El mercado mayorista de frutas y hortalizas de Gipuzkoa se adapta con compromiso, austeridad y vocación de servicio a un contexto cada vez más complejo
Nerea Rodriguez. Euskadi.
A pesar del complicado contexto que vive el sector hortofrutícola, el mercado mayorista de frutas y hortalizas de Gipuzkoa, Merkabugati, mantiene su pulso. Inflación, caída del consumo, jubilación de pequeños autónomos, escasa mano de obra… son obstáculos que no han mermado la actividad diaria ni el compromiso del equipo que gestiona esta infraestructura fundamental para el comercio local.
“El crecimiento en ventas no es sencillo, no nos vamos a engañar”, reconocen desde la gerencia. Pero Merkabugati sigue siendo el punto de encuentro ideal para fruterías de barrio y pequeños comerciantes, gracias a una propuesta pensada para facilitarles el trabajo: buena ubicación, amplio horario, variedad de productos, calidad y servicios logísticos adaptados a sus necesidades.
El mercado del pequeño comercio
Entre las 6:00 y las 11:30 de la mañana, el recinto se llena de actividad. Los profesionales acceden cómodamente, cargan género fresco y se preparan para abrir sus negocios. También hay empresas asentadas que ofrecen pedido telefónico y reparto a domicilio. “Nuestro modelo es perfecto para el comercio de proximidad y para la hostelería. Tenemos producto variado, de calidad, y a precios competitivos. No se puede pedir más”, afirman.
Consciente de sus dimensiones y limitaciones, Merkabugati asume que su camino no pasa por abastecer a la gran distribución. “No estamos preparados para servir de forma continuada a las cadenas, pero aunque lo estuviéramos, no vendrían. Su política es comprar directamente en origen”.
Por eso, el perfil de cliente del mercado se mantiene constante: comerciantes locales, cada vez más envejecidos, cuya renovación generacional viene de la mano de nuevos profesionales de origen extranjero. “Ellos están aprendiendo, adaptándose a los gustos del consumidor guipuzcoano y trabajando muy bien. Pero no hay más. Son los que son”.
Contención de costes
Con el objetivo claro de garantizar la sostenibilidad del mercado, desde la dirección se han implementado medidas de ahorro enfocadas a reducir los costes operativos sin comprometer el servicio. Una de las actuaciones más destacadas ha sido la sustitución del sistema de videovigilancia por uno automatizado, junto con la instalación de puertas controladas a distancia. El cambio ha permitido reducir el personal de vigilancia nocturna y disminuir significativamente las cuotas de mantenimiento que pagan las empresas asentadas.
“Hemos pasado de tener un vigilante desde la 1:30 del mediodía hasta las 6 de la mañana, a tener un sistema automatizado de control de accesos. Llamas, te atienden desde Donosti, y entras. Estamos caminando hacia una digitalización total del sistema, con la instalación de un quiosco digital que permitirá prescindir de personal físico en el acceso. Centralizar y digitalizar es el camino para reducir gastos”.
La limpieza es otro apartado donde se ha logrado un ajuste importante. Antes se limpiaba a diario; ahora se hace una limpieza general una vez por semana, mientras que el resto del tiempo los propios asentadores se encargan de sus zonas y elementos comunes. “Hay un compromiso firme por parte de todos y está funcionando muy bien. El mercado se mantiene limpio y eso supone un ahorro notable”.
Además, Merkabugati está negociando con la Mancomunidad de San Marcos una revisión del coste por la recogida de residuos, que sigue siendo el mayor gasto estructural del mercado.
Una de las novedades más relevantes de este 2025 es la incorporación de placas solares en varias empresas asentadas. Tras estudiar diferentes fórmulas —como la creación de una comunidad energética común—, finalmente se ha optado por instalaciones individuales. En total, siete empresas han completado ya el proceso de instalación y prevén ponerlas en marcha en las próximas semanas.
“La iniciativa surgió de los propios asentadores, y desde la gerencia se les autorizó y se facilitó todo. No todos han podido o querido sumarse, pero quienes lo han hecho están comprometidos con reducir su huella y su factura energética”.
Un año complicado
El clima también está jugando un papel cada vez más importante en el día a día del mercado. Tras varios años en los que el buen tiempo se instalaba a primeros de mayo y se alargaba durante meses, la primavera actual recuerda a las de hace dos décadas: inestable, con días alternos de lluvia, frío y calor.
“Llevamos varios días de nubes, chubascos intermitentes, mañanas frías y tardes soleadas. Esto influye directamente en las ventas. Hay días muy buenos y otros en los que no se mueve género. Es lo que hay. Ya el verano pasado fue muy atípico: llovió 30 días en agosto”.
Estas variaciones hacen que el consumo sea más imprevisible y que los asentadores deban ajustar sus compras casi a diario. “No puedes arriesgarte a cargar mucho si sabes que el tiempo no acompaña. Si el día amanece gris, la venta baja”.
El arranque de 2025 no está siendo fácil. La presión de los precios, los cambios en los hábitos de consumo y las dificultades estructurales de los pequeños mercados se hacen notar. Pero Merkabugati resiste.
“Somos un mercado que se defiende. No es fácil, pero seguimos aquí. Hay movimiento, entran nuevos operadores que dinamizan el espacio, y hay compromiso por parte de los asentadores. Se nota”.
En definitiva, la gran familia de Merkabugati está demostrando la voluntad de seguir apostando por un modelo de mercado que sigue siendo esencial para la economía local, y que se adapta con realismo, austeridad y compromiso a un entorno cada vez más exigente.