácticas con menor impacto ambiental, una mejor eficiencia económica y una contribución positiva al entorno social. Esto se traduce en una producción más responsable, rentable y comprometida con el territorio y las personas.

VF. ¿Cómo está impactando la digitalización en la gestión y producción de las cooperativas vascas? 

MC. La digitalización está ayudando a las cooperativas a ser más eficientes, con mejores decisiones y procesos más automatizados, sobre todo en la gestión de cultivos, trazabilidad y planificación. Ahora bien, su impacto varía mucho según el contexto de cada cooperativa, así que lo importante es identificar bien qué herramientas aportan valor real. No todo sirve para todos, y los casos de éxito suelen ser muy específicos.

VF. ¿Ha mejorado el reconocimiento institucional del modelo cooperativo?

MC. Sí, en los últimos años ha habido un avance claro en el reconocimiento del papel de las cooperativas en el sector agroalimentario. Desde KONFEKOOP estamos trabajando para que se refleje en las políticas públicas, y la relación con las instituciones es buena. Se han recogido algunas de nuestras propuestas, especialmente en lo que tiene que ver con la intercooperación, donde ya se han dado pasos concretos que refuerzan nuestro modelo.

VF. ¿Qué estrategias están siguiendo las cooperativas para incrementar el valor añadido de sus productos y mejorar su posición en la cadena de valor alimentaria?

MC. Las cooperativas vascas están trabajando para reforzar su posición en la cadena alimentaria apostando por productos con mayor valor añadido. Están desarrollando nuevas líneas como los productos de conveniencia, que responden a lo que hoy pide el consumidor y permiten retener más valor en origen. También están tejiendo alianzas con agentes de transformación y distribución para ganar presencia en el mercado. Y todo esto va acompañado de una mejora continua en la forma de producir, con más sostenibilidad, calidad y trazabilidad. Son estrategias que no solo mejoran la competitividad, sino que consolidan a las cooperativas como actores clave de un modelo alimentario más justo y equilibrado.

VF. ¿Y para que las cooperativas hortofrutícolas tengan una mayor representación dentro de la cadena agroalimentaria del País Vasco?

MC. Las cooperativas hortofrutícolas de Euskadi cuentan con alianzas consolidadas con la distribución, fruto de una larga trayectoria de colaboración. Estas relaciones permiten posicionar sus productos en el mercado con garantías y continuidad. Actualmente, se sigue trabajando en reforzar y ampliar esas alianzas, al tiempo que se impulsa la profesionalización, la innovación y la diferenciación del producto, como vías para ganar mayor peso y visibilidad dentro de la cadena agroalimentaria vasca.

VF. ¿Qué prioridades estratégicas considera que debería abordar el cooperativismo agroalimentario vasco de cara a los próximos años?

MC. De cara a los próximos años, el cooperativismo agroalimentario vasco tiene por delante varios retos clave. Es fundamental avanzar en procesos de integración que permitan ganar escala y ser más competitivos, sin perder la conexión con el territorio. También será decisiva la apuesta por la innovación y la sostenibilidad, tanto en lo tecnológico como en lo organizativo, para responder a lo que el mercado y la sociedad demandan.

Otro gran reto es el relevo generacional: necesitamos atraer a jóvenes, ofrecerles formación útil y mostrarles que el cooperativismo puede ser una vía profesional viable y con futuro. Y por último, es importante seguir ganando visibilidad y reconocimiento, tanto en el mercado como en la sociedad, destacando el valor añadido que aporta el modelo cooperativo en términos de calidad, compromiso y sostenibilidad. Todo esto permitirá al sector afrontar los próximos años con más solidez y visión.

Acceso a la entrevista en las páginas 8-9 del dossier de Euskadi de Valencia Fruits

Acceso íntegro al último ejemplar de Valencia Fruits.