Once países cultivan en 600 hectáreas las nuevas variedades de uva obtenidas en el IMIDA

El desarrollo de las nuevas variedades impulsadas por el Gobierno regional se produjo para fortalecer a los productores locales, pero ante el interés mostrado por productores del resto del mundo se exportó a otros países en los que se produce en contraestación

Los productores murcianos han plantado estas nuevas variedades en más de 1.400 hectáreas, que representan más del 20 por ciento de la superficie regional. / ARCHIVO

 

Valencia Fruits. Redacción

El director del IMIDA, Andrés Martínez, ha confirmado que las 20 nuevas variedades de uva de mesa ‘apirena’ (sin semillas) obtenidas en sus laboratorios se cultivan en 11 países en los que hay 600 hectáreas en producción.

Por su parte, los productores murcianos han plantado de estas nuevas variedades en más de 1.400 hectáreas, que representan más del 20 por ciento de la superficie regional.

El desarrollo de las nuevas variedades impulsadas por el Gobierno regional se produjo para fortalecer a los productores locales, pero ante el interés mostrado por productores del resto del mundo se exportó a otros países en los que se produce a contraestación para dar continuidad en los mercados internacionales a las variedades de uva de mesa murcianas.

Productores de Chile, Perú, Argentina, Brasil, Sudáfrica, Namibia, Australia, México, India y Estados Unidos han visitado la estación experimental ‘Cuatro Vientos’, en Blanca, donde les han mostrado las variedades tempranas de uva de mesa que destacan por la textura crujiente que presentan sus bayas y su elevada productividad.

Martínez destaca que “esto es fruto del trabajo del programa de mejora genética que inició el IMIDA en la década de los 90, y más tarde en colaboración con la empresa ITUM, en el que tratamos de dar respuesta a las demandas del sector con la obtención de nuevas variedades apirenas o sin semillas, menos exigentes en técnicas de cultivo y que les permitieran una ampliación de su calendario productivo”.

El objetivo era, según el director del IMIDA, “obtener variedades que respondieran a las siguientes características: ausencia de semillas, textura crujiente, maduración temprana o tardía para ampliar calendario, poco exigentes en técnicas de cultivo, productivas y con buen tamaño de racimos y bayas, con buena calidad organoléptica, y resistentes a la manipulación y transporte”.