Un proyecto evalúa la recuperación de campos abandonados para prevenir incendios

BOLLO QUÉDATE CON LO BUENO
KANZI VOG

Dos jóvenes ingenieros forestales analizan las alternativas legales y las herramientas tecnológicas que permitan facilitar al máximo la viabilidad económica, social y medioambiental de cultivos

colza

Los ingenieros han estudiado la legislación estatal, autonómica y municipal con el objeto de explorar posibles vías para trabajar las parcelas abandonadas privadas. / Archivo

Valencia Fruits. Redacción.

Un proyecto, acogido a las ayudas financiadas por la Conselleria de Agricultura para la preservación de la Reserva de la Biosfera del Valle del Cabriel, evalúa la recuperación de tierras de labor abandonadas en el término de Venta del Moro a fin de prevenir incendios forestales. Dos jóvenes ingenieros forestales de Requena, Andrés Martínez y Mario García, analizan las alternativas legales y las herramientas tecnológicas que permitan facilitar al máximo la viabilidad económica, social y medioambiental de cultivos en áreas colindantes a bosques de este paraje. El proyecto cuenta con la colaboración de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) con vistas a promover la participación de los productores.

Los primeros pasos, iniciados en 2023, ya han dado sus frutos. Los ingenieros han estudiado la legislación estatal, autonómica y municipal (dado que la Reserva de la Biosfera engloba a la Comunitat Valenciana, Castilla-La Mancha y Aragón) con el objeto de explorar posibles vías para trabajar las parcelas abandonadas privadas de propietarios que no desean realizar esa labor o de propietarios ilocalizables, así como establecer cómo podrían incorporarse pagos por servicios ambientales a los agricultores que recuperaran esos terrenos baldíos.

Otra fase cumplida ha sido la detección de una metodología que permite identificar, con un 90% de acierto, aquellos campos que carecen de actividad agraria y que cuentan con un interés a la hora de minimizar el riesgo de incendios forestales. El trabajo de campo ha verificado el abandono de las parcelas donde había duda sobre su grado de laboreo. Asimismo, una hoja interactiva generada a lo largo del proyecto ha permitido calcular, en función de condiciones objetivas de clima y suelo, junto a datos que puede añadir el agricultor o el técnico asignado (costes de producción, precio actual de venta del producto, subvenciones, dificultad de laboreo, etc.), las posibilidades más interesantes para cada parcela. Con estas informaciones que facilitan la toma de decisiones, el programa pretende a continuación diseñar un banco de tierras para dar continuidad al proyecto después del periodo de ejecución incluido dentro de la subvención.

“Los grandes incendios van a más por el despoblamiento rural, el aumento de la superficie agraria abandonada y la acumulación de combustible”

El ingeniero forestal Andrés Martínez indica que “los grandes incendios van a más por el despoblamiento rural, el aumento de la superficie agraria abandonada y la acumulación de combustible. En el incendio de Venta del Moro pudimos comprobar cómo los cultivos baldíos propagaron el mismo y en qué grado, si hubieran estado cultivados, lo podrían haber prevenido. Con este proyecto transversal queremos dar respuesta a qué podemos hacer con las parcelas abandonadas. Estamos satisfechos con el trabajo hecho sobre análisis de soluciones legales, posibles actuaciones, valoraciones económicas y toma de decisiones basadas en teledetección pública, indicadores de actividad vegetal y algoritmos. Ahora tenemos que poner a disposición del sector esta información para su propio beneficio y el del conjunto de la sociedad”.

“La agricultura tiene la misión irrenunciable de alimentar a la población, pero no podemos olvidar que también realiza una contribución esencial desde el punto de vista ambiental”

El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, añade que “la agricultura tiene la misión irrenunciable de alimentar a la población, pero no podemos olvidar que también realiza una contribución esencial desde el punto de vista ambiental. Mientras los campos cultivados detienen el fuego y son un refugio idóneo para los equipos de extinción, los campos abandonados son un polvorín y aceleran el avance de las llamas. Este proyecto busca recuperar barreras efectivas a los incendios, barreras formadas por cultivos resilientes ante el cambio climático, que protegen la biodiversidad y que dan vida al territorio”.