Tres interceptaciones en España con aflatoxinas en almendras importadas de EE. UU.

Gustavo Ferrada Navidad
Deterra líder multiproducto

Las aflatoxinas en almendras se han detectado por encima de los Límites Máximos de Residuos (LMR) permitidos y que entrañan un riesgo serio para la salud

El 80% de la almendra importada por España procede de Estados Unidos, 81,8 millones de kilos, y la Comunitat Valenciana representa el 77% de las operaciones con ese país. / Archivo

Valencia Fruits. Redacción.

La Unió denuncia un total de tres interceptaciones de almendras en España importadas desde Estados Unidos con aflatoxinas durante este mes de abril que estaban por encima de los Límites Máximos de Residuos (LMR) permitidos y que entrañan un riesgo serio para la salud.

El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (Rasff) ha emitido estas tres alertas alimentarias, detectadas en frontera durante los días 3, 4 y 17 de abril, con presencia de aflatoxinas por encima de los niveles permitidos y que aumentan el riesgo de padecer cáncer. La autoridad europea de control alimentario las califica como de riesgo “serio” para la salud y ha restringido su distribución en España.

Según los análisis a los que han sido sometidas las almendras en los últimos días, las anomalías detectadas ha sido un total de aflatoxinas-micotoxinas con datos de >24,0 ±25,9 % µg/kg – ppb, cuando el máximo establecido es el de 10 µg/kg -ppb. Estas aflatoxinas, tal y como apunta el Instituto Nacional del Cáncer, “son un tipo de toxinas producidas por ciertos hongos en cultivos agrícolas como los frutos secos, entre otros, producidas por los mohos llamados Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus.

La Unió pide un mayor control e inspecciones de la almendra importada y que en el caso de que se repitan las detecciones con presencias nocivas peligrosas para la salud de los consumidores durante un periodo de tiempo se suspendan automáticamente estas

La Unió pide un mayor control e inspecciones de la almendra importada y que en el caso de que se repitan las detecciones con presencias nocivas peligrosas para la salud de los consumidores durante un periodo de tiempo se suspendan automáticamente estas.

Cabe señalar que la Comunitat Valenciana importó de otros países en 2023 un total de 72,13 millones de kilogramos de almendras sin cáscara, lo que supone el tercer año desde que existen datos con un mayor volumen importado y un incremento del 225% sobre 2022.  El 72% de las importaciones de almendra de España -el total estatal son 103,6 millones de kilos-, vinieron a la Comunitat Valenciana.

El grueso de las importaciones de almendra a territorio español procede de EE. UU., concretamente 81,8 millones de kilos, lo que representa que el 80% de las importaciones de almendra por parte de España proceden del país norteamericano. De esa cantidad, 59,2 millones de kilos llegaron a la Comunitat Valenciana. Nuestro territorio supone el 72% en volumen y el 73% en valor de las importaciones españolas de almendra de Estados Unidos a lo largo de 2023. El pasado año además se importó en la Comunitat Valenciana mucho más barato, con una cantidad media de 3,63 €/kg, lo que supone un descenso del valor del 29% respecto a 2022.

Toda esta situación de crecimiento de las importaciones de almendra de terceros países sucede cuando las empresas turroneras empiezan a comprar el producto para elaborar el turrón en los próximos meses de cara a la campaña de helados del verano y para Navidad y tras la rotura del diálogo que las grandes empresas turroneras que forman parte de la IGP Jijona y Turrón de Alicante mantuvieron en los últimos meses con la Unió Llauradora y la mediación de Conselleria de Agricultura, por negarse a pagar a los productores un precio que cubriera al menos los costes efectivos de producción, tal y como marca la Ley de la Cadena Alimentaria. En octubre del pasado año, la Unió Llauradora instó a la Conselleria de Agricultura a trabajar para que los fabricantes de turrón amparados en las IGP Jijona y Turrón de Alicante utilizaran almendras producidas aquí, ya que este organismo iba a modificar su pliego de condiciones para poder utilizar almendras de cualquier parte del mundo como así se aprobó finalmente.

Los datos no engañan y se comprueba que los grandes turroneros no tenían ninguna voluntad de llegar a un acuerdo y la prueba más evidente es que se prefiere la almendra importada frente a la autóctona, sin importarles la ruina en la que dejan a los productores de aquí ni los posibles riesgos para la salud de las personas.