Las dificultades de producción en algunas variedades han sido consecuencia del cambio climático y el calentamiento global
Efeagro.
La disminución de frío invernal provocada por el cambio climático en muchos años y zonas causa problemas de producción en algunas variedades, según se ha puesto de manifiesto el pasado 25 de octubre en una jornada técnica celebrada en el CITA sobre la adaptación de variedades frutales al cambio climático.
Dirigida a fruticultores y personal técnico del sector agroalimentario, la jornada ha sido inaugurada por la jefa del departamento de Ciencia Vegetal, Ana Garcés, quien ha explicado a los asistentes la importancia de la investigación para adaptarse a los retos del futuro.
Los investigadores del departamento de Ciencia Vegetal Javier Rodrigo y Erica Fadón han hablado después sobre el cambio climático y las necesidades de frío.
Han hecho hincapié en la importancia de conocer las necesidades agroclimáticas de cada variedad, ya que la disminución de frío invernal provocada por el cambio climático en muchos años y zonas está causando problemas de producción en algunas variedades.
En este sentido han descrito cómo se puede determinar el frío acumulado en distintos escenarios futuros en base a la evolución histórica de temperaturas en casa zona.
En la jornada se ha presentado el proyecto ADAPFRUTCC, coordinado por el CITA, en el que se estudia el impacto del cambio climático sobre el reposo invernal, comparando el comportamiento de una variedad de floración temprana y otra de floración tardía en cuatro especies.
Se comparan el albaricoquero, ciruelo japonés, cerezo y melocotonero en tres localizaciones: Zaragoza (clima templado), Algarrobo-Costa, en Málaga (clima subtropical) y Guadaira, en Badajoz (clima intermedio).
Además, se está analizando la acumulación de frío en las diferentes localizaciones en distintos escenarios climáticos.
El investigador en formación del departamento de Ciencia Vegetal Néstor Santolaria se ha referido a la determinación experimental de las necesidades de frío.
Ha explicado cómo descubrió que los árboles frutales de clima templado necesitan acumular frío en invierno para florecer y fructificar, describiendo la metodología experimental que permite determinar las necesidades agroclimáticas de cada variedad.