La vendimia de este año se prevé más cuantiosa y tardía que la del año pasado, con un retraso entre 1 y 2 semanas respecto a la de 2017
Según han informado desde el Departamento de Agricultura, este retraso supondrá un retorno al tiempo normal de vendimia de los últimos años, es decir, mediados-finales de agosto o inicios del mes de septiembre.
En este sentido, Agricultura asegura que ésta es la previsión siempre y cuando no se repitan olas de calor durante las próximas semanas de agosto.
Por territorios, en la Terra Alta, en Tarragona, la cooperativa Unió prevé una cosecha superior a la del año pasado y con un inicio de vendimia con una semana de retraso, mientras que en el Priorat y en el Momtsant, también en Tarragona, se prevé que las cosechas recuperen los datos de inicio normales de los últimos años, con 2 semanas y 10 días de retraso respecto el año pasado, respectivamente, y una producción superior a la del 2017.
En el Empordà gerundense, Servicios de Sanidad Vegetal del Empordà y del Consejo Regulador de la Denominación de Origen (CRDO) Empordà calculan una cosecha buena, superior a la del año pasado en rendimiento, una producción global en la media de los últimos años y un inicio de vendimia una semana más tarde respecto a la del año pasado.
Por su parte, la DO Costers del Segre espera en Lleida una cosecha superior a la del 2017, con un estado sanitario “muy bueno”. La bodega Raimat empezó ayer la vendimia, augurando una “cosecha excelente”.
En este sentido, Agricultura informó de que la granizada del 20 de julio, con un grado de afectación de entre el 30 y el 50 % en un conjunto de más de 400 hectáreas, principalmente en la subzona de Raimat, puede suponer una pérdida ligera de cosecha que se estima entorno al 3 %.
Por su parte, la Conca de Barberà, en Tarragona, calcula iniciar la vendimia entre la última semana de agosto y la primera de septiembre, según informa el mismo consejo regulador Conca de Barberà.
La salida de los racimos ha sido correcta, exceptuando la variedad ‘trepat’ como consecuencia de la anterior sequía.
En esta misma zona, hubo tormentas con piedra muy locales y leves, por lo que se deberá esperar para ver si varía el volumen final de la cosecha.
En el Pla de Bages, en Barcelona, el CRDO Pla de Bages prevé que la vendimia se iniciará los últimos días de agosto, como en años habituales.
De momento, se calcula una cosecha de entre un 20 y un 30 % superior a la del año pasado, pese a que en parcelas puntuales habrá una pérdida importante a causa de la cantidad de uva afectada por el mildiu, un hongo que ataca a hojas y a los racimos de las cepas.
Paralelamente, el CRDO Alella, en Barcelona, espera una subida de la producción de entorno al 10 % respecto al 2017.
La previsión de inicio de la vendimia de las variedades primerizas es hacia el 15 de agosto y, del resto de variedades como la pasa blanca o la garnacha hacia inicio de septiembre si sigue el tiempo de calor y no llueve.
Ya en el Penedès barcelonés, el CRDO calcula un inicio de vendimia entre el 9 y el 10 de agosto, según la zona, las variedades y las temperaturas.
En este caso, hay viñas con una afectación de mildiu importante, tanto en hoja como en fruto, aunque no se espera que esto afecte a la calidad de la vendimia, pero sí que podría suponer una pérdida de racimo puntual.
Finalmente, en el CRDO Montsant, en Tarragona, se estima un incremento de la producción respecto al año pasado hasta llegar a unos niveles próximos a la media.
La presión de enfermedades fúngicas no ha sido tan alta como en otras zonas, pese a haber sido un año complicado.
Se espera el inicio de la vendimia hacia primeros de septiembre, por tanto, se retrasa unos 10-15 días respecto a la campaña anterior.