El Pacto Verde Europeo: ¿ecologismo o política?

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Ante la oleada de protestas del agro en las últimas semanas, la Comisión Europea advierte de la creciente polarización que existe frente a las políticas climáticas del Pacto Verde Europeo

El Pacto Verde plantea iniciativas políticas cuyo objetivo es conducir a la UE hacia la transición ecológica. / Monstera production

Alba Campos. Redacción. 

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen ya describió el Pacto Verde como “el momento del hombre en la luna de Europa”. Ya saben, el clásico “un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”. Sin embargo, desde el principio, el agro europeo duda de si realmente ese paso es tan pequeño como afirmaba Neil Armstrong o si, por el contrario, es mucho más complicado que eso.  

La nueva Política Agraria Común, el Pacto Verde Europeo, la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible crean un caldo de cultivo en el continente que ha estallado y cristalizado en malestar, protestas, manifestaciones y exigencias por parte de los agricultores de toda Europa

La nueva Política Agraria Común, el Pacto Verde Europeo, la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible crean un caldo de cultivo en el continente que ha estallado y cristalizado en malestar, protestas, manifestaciones y exigencias por parte de los agricultores de toda Europa.  

Si la coyuntura actual ya es negativa teniendo en cuenta la inflación, los elevados costes de producción, los impuestos y la guerra, ahora más que nunca los agricultores se encuentran oprimidos y exigen terminar con las leyes de la Comisión Europea que les establecen unos objetivos ciertamente complicados de alcanzar. 

Objetivos europeos

El cambio climático es un hecho. Según explican desde la Comisión Europea “los últimos informes científicos muestran cambios sin precedentes en el clima mundial. El calentamiento global está provocando permutaciones cada vez mayores, y en algunos casos irreversibles en las corrientes oceánicas y en los patrones de las precipitaciones y del viento en todas las regiones del mundo”.

Por ello, desde Bruselas se establecieron algunos objetivos de cara a las próximas tres décadas. Y no son simples sugerencias, sino que los países de la UE están ahora jurídicamente obligados a lograr dichas metas establecidas en el Reglamento sobre el Clima. 

Tras las numerosas movilizaciones agrarias por toda Europa, Ursula von der Leyen dio un paso atrás y propuso la retirada del Reglamento sobre el uso sostenible de productos fitosanitario “SUR” que exigía suprimir en un 50% el uso de los pesticidas

El Pacto Verde Europeo se estableció como un paquete de iniciativas políticas cuyo objetivo es situar a la UE en el camino hacia la transición ecológica. Sin embargo, las numerosas movilizaciones agrarias por toda Europa en contra de estas iniciativas dieron sus frutos. El pasado 7 de febrero Ursula von der Leyen dio un paso atrás y propuso la retirada del Reglamento sobre el uso sostenible de productos fitosanitario “SUR” que exigía suprimir en un 50% el uso de los pesticidas. Esta medida se llevó a cabo con el objetivo de reducir los riesgos de los productos fitosanitarios, pero ha desembocado en una gran polarización.  

Es en este tipo de medidas y exigencias donde se establece la conocida como “taxonomía verde”, ajustada a cada país miembro y sus necesidades, de manera que se fijan distintas condiciones generales que una actividad económica debe cumplir para ser considerada ambientalmente sostenible y poder realizar la tan esperada transición ecológica. Una transición ecológica que está creando numerosas controversias. 

Polarización política

La Comisión Europea ve urgente luchar contra el cambio climático, sin embargo, son muchas las voces en contra de las medidas ambientales impuestas, y no se trata sólo de agricultores, organizaciones y empresas agroalimentarias.

En los últimos años se ha creado una gran polarización política respecto a las normas de Bruselas. Por un lado, los partidos de izquierdas se describen como concienciados con la sostenibilidad y el ecologismo y aceptan los objetivos marcados por la UE. Por otro lado, respecto a los partidos de ultraderecha conservadores, son muchas las voces que se oponen a las exigencias climáticas de la CE por no estar alineadas con el contexto socioeconómico actual. Algunos, incluso, son negacionistas del cambio climático.

En el panorama nacional, el partido Vox justifica su rechazo al Pacto Verde por “fiarse más” de los agricultores que de los científicos. El diputado en el Congreso y exportavoz de Agricultura de Vox, Ricardo Chamarro, anunció el pasado julio de 2023 durante un debate climático organizado por la Agencia EFE que “la voz de los agricultores está por encima de la voz de la ciencia” y afirmó que “vamos a votar en contra de esta ley porque es muy negativa para los agricultores. Es otra de las leyes de la Agenda 2030 que les hacen la vida imposible a los trabajadores del campo. Yo me fio de la gente del mundo rural. Ellos nos dicen que la situación está muy complicada por los costes y por los excesos burocráticos. El hombre es fundamental en la naturaleza y hay que defenderlo”. 

Por otro lado, la representante del PP, Paloma Martín Martín, ex Consejera de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, subrayó que “la izquierda toma el cambio climático sólo desde el punto de vista ambiental golpeando al mundo rural. Nosotros queremos una economía verde que nos permita seguir creciendo como continente y como país”. 

Las posturas en el otro lado son bastante distintas. Desde el Gobierno, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en su Facebook, ya mostró su apoyo y afirmó que “debemos avanzar en un Pacto Verde Europeo que ponga el trabajo decente en el centro y que apueste por un crecimiento inclusivo y sostenible”. Una opinión completamente alineada con la de, Cristina Narbona, ex Ministra de Medio Ambiente del PSOE, la cual afirmó que “España y Europa están en emergencia climática. Esto exige acelerar las soluciones. No se trata de criminalizar a ningún sector. La ley garantiza los apoyos suficientes de los Estados para que los agricultores puedan hacer la transición ecológica en sus explotaciones”.

Voces en europa

Este debate no se da únicamente en España, en Europa la extrema derecha también se posiciona en contra del Pacto Verde Europeo y de las medidas de Bruselas. Personalidades políticas como Marine Le Pen, del partido ultraderechista francés Reagrupamiento Nacional, afirmó que “la ecología punitiva es inútil, crea sufrimientos y agrava situaciones de fragilidad para los que tienen menos recursos”. 

El vencedor de las elecciones holandesas, el ultraderechista Geert Wilders del Partido de la Libertad, niega el cambio climático y ya afirmó que “debemos deshacernos de todo el alarmismo de que nuestra naturaleza y nuestro medio ambiente están a punto de colapsar”. Explica que “durante años, los agricultores han sido bombardeados con normas asfixiantes, tanto nacionales como europeas: normas sobre las emisiones, sobre el estiércol, sobre el agua, sobre el aire, sobre la naturaleza, etc.”. 

Desde Italia, la primera ministra del partido de ultraderecha Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, no se opone directamente a las normas de la Comisión Europea, pero afirma que, además de la medioambiental, no hay que olvidarse de las otras dos patas de la sostenibilidad: la económica y la social. “Si queremos ser eficaces, debemos perseguir una sostenibilidad ambiental, que no comprometa la esfera económica y social: necesitamos una transición ecológica, no ideológica”, afirma Meloni en un artículo de Infobae.

Un futuro ¿verde?

Las manifestaciones agrarias de los últimos días no hacen más que evidenciar el gran problema por el que está pasando el campo en Europa. Las protestas van dirigidas a pedir soluciones ante los bajos precios que reciben los agricultores, así como para denunciar las regulaciones medioambientales, la sobrecarga administrativa y burocrática y el cese de los tratados de libre comercio. 

La pregunta que podría englobar la postura de los manifestantes sería: ¿cómo cumplir con las exigencias del Pacto Verde teniendo en cuenta la desfavorable situación económica y climática por la que está pasando el campo? 

Entre los manifestantes europeos hay una preocupación común relacionada con el medioambiente: el Pacto Verde Europeo y sus objetivos climáticos. La pregunta que podría englobar la postura de los manifestantes sería: ¿cómo cumplir con las exigencias del Pacto Verde teniendo en cuenta la desfavorable situación económica y climática por la que está pasando el campo? 

El sector agroalimentario se encuentra completamente concienciado con la preocupante situación climática, pero encuentra muchas dificultades para cumplir con las normas de la Comisión Europea en el periodo de tiempo que ha establecido 

El sector agroalimentario se encuentra completamente concienciado con la preocupante situación climática, pero encuentra muchas dificultades para cumplir con las normas de la Comisión Europea en el periodo de tiempo que ha establecido. Ante un presente negro, ¿se conseguirá un futuro tan verde como esperan?