El proyecto NutriRice apuesta por una tecnología innovadora basada en el uso de cianobacterias autóctonas

Los arrozales de Doñana desempeñan un papel crucial en la economía local y en el mantenimiento de un ecosistema diverso. / ARCHIVO
Valencia Fruits. Redacción.
Los resultados iniciales del proyecto NutriRice, liderado por Arroces Sostenibles de Doñana en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la empresa Doñarroz, apuntan a una notable reducción del uso de fertilizantes químicos en los arrozales de Doñana. Según las primeras conclusiones, sería posible disminuir hasta un 30 % el empleo de fertilizantes sin comprometer la productividad del cultivo.
El proyecto, financiado por los Fondos Europeos Agrícolas de Desarrollo Rural y cofinanciado por la Consejería de Agricultura, apuesta por una tecnología innovadora basada en el uso de cianobacterias autóctonas. Estas microorganismos tienen la capacidad de capturar nitrógeno atmosférico y transformarlo en formas asimilables para las plantas, además de solubilizar nutrientes del suelo de manera natural. Este enfoque mejora la disponibilidad de nutrientes, optimizando su absorción por las plantas y reduciendo la dependencia de fertilizantes químicos.
Beneficios Agronómicos y Ambientales
La incorporación de cianobacterias no sólo impulsa la eficiencia de los cultivos, sino que también presenta beneficios ambientales significativos. Según los responsables del proyecto, el menor uso de fertilizantes químicos contribuiría a reducir la contaminación por nitratos en el agua y el suelo. Además, este avance respalda la preservación de la biodiversidad en el humedal de Doñana, una de las regiones ecológicamente más valiosas de Europa.
La iniciativa subraya la importancia de equilibrar la sostenibilidad agrícola con la protección del medio ambiente. En este sentido, la disminución de fertilizantes químicos favorece la salud del ecosistema, preserva los recursos hídricos y contribuye a mitigar los impactos negativos de las prácticas agrícolas intensivas.
Los arrozales de Doñana desempeñan un papel crucial en la economía local y en el mantenimiento de un ecosistema diverso. Este humedal, fundamental para aves migratorias y otras especies, actúa como sumidero de carbono y regula el clima de la región. Sin embargo, el uso intensivo de fertilizantes nitrogenados ha generado preocupaciones por su impacto negativo en la calidad del agua y el suelo.
NutriRice aborda esta problemática desde una perspectiva integradora, promoviendo prácticas agrícolas sostenibles que beneficien tanto a los agricultores como al medio ambiente. La tecnología desarrollada en este proyecto tiene el potencial de convertirse en un modelo replicable para otros sistemas agrícolas en zonas sensibles, marcando un camino hacia una agricultura más sostenible y respetuosa con los ecosistemas.