La sequía deja al campo andaluz en un estado “crítico”

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El sector demanda soluciones y una profunda reflexión sobre el modelo de producción

La situación prolongada de sequía está comprometiendo las cosechas en numerosas zonas productoras. / Archivo

Efeagro.

La falta de precipitaciones y la escasez de agua embalsada está llevando a los agricultores y ganadores a una situación extremadamente “crítica” que amenaza, de forma inminente, con llevarse por delante cultivos de muchas explotaciones en Andalucía.

A pesar de los grandes problemas de “costes”, la situación actual de sequía es “lo más grave y lo más importante para el sector”, según explica a EFE, el portavoz de Asaja Andalucía, Eduardo Martín, quien advierte de que se está formando la “tormenta total” para “darle la puntilla al sector agrario”.

Un falta de lluvia y sequía que “no es nueva” y que “lejos de desaparecer, pues persiste” y “agrava mucho más la situación” respecto al pasado año, por lo que las explotaciones pasan por una “campaña agrícola muy compleja y muy dura”.

Es el mismo sentir que expone el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Andalucía, Cristóbal Cano, quien subraya a EFE que la situación es “muy complicada” ya que este primer trimestre del año “no ha llovido nada”, prácticamente “mucho menos de lo que se esperaba o lo que se deseaba”.

Regadío en estado crítico y el secano camino de la ruina

Una situación “generalizada” en toda Andalucía y que afecta a todos los cultivos “de igual manera” aunque las urgencias dependen del tipo de plantación.

Eduardo Martín asegura que todos los cultivos que dependen del regadío como “el arroz, el tomate de industria, el algodón o el maíz” están en una situación “absolutamente complicadísima” y que “no se resuelve con un poco de lluvia”, ya que precisan de muchas precipitaciones “y de manera continuada”.

Igualmente, Cristóbal Cano expone que hay cultivos “como la cebolla o el ajo” que están en una situación “crítica” y que necesitan agua inminente “para poder salvar la cosechas”, de ahí que se haya pedido a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) adelantar las dotaciones de agua, algo que por ahora el organismo de la cuenca no se plantea.

Una petición que se va a extender para el olivar para “ayudar a que tenga una floración digna”, ya que las perspectivas son que “a medio plazo tampoco va a llover”, lo que sumado a las altas temperaturas provoca que la situación para el cultivo por excelencia en Andalucía sea “muy preocupante”, asegura Cano

Por otro lado, los cultivos de secano, fundamentalmente todos los cereales de invierno donde se incluyen “la gama de trigo, cebada o avena”, o incluso los cereales de primavera “como el girasol”, se encuentran en un estado “absolutamente crítico” ya que “están aguantando” pero ya se constata que “van a empezar a retroceder de una manera vertiginosa”, advierte Martín.

“Es verdad que tuvo un buen inicio porque vinieron lluvias a final de noviembre y diciembre que ayudó a que la siembra fuese bien, pero desde entonces se está viendo mucho retraso y veremos a ver si no se pierden”, lamenta Cano.

Situación dramática en toda andalucía

Una situación que es totalmente similar a la “ganadería extensiva”, ya que se va a empezar a “perder pastos” que lleva al ganadero a “comprar pienso y llevar agua”, lo que supone un “sobrecoste brutal” para las explotaciones que amenaza seriamente su subsistencia, señala Martín.

Pero es que toda la arboleda como “almendros, cítricos o frutales”, además del nombrado olivar, “pinta fea”, ya que la primavera es la “época fundamental de crianza”, y cuando el árbol “no tiene el suficiente aporte de humedad y de nutrientes” tirará de las “pocas reservas que tenga” y “no será capaz de dar el fruto”, relata Martín.

“No hay zonas mejores o peores, sino peores y mucho perores”, asegura el portavoz de Asaja, quien describe que la situación es “homogénea” en toda Andalucía y si la parte occidental “está muy castigada”, la oriental “casi más todavía”, algo que también ocurre “en la península en su totalidad”.

Y aunque no existen “varitas mágicas” ni se puede predecir cuando lloverá, muchos agricultores y ganaderos se plantean la “reconversión” o incluso “dejar de cultivar”, si bien la “rentabilidad” es un factor determinante a la hora de “planificar” las siembras, afirma Martín.

“Hay que analizar las cosas con perspectiva”, según manifiesta Cano, quien recuerda que muchos cultivos tradicionales se desplazaron hacia los leñosos, si bien cree que la situación del cambio climático “hay que tenerla muy en cuenta” y, por tanto, es necesario “reflexionar sobre el modelo de producción agrícola”, un debate que “tiene que estar encima de la mesa” ante el “baño de realidad” que supone la sequía.