En el primer semestre del año la inflación camufla recortes en el volumen de exportaciones agroalimentarias

El principal sector exportador sigue siendo el de las frutas y hortalizas, que experimentó una subida del 4,15% del valor de sus ventas en el primer semestre. / Extenda
Efeagro. /Belén Delgado
Los últimos datos de comercio exterior agroalimentario y pesquero recopilados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) reflejan que las ventas agroalimentarias y pesqueras de España al exterior sumaron 19,9 millones de toneladas hasta junio, frente a los 20,8 millones del mismo periodo de 2021.
Dichas exportaciones han sido menores que las importaciones (22,4 millones de toneladas), un déficit que contrasta con el superávit de 9.281 millones de euros alcanzados en la primera mitad del año por el empuje del valor de las exportaciones (34.713 millones de euros).
Frutas y hortalizas
El principal sector exportador sigue siendo el de las frutas y hortalizas, que experimentó una subida del 4,15% del valor de sus ventas en el primer semestre, hasta 9.242 millones de euros, por el efecto de la inflación, si bien su volumen retrocedió el 5,36%, situándose en 6,8 millones de toneladas, según la federación hortofrutícola Fepex.
El principal sector exportador sigue siendo el de las frutas y hortalizas, que experimentó una subida del 4,15% del valor de sus ventas en el primer semestre
En Almería, el volumen exportado en los seis primeros meses del año ha caído un 8%, con el calabacín, el melón y la sandía entre las mayores bajadas, mientras que su valor se incrementó un 16%, según Coexphal, la asociación de organizaciones de productores de frutas y hortalizas de esa importante provincia exportadora.
El codirector de la cátedra de Coexphal y la Universidad de Almería, Juan Carlos Pérez, explica a Efeagro que «por ahora los precios recibidos compensan el descenso de las ventas en volumen».
«Los mercados están dispuestos a pagar más y asegurar sus suministros en un año que se vislumbra con muchas incertidumbres. Esto no quiere decir que la situación no cambie de forma drástica a principios de la campaña, en septiembre y octubre», precisa.
Pérez advierte, no obstante, del peligro de que la gran distribución intente forzar a sus proveedores para retener los precios al consumo porque eso puede desincentivar la producción y hacer repuntar mucho más los precios.