Según el MAPA, la superficie media del cultivo del arroz no ha bajado de las 100.000 hectáreas en lo que llevamos de siglo

La plaga de la pyricularia ha afectado al 60% de las plantaciones de la Comunidad Valenciana, según AVA Asaja. / VF
Angélica Quintana / Efeagro.
En España, los bajos precios del arroz hacen que los productores califiquen de desastrosa una campaña que ha dejado atrás la sequía, pero no las enfermedades y el granizo; temen además que parte de los granos de índica se queden en sus almacenes por la abundante entrada de importaciones.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) anunciaba el pasado mes de abril, en el momento de la siembra de arroz, que tras dos años de sequía, la superficie y la producción se recuperaba y se iban a plantar 81.616 hectáreas, con un volumen previsto de unas 562.294 toneladas.
En su avance de superficies de junio, elevaba la estimación a 97.000 hectáreas, un 12,9% más que en 2024.
Según la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (Esyrce) que elabora cada año el MAPA, la superficie media del cultivo del arroz no ha bajado de las 100.000 hectáreas -el máximo fue en 2011, con 122.364 hectáreas- en lo que llevamos de siglo, a excepción de las campañas marcadas por la sequía (2021, 2022 y 2023).
El efecto de la dana
Y todo, a pesar de que en algunas zonas de La Albufera, tras la dana, no se ha podido cultivar por la presencia de lodos, y donde sí se ha podido, se ha sufrido la plaga de la pyricularia, una enfermedad fúngica que ha afectado al 60% de las plantaciones de la Comunidad Valenciana, según una estimación hecha en agosto por AVA-Asaja.
A esto hay que sumar que el pasado 21 de septiembre una granizada afectó a más de 2.000 hectáreas de cultivos en el Delta del Ebro, con daños en algunas parcelas que alcanzan entre el 50% y el 90%, según Unió de Pagesos.
El secretario de Agricultura de UPA, Ignacio Huertas, añade a estos problemas el retraso de la siembra por las lluvias de primavera y las olas de calor del verano.
Pero lo peor son los bajos precios de campaña, “por debajo de los costes de producción”, tal y como ha lamentado el presidente del sector del arroz de Cooperativas Agroalimentarias, Félix Liviano, quien ha calificado la situación del sector de “sumamente extrema”.
“En Extremadura -ha puesto como ejemplo-, es probable que no seamos capaces de comercializar el 20% del arroz largo (variedad índica) producido”, “porque hay tanto arroz de importación, que está muy barato en los mercados”, lo que hace poco competitivo al español.
La última referencia de precios del MAPA para el índica cáscara (semana 40 de 2025, del 29 de septiembre al 5 de octubre) es de 310 euros/tonelada, muy por debajo de la media de 453 euros/tonelada que se pagó en el año 2024, los 555 euros/tonelada de 2023 o los 524 euros/tonelada de 2022.
Cláusulas de salvaguardia
El sector productor lleva pidiendo desde hace años que se frene la entrada de arroz de terceros países, sobre todo de Camboya y Myanmar, sujetos a la iniciativa comunitaria EBA (Everything But Arms o Todo salvo armas), que dejó completamente sin aranceles la importación de este cereal en 2009, aunque entre 2018 y 2021 se introdujeron cláusulas de salvaguardia que gravaron la importación.
En 2024, la Unión Europea (UE) compró de Myanmar 690.802 toneladas de arroz y de Camboya, otras 276.845 toneladas, según la Comisión Europea, que ahora, durante la presidencia europea de Dinamarca, revisa las condiciones de la iniciativa EBA.
Huertas es tajante al afirmar que “las importaciones están hundiendo los precios del sector desde que desapareció hace varios años la cláusula de salvaguardia”.
“No podemos competir con ellos, porque en la UE tenemos prohibidas muchas materias activas fitosanitarias, más costes de mano de obra y producimos con exigencias de sostenibilidad”, ha comentado antes de solicitar de nuevo que haya “reciprocidad” en los acuerdos comerciales de Bruselas con países terceros.
Todas las asociaciones agrarias en España coinciden en que es necesario que se active una “cláusula de salvaguardia automática” para las importaciones de arroz EBA si Europa quiere continuar con su cultivo de arroz, y que en el etiquetado de cada paquete figure el país de procedencia del grano, no solo el lugar de envasado.