Roger Llanes Ribas: “Un año para la esperanza”

Bayer cítricos
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El Secretario Autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana mira el 2021 como una oportunidad para mejorar las condiciones de la agricultura

“La reestructuración de los cítricos ha de ser abordada con carácter de urgencia”. / VF

Roger Llanes Ribas (*).

Ha finalizado el año 2020, un año fatídico que será recordado siempre por la súbita y terrible aparición de la pandemia provocada por la COVID-19 en el mundo. Las consecuencias de esta epidemia para la salud son bien conocidas y aún las estamos sufriendo bajo la forma de confinamientos, restricciones de todo tipo, enfermedad, saturación de los sistemas sanitarios y, lo que es peor, listas crecientes de muertos. El sistema agroalimentario también se ha visto, como el resto de las actividades humanas, severamente afectado. 

En cuanto al comportamiento de los mercados y los resultados económicos obtenidos, bien puede afirmarse que han sido desiguales. Algunas producciones tuvieron lo que podría decirse, un buen año, como los cítricos. Otras, sin embargo, no lo tuvieron o incluso se vieron muy afectadas por el cierre del canal HORECA, hasta tal punto que desde las administraciones públicas hemos tenido que orquestar ayudas para contribuir a su sostenimiento. 

Ahora se inicia un nuevo año, esperemos que mucho mejor en todo y para todos. Se acaban de aprobar los presupuestos de la Generalitat Valenciana. En conjunto, los fondos de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica aumentan un 12,5%, un porcentaje superior a la media del incremento presupuestario de la Generalitat. Algunas partidas salen especialmente beneficiadas, pero no entraremos a analizar aquí las cuentas en toda su extensión y detalle porque lo importante es que crecen, crecen de manera destacable y están claramente enfocadas a acciones de impulso del sector y no solamente a la transferencia de ayudas. 

 “La digitalización, la introducción de la inteligencia artificial en todas las facetas de la producción de alimentos, junto con el impulso de la innovación constante, (…) es vital” 

En los próximos años, empezando por este, nos vamos a centrar en el desarrollo fundamental de medidas destinadas a paliar carencias que lastran nuestra competitividad, así como en impulsar aspectos indispensables para mantenerla o mejorarla. 

En primer lugar, hemos de continuar desarrollando en mayor amplitud los instrumentos vinculados a la Ley de Estructuras Agrarias, sin olvidar la puesta en marcha de la Estrategia Valenciana de Regadíos y el despliegue de las medidas vinculadas a la superación de las rémoras provocadas por el excesivo minifundismo y parcelación. 

La sanidad agraria continuará siendo una prioridad. El mantenimiento de una buena salud de nuestros cultivos requerirá de mucho esfuerzo, tanto en la vertiente de control de las plagas y enfermedades existentes como en la de vigilancia de las importaciones. En este último aspecto resulta clave el trabajo ante la Comisión Europea para garantizar una reciprocidad efectiva de nuestras producciones y las de países terceros que cuentan con accesos preferentes y la adaptación progresiva a las cada vez más restrictivas exigencias de la Comisión sobre los medios de lucha frente a plagas y enfermedades. 

 “Lo primordial será conseguir precios adecuados que remuneren en su justa medida a los productores y garanticen una rentabilidad suficiente para sostener la actividad” 

Durante este mismo año se cerrará también la formulación del Plan Estratégico que regirá la aplicación de la nueva PAC. Resulta fundamental que en él se reflejen nuestras peculiaridades y que podamos mejorar nuestra posición en el reparto económico. Al mismo tiempo, en este año 2021 desarrollaremos la orientación que ha de tener el gasto de los fondos aplicables al periodo de transición. También vamos a preocuparnos por las medidas que podrían ser financiadas por el Fondo de Recuperación de la COVID-19 en sus distintas facetas. El aprovechamiento de las oportunidades que brindarán estos recursos económicos es fundamental. Igualmente, continúa resultando esencial aumentar nuestra capacidad de tener voz propia y ser debidamente escuchados en las instancias europeas, donde se deciden la mayor parte de las políticas que más nos impactan. 

Pretendemos, asimismo, acometer una inyección de capital científico-tecnológico necesario en el sector valenciano. La digitalización, la introducción de la inteligencia artificial en todas las facetas de la producción de alimentos, junto con el impulso de la innovación constante (que se descuidó en las últimas legislaturas del gobierno del PP hasta el punto de desmantelar el entramado científico del agro valenciano) es vital. De momento, la introducción de mejoras tecnológicas se está produciendo a un ritmo demasiado pausado y desigual. 

Nuestro objetivo debe ser no solo aplicar innovación y tecnología punta en nuestras explotaciones y empresas sino, además, producir esa tecnología que, hoy por hoy, se desarrolla en otros países. 

 “Nos vamos a centrar en el desarrollo fundamental de medidas destinadas a paliar carencias que lastran nuestra competitividad, así como en impulsar aspectos indispensables para mantenerla o mejorarla” 

Evidentemente, es necesario que continuemos prestando apoyo a la internacionalización y la penetración en los mercados para nuestras producciones. En un ámbito tan globalizado, la promoción, la formación de marca y la percepción ante los consumidores constituyen puntos clave para mejorar o posibilitar accesos no circunstanciales a nuevos (y viejos) destinos, pero también son precisas acciones de apoyo administrativo, impulso de acuerdos y establecimiento de protocolos adecuados de exportación. 

Finalmente, hemos de actuar directamente sobre el producto. La reestructuración de los cítricos ha de ser abordada con carácter de urgencia. También hemos de replantearnos la manera de aumentar nuestro catálogo de producciones y continuar dirigiéndonos con ahínco a modelos de producción más sostenibles. Nuestros mercados europeos demandan con fuerza productos bio o con residuo cero y las estrategias que está instaurando la Unión Europea apuntan en esa dirección. 

Pero, en este último aspecto, como en todos los demás, hemos de tener bien claro que lo primordial será conseguir unos precios adecuados que remuneren en su justa medida a los productores y garanticen una rentabilidad suficiente para sostener la actividad. 

Todo pasa por aquí, por la rentabilidad, y desde la Administración autonómica tenemos que ser capaces de proporcionar al sector los instrumentos necesarios para que pueda lograrla. Estamos poniendo todo nuestro empeño en ese objetivo y consideramos que este año tienen que ser clave para instaurar las bases de un modelo de futuro, sobre todo porque, en tiempos tan complicados como los que hemos vivido y seguimos viviendo, apostar por la esperanza, poniendo todo de nuestra parte para convertirla en realidades, es más necesario que nunca. 

(*) Secretario Autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana.

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