Cristobal Aguado: “Los precios al agricultor deben superar los 0,40e/kg para cubrir costes”

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El presidente de AVA-Asaja destaca que los altos costes, los problemas de plagas y las adversidades meteorológicas son los protagonistas de esta campaña del kaki

Presidente de AVA-Asaja, Cristobal Aguado. / Ava Asaja

Julia luz. Redacción.

El cultivo de kaki retrocede en la Comunitat Valenciana. La fruta que desató una auténtica fiebre entre los agricultores que buscaban una rentabilidad superior a la naranja vive sus horas más bajas. Y es que el kaki lleva ya varias campañas sin levantar cabeza, y lo peor es que no se acaba de ver la salida. Esta campaña viene marcada por una reducción del 50% de la producción en un contexto donde los altos costes, los problemas de plagas y las adversidades meteorológicas son los protagonistas. Un año más, “la rentabilidad del kaki está contra las cuerdas”.

Valencia Fruits. ¿Sigue el sector del kaki resentido por los resultados de campaña pasada? ¿Qué datos manejan para la actual?

Cristóbal Aguado. El cultivo del kaki lleva ya varias campañas arrastrando un grave problema de rentabilidad y, en consecuencia, la superficie cultivada atraviesa también una tendencia negativa. Hasta 2018, el kaki era un cultivo alcista en la Comunitat Valenciana y llegó a rozar las 16.000 hectáreas, pero estos últimos cinco años ha retrocedido. Según la última encuesta Esyrce del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación estamos en 15.640 hectáreas, es decir, casi 350 hectáreas menos. Y este proceso se va a recrudecer mientras no haya una rentabilidad digna a pie de campo.

“El cultivo del kaki lleva ya varias campañas arrastrando un grave problema de rentabilidad y, en consecuencia, la superficie cultivada atraviesa también una tendencia negativa”

Al mismo tiempo, la falta de soluciones eficaces frente a plagas y enfermedades ha ido agravando los daños ejercicio tras ejercicio. Si la campaña anterior fue mala, los datos que manejamos para la presente no son mucho mejores y la prueba más evidente es la imagen de campos de kakis arrancados o, sencillamente, abandonados.

VF. Se estima que esta campaña la cosecha de kaki será un 50% inferior a su potencial productivo. ¿A qué se debe esta reducción?

CA. La reducción de la cosecha será de un 50% en adelante. Hay zonas donde las mermas son mayores e, incluso, encontramos parcelas que no tienen prácticamente ningún fruto. La principal causa es la anomalía climática, pero también es preciso subrayar el impacto de las plagas y enfermedades que, con las herramientas de control actualmente autorizadas, no pueden ni prevenirse ni controlarse. Es cuestión de tiempo que los cotonets, las moscas blancas y la mancha foliar acaben llegando a todas las zonas productoras. 

“Es preciso subrayar el impacto de las plagas y enfermedades que, con las herramientas de control actualmente autorizadas, no pueden ni prevenirse ni controlarse”

VF. ¿Cómo ha afectado el mal tiempo?

CA. Tras un mes de febrero con temperaturas extraordinariamente elevadas pasamos a un mes de marzo con temperaturas muy bajas, hasta iniciar abril con una ola de frío ártico. Más adelante, se sucedieron otras adversidades climáticas,  como las lluvias persistentes, las heladas y, finalmente, las sucesivas olas de calor durante el verano. 

Así, el cultivo de kaki se ha visto afectado de manera casi continua por el mal tiempo, que ha sido el principal culpable de la disminución de la producción. 

VF. Dado el aumento generalizado de los costes, ¿cuál es el baremo de precios que habría que pagar en el campo para garantizar una mínima rentabilidad?

CA. Los costes de producción del cultivo de se han disparado un 40% en el último año  en consonancia con el resto del sector agropecuario. En el caso del kaki —además del brutal encarecimiento de los combustibles, los abonos y la energía eléctrica necesaria para regar las explotaciones— hay que resaltar la elevada factura que pagan los agricultores para aplicar los tratamientos fitosanitarios contra las plagas y enfermedades. Tras la supresión de ciertas materias activas, los productos disponibles actuales son mucho más caros y, además, resultan menos eficaces, por lo que hay campos muy afectados a pesar de aumentar las aplicaciones.

En este sentido, los precios pagados en el campo deberían de incrementarse muchísimo más de lo que han hecho en el último año. De hecho, una cotización en origen de 0,40e/kg no es en absoluto suficiente para compensar el alza de los costes y la reducción de la cosecha comercializada.

VF. ¿Cuál es la situación de los cotonets esta campaña? 

CA. Tanto los cotonets como las moscas blancas han continuado este año su expansión en la Comunitat Valenciana. En las zonas donde ya estaban presentes han seguido causando estragos, dejando árboles llenos de negrilla, mientras que en otras zonas no afectadas hasta el momento ya han aparecido los primeros daños. 

La falta de soluciones fitosanitarias o biológicas es la causa fundamental de este problema, al que debemos sumar el mal tiempo y el hecho de que muchos productores han desistido y han dejado sus campos sin tratar, perjudicando a las parcelas cercanas. Si seguimos así, las plagas y enfermedades acabarán afectando a todas las áreas productoras de kaki. 

VF. ¿Qué perspectivas comerciales hay para esta campaña? ¿Debe el kaki valenciano buscar nuevos mercados?

CA. Si los mercados internacionales que hoy están cerrados estuvieran abiertos, tendríamos que duplicar y triplicar la producción de kaki. Con la cosecha actual no tendríamos bastantes ni para empezar. 

El principal ejemplo es el veto ruso en 2014, que supuso un golpe demoledor para el sector, pues era un mercado emergente con 200 millones de consumidores que adquiría segundos calibres. Su cierre tan repentino contribuyó a la congestión de los mercados europeos al intentar redistribuir el producto y a presionar los precios a la baja.

En este sentido, llevamos años reivindicando al Gobierno español que agilice todos los trámites oportunos para abrir el kaki a mercados exteriores e incentivar, de esta manera, las exportaciones. 

VF. Siguiendo con la comercialización, ¿es necesario aumentar la promoción del kaki valenciano?

Por supuesto. Y no solo es importante, sino que es absolutamente imprescindible si queremos que el cultivo de kaki tenga futuro, tanto en los mercados nacionales como internacionales. Todavía existen muchos consumidores que desconocen esta fruta y todas sus virtudes: su sabor extraordinario, sus excelentes propiedades nutricionales y su fácil consumo. Además, nuestra experiencia nos dice que, quien la prueba, repite. 

“La promoción es absolutamente imprescindible si queremos que el cultivo del kaki tenga futuro”

Desde AVA-Asaja resaltamos enormemente el gran trabajo promocional que realiza la D.O. Kaki Ribera del Xúquer, pero también creemos que hay que dar un paso adelante y eso pasa por la constitución de una Interprofesional de Kaki que sea capaz de obtener fondos para crear e impulsar una campaña de promoción potente y eficaz.

VF. ¿Cuáles serían los principales objetivos de esta Interprofesional?

CA. El objetivo número uno de la Interprofesional sería sentar en una misma mesa a productores, comercializadores e industria —y, por qué no, a consumidores— para planificar la gestión de las campañas y lograr que todos los agentes involucrados en la cadena de valor puedan obtener unos precios razonables.

También podría ser el medio idóneo para mejorar la promoción del kaki, para incentivar la investigación o para mejorar la lucha contra las plagas y enfermedades, facilitando la interlocución con empresas de productos fitosanitarios. 

VF. ¿Qué medidas habría que tomar para garantizar la viabilidad del cultivo del kaki en la Comunitat Valenciana?

CA. La rentabilidad del kaki está contra las cuerdas. Pero las cosas pueden cambiar si el sector trabaja unido y las administraciones se implican en defensa de un cultivo que es clave para la economía y el paisaje de comarcas valencianas como La Ribera. Necesitamos soluciones verdaderamente eficaces frente a las plagas y enfermedades, seguros agrarios adaptados a las necesidades reales del cultivo, mayor investigación en nuevas variedades…y, en definitiva, unos precios justos que al productor le permitan cubrir los costes de producción y modernizar sus explotaciones. Mientras no haya nada de esto, al kaki le estarán arrebatando ese futuro tan brillante que merece.

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