Peris, como especialista en distintas variedades de calabaza, elabora en su sala blanca de Albuixech (Valencia) calabazas asadas valencianas que llegan al lineal en cómodos envases reciclables con cierre de seguridad

Alberto Montaña junto a las calabazas que Peris recolecta, almacena y prepara. / PERIS
La calabaza asada valenciana Peris recoge una de las tradiciones gastronómicas con mayor personalidad de la cultura de la comunidad.
Son muchos los hornos panaderos de los pueblos que todavía aprovechan el calor del horno para asar las calabazas partidas hasta dorar los intensos azúcares que caracterizan esta deliciosa variedad cultivada desde tiempo inmemorial en las huertas.
Estas calabazas eran una delicia muy apreciada que también se utilizaba para la elaboración de arropes, buñuelos, tartas e incluso en arroces al horno a modo de recipiente de cocción.
Tras su recolección a finales de verano, las calabazas se guardaban en lugares fríos y poco húmedos de la casa para disponer de ellas durante el invierno. Las calabazas se utilizaban poco a poco y con el paso del invierno se deshidrataban y aumentaba la presencia de materia fibrosa de manera que a primeros de mayo perdían parte de su valor gastronómico eran atacadas por hongos. Los amantes de la calabaza asada valenciana debían prescindir de su postre favorito hasta la llegada de la nueva cosecha en septiembre.
Pero los tiempos han cambiado, Peris, como especialista en distintas variedades calabaza elabora en su sala blanca de Albuixech (Valencia) calabazas asadas valencianas que llegan al lineal en cómodos envases reciclables con cierre de seguridad.
Las calabazas utilizadas son de origen valenciano hasta el mes de mayo en que llegan calabazas de ultramar cultivadas a partir de semillas seleccionadas en nuestras instalaciones. De esta manera Peris es el único operador de calabaza valenciana con producto fresco a partir del cual puede mantener su deliciosa calabaza asada todo el año en el lineal.