Ricardo Bayo: “El incremento de costes y los bajos precios están generando pérdidas para citricultores valencianos”

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El secretario general UPA-CV advierte que el aumento desmesurado de los coste de produción es la gota que colma el vaso en una campaña ya de por sí desastrosa

Ricardo Bayo explica que es imposible que un sector sea viable “cuando tiene nula capacidad de imputar sus costes de producción a la hora de vender su cosecha”. / GG

Gonzalo Gayo. Valencia.

Para un sector, cuya viabilidad económica está cogida con pinzas, un incremento de costes tan brutal como el que se está viviendo en estos momentos “puede suponer la puntilla para muchos agricultores, especialmente en esta campaña citrícola marcada por una fuerte crisis de precios”, se lamenta Ricardo Bayo, secretario general UPA-CV.

Valencia Fruits. ¿Cómo valora la campaña citrícola en estos momentos?

Ricardo Bayo. Desde el punto de vista del agricultor está siendo una campaña desastrosa. A pesar de que es una campaña con una producción que está en la media en lo que refiere a producción los precios desde el principio fueron bajos y además con una rápida tendencia a la baja situándolos incluso por debajo de los costes de producción. Por ejemplo la variedad Navelina, una variedad muy extendida en la Comunidad Valenciana, que en septiembre empezaron ha hacerse tratos entre los 0,18 y los 0,25€/kilo ha llegado a pagarse entre los 0,07 y los 0,14€/kilo. Es decir, que su precio ha caído a la mitad, si los 0,18€/kilo apenas son remuneradores para el agricultor, 7 céntimos/kilo es directamente perder dinero.

El resto de variedades de la primera mitad de la campaña han seguido esta tendencia, que además han arrastrado a las variedades de la segunda parte de la campaña como las variedades del grupo navel (Lane late, Powell, Chislett…) donde todavía hay pocas operaciones pero las ventas que se cierran están en torno a los 0,18€/kilo.

Además, ha sido una campaña que empezó lenta debido a que los lineales de los supermercados estaban copados por naranja y mandarina extracomunitaria. Un problema que cada año les pesa más a los agricultores valencianos que vemos que nos es imposible competir en precios con estos países donde no tienen que respetar la estricta normativa europea, la prohibición de uso de fitosanitarios eficaces y baratos y por supuesto donde la mano de obra es una décima parte que aquí y los derechos laborales brillan por su ausencia.

A todo esto, el agricultor además ha tenido que lidiar con el Cotonet de Sudáfrica, una plaga cada vez más extendida en la Comunidad y además sin fitosanitarios eficaces que han generado mermas en las producciones y por supuesto un sobrecoste combatiéndola. El riesgo de entrada de plagas como la Mancha negra (Black spot) o la polilla Thaumatotibia leucotreta en España siempre está planeando sobre la cabeza de los agricultores debido a las importaciones y principalmente a las pocas o nulas medidas de control que hasta la fecha la Comisión Europea imponía a los países exportadores africanos principalmente.

Sobre este tema después de meses la Comisión Europea por fin ha entrado en razón, aunque solo en parte ya que ha decidido endurecer las condiciones de importación imponiendo el tratamiento en frío e incrementar los controles en los puertos de entrada, y sumándose de esta manera a los principales países productores como Estados Unidos o China. Una victoria del sector citrícola español que llevamos presionando a la Comisión durante mucho tiempo. Eso sí, una victoria a medias ya que el tratamiento en frío se impondrá solo para las naranjas y no para las mandarinas, cosa que no se entiende.

Por si fuera poco todo esto, el agricultor además ha tenido que hacer frente durante este año pasado a un incremento de costes sin precedentes de los insumos, que sumado a los bajos precios que estamos percibiendo por nuestras cosechas están generando pérdidas para muchos citricultores valencianos.

VF. ¿Cómo afecta el incremento de costes a los agricultores?

RB. En un sector, cuya viabilidad económica está cogida con pinzas, un incremento de costes tan brutal como el que estamos viviendo en estos momentos puede ser la puntilla. Por poner unos ejemplos: el gasóleo ha subido un 145%, los fertilizantes un 170% y los fitosanitarios un 130% con respecto al año pasado, y de la luz ni hablamos.

De media los costes se han incrementado casi un 30% con respecto al año pasado y estos incrementos los agricultores no solo no los hemos podido imputar en el precio de venta de nuestras cosechas si no que además los precios de este año son muy inferiores a los de la campaña anterior.

En estas situaciones afrontar una nueva campaña se va a hacer muy cuesta arriba para muchos o incluso imposible para algunos por encontrarse totalmente descapitalizados.

“Si las circunstancias actuales se mantienen, afrontar una nueva campaña se va a hacer muy cuesta arriba para muchos agricultores o incluso imposible para algunos por encontrarse totalmente descapitalizados”

VF. ¿Qué exigen a las administraciones en este momento de crisis citrícola?

RB. Cada administración tiene sus competencias y las reivindicaciones son muy distintas en función de a cuál va dirigida. Tanto a la administración nacional como autonómica les pedimos medidas a corto y medio plazo para poder frente a la situación que vive el sector con el incremento de coste de los insumos y que puedan repercutir en la economía del agricultor en poco tiempo para que este pueda afrontar la campaña que viene.

Estas medias deben ir en la línea de medidas fiscales y además acompañadas de préstamos blandos para aportar liquidez al sector.

A nivel nacional, y a medio y largo plazo es necesario que desarrollen la Ley de la Cadena Alimentaria para defender los intereses del eslabón más débil que es el agricultor. Con respecto a esta Ley, que en la actualidad está en vigor, y que se modificó a raíz de las manifestaciones masivas de agricultores/as que tuvieron lugar en todo el país, se incluyó un punto cuya finalidad era evitar la destrucción de valor a lo largo de la cadena comercial. Literalmente, la Ley dice “el precio pactado entre las partes debe cubrir los costes efectivos de producción”. Esta ley se ha incumplido sistemáticamente durante esta campaña de cítricos, y desde UPA pedimos a la administración el cumplimiento estricto de esta ley.

También es necesario que se incrementen los controles en frontera de las importaciones con el fin de vigilar exhaustivamente la posible introducción de plagas potencialmente peligrosas para el sector y el cumplimiento de plazos y cupos. Así mismo la presión sobre la Comisión Europea debe continuar para proteger los intereses de los agricultores españoles en general y valencianos en particular.

Con respecto a las Administraciones Autonómicas, necesitamos que refuercen la lucha contra el Cotonet de Sudáfrica, ya que frenar su expansión y combatirlo va a ser uno de los principales frentes que vamos a tener en los próximos años. Por otro lado necesitamos el compromiso firme de la administración en hacer cumplir la ley de la cadena alimentaria desarrollando los mecanismos necesarios dentro de sus competencias para hacer cumplir la ley de la cadena alimentaria y sobre todo en lo que toca a la venta a perdida de las cosechas.

Es imposible que un sector sea viable cuando tiene nula capacidad de imputar sus costes de producción a la hora de vender su cosecha y más si tenemos en cuenta que el precio de la naranja es el mismo que hace 25 años.

VF. ¿Qué opina de la reforma laboral y su impacto en la agricultura?

RB. Para empezar desde UPA siempre estaremos a favor del trabajo digno. De momento nos mantenemos a la espera de la tramitación en el Congreso y los posibles cambios que se incluyan. Como primera valoración que haría es que se han reducido mucho el tipo de contratos existentes. El trabajo de campaña agrario quedará enmarcado en los contratos de temporada principalmente y creemos que no habrá problemas. Aunque hay polémica con los fijos discontinuos, en este punto queremos hacer notar que el problema real es que lo que hay en muchas zonas es falta de mano de obra y que las explotaciones agrarias que pueden fidelizar la misma, ya lo están haciendo.

UPA siempre ha defendido la necesidad de tener una ley que garantice que el incremento de los costes se puedan repercutir y esa es la ley de la cadena alimentaria. Si esta ley se cumple, la subida de costes laborales será una dificultad pero no el problema.

Nos parece más relevante que desde el Ministerio de Trabajo hayan tenido en cuenta la realidad del trabajo en el campo y a su dependencia de factores climáticos. En este sentido es fundamental que se entienda que el trabajo en el campo se desarrolla a la intemperie y en momentos puntuales conlleva presión en la tareas, pero esta circunstancia no puede ser argumento para incumplir unas condiciones y normativas laborales vigentes, ni tampoco esas circunstancias pueden estar constantemente bajo la sospecha de la irregularidad y ser objeto de inspecciones y actuaciones que, por la forma que se desarrollan, acaban criminalizando a los agricultores.

“En relación a la reforma laboral y su impacto en nuestro sector, pedimos al Ministerio de Trabajo que se escuche más a los agricultores y ganaderos y que se conozca mejor el trabajo en el sector agrario”

En UPA creemos que el trabajo en el sector agrario es un trabajo con derechos y obligaciones, somos los más interesados en hacer todos las cosas bien y entendemos que se persiga a quien no lo hace, pero no que se generalice. Pedimos al Ministerio de Trabajo que se escuche más a los agricultores y ganaderos y que se conozca mejor el trabajo en el sector agrario. Que, en el caso de las explotaciones familiares, se desarrolla por los trabajadores al lado de los propios titulares. Ojalá esta reforma laboral inicie una nueva etapa de entendimiento laboral y una mayor interlocución con la administración de empleo

VF. ¿Qué balance hace del 2021 y perspectiva para la citricultura en 2022?

RB. En estas circunstancias no me queda otra que hacer un balance bastante negativo para la campaña 2021, a pesar de que todavía queda mucha campaña por delante, vistos los precios para las variedades tardías que se están ofreciendo por parte de los comercios de entorno a 0,18€/kilo. A estas alturas, ojalá me equivoque, pero dudo mucho que vaya a mejorar sustancialmente. Y si los pronósticos se cumplen y la campaña es un total desastre las perspectivas para la próxima campaña serán de serias dificultades para el agricultor para afrontarla, primero porque este año apenas habrá obtenido beneficios o incluso su balance habrá sido negativo y por otro lado los costes de los insumos van a suponer otro lastre para la viabilidad de las explotaciones si no somos capaces de repercutir nuestros costes de producción en la venta de la cosecha.

Lo único que arroja un poco de luz a este panorama tan desolador es la decisión de la Comisión Europea de imponer el tratamiento en frío a las importaciones de cítricos y que eso evite la entrada de nuevas plagas y que el incremento de sus costes nos haga un poquito más competitivos.

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