Arranca la campaña de melón y sandía con diferentes expectativas en las principales zonas productoras: Almería y Murcia comenzaron con mucha incertidumbre, pero son optimistas. Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana presentan más dudas y recomiendan prudencia para no colapsar el mercado

Con el cierre del canal Horeca, así como de las tiendas de proximidad prácticamente en toda Europa, la gran distribución se ha convertido en la única vía de salida para la comercialización. / ARCHIVO
A mediados de abril arrancó la campaña de melón en Almería, la primera zona recolectora nacional, a la que siguen Murcia, Valencia y Castilla-La Mancha, con el corte de los primeros ejemplares en el Poniente, de las variedades Galia y Piel de Sapo, en las fincas más tempranas, mientras que el Cantaloup se retrasó a finales de este mes. De igual forma lo hizo la de la sandía, en su caso, tan solo unos días antes, en medio de una gran incertidumbre por las cotizaciones y, como consecuencia de ello, con las quejas de las principales organizaciones agrarias, entre ellas, COAG y Asaja.
El cierre del canal Horeca (hoteles, restauración y cafeterías), así como de las tiendas de proximidad, prácticamente en toda Europa, como consecuencia de la crisis del coronavirus, ha provocado un efecto ‘embudo’ convirtiendo a la distribución en la única vía de salida para la comer- cialización de ambas frutas. Además, el sector ha experimentado un incremento de costes logísticos, pues el transporte a destino ha aumentado sus tarifas como consecuencia de la COVID-19, ante la dificultad de encontrar mercancía para el retorno.
El consumidor europeo absorbe en torno al 90% de la producción española de sandía
A ello se han sumado unas condiciones meteorológicas impropias de las primeras fechas de recolección, con un fuerte registro de lluvias y temperaturas atípicamente bajas, lo que ha ralentizado la producción y recogida, al dificultar el proceso de polinización, además de desincentivar el consumo de melón y sandía, pues los hábitos del cliente con estos productos están directamente relacionados con temperaturas más elevadas. En ese comienzo de la campaña en tierras almerienses, los precios de la sandía en origen oscilaron entre los 0,30 y los 0,40 euros el kilo, por debajo de los del melón, en cuyo caso rondaron los 0,50-0,60 euros por kilogramo. Una situación que provocó una campaña espontánea por parte de los agricultores, bajo el lema ‘No vendo mi sandía por debajo de 65 céntimos’ y que se viralizó a través las redes sociales de productores y organizaciones agrarias.
En los últimos años, el arranque de la campaña de sandía en los invernaderos de Almería coincide con la entrada masiva de esta fruta procedente de países terceros a la Unión Europea, principalmente, Senegal, aunque también proviene de ultramar, ambas zonas en su fase final de producción, así como Marruecos, esta última, con precios inferiores debido al ahorro en los costes de mano de obra. Este curso no ha sido una excepción y ello ha provocado la comercialización a bajo precio e, incluso, que se haya tirado mucha sandía en los primeros compases de la campaña.
La comunicación de los supermercados de no ofrecer sandía cortada por motivos de seguridad ha acrecentado la incertidumbre en el sector
De esta forma, las primeras semanas de la cosecha se han saldado con gran incertidumbre en el sector ante la comunicación de varios supermercados españoles, el mercado mayoritario de esta fruta, de no ofrecer sandía cortada por motivos de seguridad alimentaria ante la COVID-19. Con el canal Horeca cerrado, tradicional y notable consumidor de sandía de gran calibre, la frecuencia de compra de los consumidores reducida en la mayoría de los casos a una vez por semana, y ante la duda de si los supermercados ofrecerían finalmente sandía cortada, el sector se echó las manos a la cabeza ante el impacto que esto iba a tener en la comercialización de las sandías de mayor tamaño.
Por su parte, el melón ha iniciado el corte con Brasil, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Panamá, Senegal y Marruecos como principales competidores. En la región de ultramar predomina la producción de los melones tipos Galia, Amarillo y Cantaloup, aunque Brasil también comercializa Piel de Sapo. Marruecos cultiva, sobre todo, melones tipo Galia y Cantaloup; mientras que Senegal compite con Almería fundamentalmente en la comercialización de Piel de Sapo. La campaña de melón de ultramar concluyó a finales de abril; el melón de Senegal aprovecha el hueco entre el final de la producción de Brasil y el principio de Almería, mientras que Marruecos se mantiene en el mercado hasta el mes de mayo.
Con el paso de los días, el volumen de producción de sandía almeriense ha ido creciendo, a la par que las cotizaciones han ido remontando, tras el paso de un anticiclón por Europa, que incrementó las temperaturas, favoreciendo el ritmo de los pedidos. Precisamente, la continuidad de las lluvias en la segunda mitad del mes de marzo y la primera de abril ha ocasionado nuevas
La productividad de las sandías tempranas se ha visto reducida en comparación con cosechas anteriores debido a la climatología más adversa de este año, tanto en el tramo final del otoño como al inicio de la prima- vera. La sandía sin semillas es la que mejores cotizaciones recibe, por su valor añadido, que supera los 0,65 euros el kilo en origen. Se trata de un producto consolidado y demandado por el consumidor, principalmente, nacional. En segundo lugar se sitúa la sandía rayada sin semillas destinada a los mercados de exportación y nacional, en función de su calibre; y, en tercer lugar, la sandía mini rayada.
El arranque de la temporada 2020 se ha dado bajo unas condiciones meteorológicas impropias durante las primeras fechas de recolección
En el melón almeriense, las continuas precipitaciones de abril han ocasionado la aparición de enfermedades fúngicas en las fincas, aunque se han solventado con un manejo adecuado del cultivo y no está afectando a la productividad. El melón Galia inició su exportación cerca de finales de abril, coincidiendo en los mercados de destino con producto de ultramar a precios muy competitivos, lo que ha re- bajado su cotización. El Piel de Sapo aún no tiene gran presencia en Almería, mientras que en los supermercados e hipermercados nacionales predominó el de origen senegalés en las primeras semanas.

El arranque de la campaña de la sandía almeriense coincide con la entrada masiva a la Unión Europea de las producciones de Marruecos y Senegal. / ARCHIVO
Complemento
Tradicionalmente en Almería, el melón y la sandía son dos culti- vos que sirven al agricultor para complementar la campaña, al comercializarse en los últimos meses de cada curso agrícola. Eso sí, dependiendo de cómo se comporten los precios, pueden convertirse en una fuente de ingresos y ayudar a cuadrar la campaña, o en un auténtico quebradero de cabeza y ser un elemento de pérdidas. Este año, tras las dudas iniciales, el sector almeriense en- cara la cosecha con optimismo. Así lo trasladan desde la patronal de productores y exportadores de frutas y hortalizas de Almería, Coexphal: “En un principio, había ciertas dudas, pero en las últimas semanas se ha producido un repunte importante de la demanda, tanto en España como en Europa y, consecuentemente, las cotizaciones de este producto han mejorado”, explica el ge- rente de Coexphal, Luis Miguel Fernández.
La llegada definitiva de las buenas temperaturas ha contribuido a este optimismo. A ello se ha unido el confinamiento, pues, según Luis Miguel Fernández, la sandía es una fruta que se ajusta muy bien a las necesidades del consumidor durante su permanencia en el hogar como consecuencia de la COVID-19. Por un lado, refresca y ayuda a que el calor sea más llevadero y, por otro, se conserva muy bien y “dura bastantes días” hasta que se termina, contribuyendo a los nuevos hábitos de espaciar más la compra de alimentos para evitar la exposición y reducir los riesgos de contagio. “La sandía le gusta a todo el mundo, también a los más pequeños, a los que a veces les cuesta más comer fruta”, apostilla Fernández.
Las zonas productoras
Almería produce y exporta más de la mitad de la sandía que comercializa España cada año, según los datos que maneja la patronal española de producto- res y exportadores de frutas y hortalizas, Fepex. Es la primera provincia exportadora de sandía en España y la segunda de melón. Cada año, el devenir de la campaña de sandía depende, principalmente, del comportamiento del consumidor europeo, que absorbe en torno al 90% de la producción española.
Este año, la provincia del sureste andaluz cuenta con una superficie estimada ligera- mente superior al año anterior en el caso del melón, según las previsiones de la Consejería de Agricultura, alcanzando las 2.650 hectáreas, un 2% más, y prácticamente la misma para sandía, con 10.600 hectáreas, un 1% de incremento.
Almería produce y exporta más de la mitad de la sandía que comercializa España anualmente
Para incentivar el consumo internacional de sandía, Coexphal y la Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Andalucía (Hortiespaña) han impulsado una campaña de comunicación y marketing, principalmente, a través de medios digitales, en la que se difunden las propiedades saludables y organolépticas de esta fruta, bajo el lema ‘La primera sandía europea’. A ella se unió después otras más genérica con el título ‘Vive Saludablemente. Frutas y Verduras’, financiada por más de 100 empresas y asociaciones de toda España, para impulsar los hábitos de vida saludables y poner en valor al sector agroalimentario, que ha estado ‘al pie del cañón’ durante toda la crisis del coronavirus, garantizando el suministro de alimentos con todas las garantías de calidad y seguridad alimentaria; una acción que consta de un spot televisivo, cuñas de radio y distintas acciones en redes socia- les, junto con la web lasfrutasyverduras.es.
También hay empresas que han llevado a cabo su propia campaña. Es el caso de la cooperativa de segundo grado almeriense Unica Group, que ha hecho lo propio con su sandía Freshquita, a través de un anuncio de televisión en Telecinco, que protagoniza su colaborador Aitor Sánchez, nutricionista, tecnólogo de los alimentos y autor del popular blog ‘Mi dieta cojea’. En Murcia, la previsión que maneja la cartera que dirige Antonio Luengo arroja una superficie conjunta de melón y sandía de 5.800 hectáreas, muy similar a la de la cosecha de 2019-2020. En su caso, viene marcada por la incertidumbre inicial ante la crisis de la Covid-19, el cierre del canal Horeca y la falta de mano de obra, al tratarse de un cultivo que requiere su recolección en un momento determinado. Precisamente, esas dudas iniciales se están trasladando a los ciclos más tardíos y son muchos los productores que se están cuestionando la siembra. Sin embargo, el sector en Murcia espera que la demanda remonte el vuelo ahora que el consumidor ha comenzado la desescalada.
Lo que beneficia a Murcia respecto a Almería este año es su calendario, pues, aunque la campaña de melón y sandía arranca en mayo, la parte más importante abarca los meses de más calor, a partir de la segunda quincena de junio y durante casi todo el mes de julio, lo que le da más margen para la recuperación del mercado, con la apertura del canal Horeca y la previsible reactivación del turismo, que impulsarán el consumo, tanto nacional como internacional.
El sector en Murcia espera que la demanda remonte el vuelo ahora que el consumidor ha comenzado la desescalada
En Castilla-La Mancha, la máxima de la Interprofesional de Melón y Sandía ha sido trasladar prudencia al sector, al que pide una planificación adecuada para evitar un exceso de producto en el mercado y, por consiguiente, un desplome de los precios. La restricción de la comercialización por el coronavirus y la escasez de temporeros son las dos cuestiones que más preocupan. Por eso, aunque el año pasado se cultivaron 6.182 hectáreas de melón y 2.635 de sandía en territorio manchego, el presidente de la interprofesional, Cristóbal Jiménez, aboga por reducir estas cifras “para minimizar el hipotético problema”.
Por su parte, la Comunidad Valenciana espera mantener unas cifras similares a las registradas el curso pasado, aunque con un ligero incremento. Según las previsiones que maneja la Conselleria de Agricultura, la superficie cultivada de sandía superará las 1.600 hectáreas, con un volumen de producción de unas 80.000 toneladas, mientras que el área dedicado a melón pasará de las 1.500 hectáreas, lo que arrojará alrededor cerca de 50.000 toneladas. A pesar del mantenimiento del nivel productivo de ambas frutas, los técnicos recomiendan cautela a los agricultores a la hora de plantar ante la incertidumbre existente como consecuencia del coronavirus, principalmente, ante la posible escasez de mano de obra y las dificultades en las ventas por la falta del consumo del sector turístico.
La Comunidad Valenciana espera mantener unas cifras similares a las registradas el curso pasado, aunque con un ligero incremento

La llegada definitiva de las buenas temperaturas ha contribuido al repunte de la demanda en España y resto de Europa. / ARCHIVO