Según el director de AMETIC, el proceso de transformación digital en el campo está acelerado y aumentará ya que el sector primario es esencial en España

El proceso de transformación digital en el campo está acelerado. / Archivo
El proceso de transformación digital en el campo -especialmente en el área hortofrutícola- está acelerado e irá a más porque el sector primario es “clave” en España.
Así lo ha asegurado el director de Innovación de la Asociación Multisectorial de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica (Ametic), Juan Gascón, durante su participación en el foro Digital Attraction.
En el encuentro, que se celebra dentro de la feria Fruit Attraction, Gascón ha expuesto la “espectacular” capacidad de desarrollo del sector agrario para adaptarse al Internet de las Cosas (IOT, por su siglas en inglés).
No obstante, ha subrayado algunos “problemas” como la escasa conectividad en el entorno rural y ha advertido de que “si no existe, difícilmente se puede tener la tecnología” adecuada.
A su juicio, dicha conectividad es “importante” porque afecta, no sólo a las actividades económicas de esas zonas rurales, sino a la vida diaria de todos sus habitantes.
Es “conveniente”, según ha dicho, una mayor inversión en las zonas rurales para asentar dichas tecnologías.
El presidente y consejero delegado de la compañía Hispatec, José Luis Molina, también ha participado en este encuentro en el que ha dado a conocer los 30 años de experiencia de esta empresa centrada en soluciones digitales para el campo y ha puesto el acento en la importancia de la digitalización y las posibilidades que ya existen para que esta tecnología “llegue a todos los rincones”.
En la última década, Hispatec se ha centrado en el desarrollo de sensores, programas de integración de imágenes de satélite o la creación de modelos predictivos y de inteligencia artificial aplicados a la agricultura.
Molina, que también es el jefe del grupo “Smart agro” de Ametic, ha indicado a Efeagro que el sector hortofrutícola “está avanzando” en este desarrollo tecnológico pero “queda mucho por hacer”.
Ha señalado que la producción en los invernaderos del sureste español “llevan cierta delantera” en digitalización y transformación de sus negocios “gracias a soluciones de gestión digital”.
El reto “es mejorar los rendimientos y la productividad” gracias a la tecnología que permite consumir “menos recursos” como el agua o los fertilizantes.
Los objetivos de estos avances “son múltiples”, según ha expuesto, y van desde alinear la oferta y la demanda hasta asegurar la calidad y la seguridad alimentaria.
A su juicio, compensa invertir en esta tecnología porque los retornos económicos llegan en un máximo de dos años y además proporciona oportunidades de internacionalización.
Según ha apuntado, las empresas españolas que trabajan la tecnología agrícola están “creciendo” y tienen una presencia “permanente” en el extranjero.
El director de Innovación de la empresa Agrosap, Manuel Pérez, ha asegurado que las tecnologías de la información, así como la innovación, son una “pieza clave” para la internacionalización de las empresas agrarias.
Ha indicado que su gama de productos actual (conectividad de vehículos agrícolas, monitorización de cultivos, guiados o automáticos), “junto con la predisposición” de esta empresa a la innovación está permitiendo afrontar “un primer nivel de internacionalización” (Portugal, Bélgica y Francia) con un enfoque “muy global” pero con las particularidades y componentes locales que se requieren en un sector como el agrícola en cada país.
Según la experiencia de esta empresa, es “en estos momentos” cuando el mercado hortofrutícola comienza a dar síntomas de madurez, no tanto en la de la adopción de estas tecnologías, si no más bien en la concienciación sobre el valor y la competitividad que esta digitalización aporta a todos los niveles.
“Es un gran paso en el sector y las empresas están preparadas para afrontar una adopción operativa de todas estas herramientas”, ha señalado.
Ha recordado que estos avances tecnológicos permiten reducir los insumos, conocer con más exactitud “lo que ocurre en el campo” o mejorar en la seguridad alimentaria.
Pérez no duda además de que es rentable apostar por esta tecnología a pesar de la inversión inicial: en Agrosap realizan ‘demos’ o proyectos para mostrar cómo se traduce toda esta tecnología en una mejora en la cuenta de resultados del agricultor y concluye que en sus proyectos “salen ganado los beneficios” a los costes.