La universidad de Córdoba ha optimizado la producción de bioinsecticidas contra la mosca del olivo a partir de hongos entomopatógenos

Se ha encontrado una especie de hongo entomopatógeno ideal para esta lucha biológica: ‘Metarhizium brunneum’. / ARCHIVO
Efegro.
La Unidad de Entomología Agrícola de la Universidad de Córdoba ha optimizado la producción de bioinsecticidas contra la mosca del olivo a partir de hongos entomopatógenos, microorganismos capaces de causar una enfermedad al insecto plaga y para mejorar su resistencia a situaciones adversas.
Tras encontrar la especie de hongo entomopatógeno ideal para esta lucha biológica, ‘Metarhizium brunneum’, y la cepa más virulenta y efectiva contra la mosca, ‘M. brunneum EAMa 01/58-Su’, ha creado un método innovador que, aplicado al suelo del olivar durante otoño, reduce las poblaciones de la mosca emergentes del suelo.
La institución académica cordobesa ha informado de que el grupo investiga y optimiza ahora la producción del método de control a partir de otra estructura reproductiva, los microesclerocios.
La investigadora Antonia Romero explica que “esta estructura está formada por una maraña de filamentos del hongo que se aglutinan, permaneciendo estables a lo largo del tiempo en condiciones desfavorables”.
“Esta estructura está formada por una maraña de filamentos del hongo que se aglutinan, permaneciendo estables a lo largo del tiempo en condiciones desfavorables”
Una vez que las condiciones se vuelven favorables, estos microesclerocios comienzan a germinar, “se desenrollan, producen otros filamentos que dan lugar a los conidios que se esparcirán y controlarán la población de mosca”.
Así, añade, los microesclerocios, que sólo son producidos por algunas cepas del hongo, sirven a modo de reservorio que permite al agente activo sobrevivir a condiciones como la sequía.
Con este trabajo también se buscaba dar respuesta a una industria que pide facilidades de fabricación de estos bioinsecticidas ya que “estos microesclerocios son muy fáciles de producir en masa en fermentación líquida, simplificando el proceso de producción, mientras que los conidios sólo se pueden crear a partir de fermentación sólida”, subraya otro de los investigadores, Meelad Yousef.
Con un coste menor y una mayor cantidad de este elemento por lote, unido a su gran tolerancia a los factores abióticos y su permanencia en suelos durante mayor periodo de tiempo, los microesclerocios se presentan como una herramienta ideal para hacer frente a la mosca del olivo.
La Unidad de Entomología Agrícola de la Universidad de Córdoba, dirigida por el catedrático Enrique Quesada, lleva años obteniendo éxitos en el control de la población de mosca del olivo usando hongos entomopatógenos.