Cirilio Arnandis, Presidente del Subsector de Cítricos de Cooperativas Agro-alimentarias, analiza cuestiones como la entrada en el circuito de comercialización y los ritmos de consumo y demanda en esta entrevista

Cirilo Arnandis muestra un moderado optimismo frente al desarrollo previsto para la campaña citrícola 2020-2021. / RF
Cirilo Arnandis se muestra moderadamente optimista ante el desarrollo de esta temporada. Analiza cuestiones como la entrada en el circuito de comercialización de las diferentes variedades, sin periodos de vacío pero también sin solapamientos, y los ritmos de consumo y de demanda por parte de los consumidores, afirma que “las sensaciones y datos del principio de campaña son buenos”.
Valencia Fruits. Atendiendo a los datos que ofrecen los primeros aforos citrícolas de España, ¿qué análisis realizan desde Cooperativas Agro-alimentarias?
Cirilo Arnandis. El Ministerio de Agricultura apunta a una producción nacional de 6,93 millones de toneladas, lo que supone un incremento de un 12% con respecto a la anterior.
Atendiendo a los datos valencianos, como principal región productora, vemos que la Conselleria apunta a una previsión de 3,48 millones de toneladas, un 13,5% más que en la campaña anterior.
Las comparaciones, no obstante, no son de gran utilidad atendiendo a la tradicional vecería del arbolado, que tras una campaña 2018/19 muy abundante dio paso a una 2019/2020 más escasa, y al impacto de fenómenos meteorológicos extremos. Si establecemos 2018/2019 como base para una comparación más adecuada, vemos que estamos por debajo de los volúmenes de producción de esa campaña.
Las cifras globales entran, en líneas generales, en la media de la capacidad productiva española, aunque los balances finales pueden verse afectados por los recientes fenómenos de lluvias extremas en la Comunitat Valenciana y, más concretamente, en las comarcas de La Ribera. Estos daños se verán con el tiempo, tanto en la afectación de la producción propiamente dicha, como en los destríos en almacenes. De cara a la próxima campaña, también habrá que tener en cuenta los posibles daños en el arbolado.
VF. Y en cuanto a los países terceros que compiten con España en los mercados, ¿qué datos manejan para esta temporada?
CA. Las previsiones de terceros países no ofrecen un patrón regular. Así, mientras se estiman incrementos significativos en países como Marruecos o Túnez, se indican descensos en la producción de otros países, como por ejemplo Egipto. Sin embargo, más que los datos puntuales, lo verdaderamente preocupante son las tendencias y la proyección a futuro, en la que algunos de estos países han manifestado una ampliación de la superficie productiva y su deseo de tener una mayor presencia en el mercado comunitario. El desarrollo del Plan Verde de Marruecos o las declaraciones de los productores egipcios nos indican que siguen teniendo margen para incrementar su capacidad productiva y exportadora.
VF. Analizando los datos disponibles hasta el momento, ¿qué escenario comercial, nacional e internacional, se le presenta al sector citrícola español en esta campaña?
CA. El escenario comercial invita a un moderado optimismo, analizando cuestiones como la entrada en el circuito de comercialización de las diferentes variedades, sin periodos de vacío, pero también sin solapamientos; los ritmos de consumo y de demanda por parte de los consumidores; e incluso otros datos como el mantenimiento de las medidas antidumping a diferentes variedades de cítricos procesados procedentes de Sudáfrica, que es una buena noticia para nuestra industria y que garantiza su continuidad y el importante papel regulador del mercado que tiene.
VF. ¿Cómo ha arrancado la temporada, tanto desde el punto de vista comercial como en calidad organoléptica?
CA. La campaña ha arrancado bien. En términos organolépticos, producimos los mejores cítricos del mundo, eso es indiscutible. La cuestión de la demanda y la progresiva entrada en el mercado de variedades a la que hacía referencia anteriormente está dibujando un buen panorama comercial. La falta de lluvia de los últimos meses ha modulado a la baja la producción y comercialización de diferentes variedades sobre las perspectivas iniciales de los aforos, precisamente en los grupos que más crecimiento experimentaban con respecto a la campaña anterior, con casos puntuales de afectación en los calibres.
Sin embargo, las sensaciones y datos del principio de campaña son buenos.
VF. En la pasada campaña, el estallido de la pandemia provocó un incremento de la comercialización de cítricos. ¿Se ha mantenido esta tendencia positiva en el inicio del presente ejercicio? ¿Cómo está influyendo la situación generada por la COVID-19?
CA. La percepción del consumidor impulsó el consumo de cítricos en la segunda parte de la campaña pasada, bajo la idea de que reforzar el sistema inmunitario consumiendo cítricos era algo beneficioso en el contexto pandémico de los últimos meses. Las pautas de consumo también se vieron afectadas, con una planificación de compra para el consumo en el hogar y un creciente interés por una alimentación saludable en el contexto de un modo de vida más sedentario, que también afectaron positivamente a la demanda. Como hemos podido ver, desafortunadamente la situación sanitaria no ha mejorado, ya que atravesamos en estos momentos una segunda ola de propagación de la COVID-19, por lo que entendemos que esa percepción persiste entre los consumidores.
Con respecto a los meses anteriores, no esperamos encontrar las restricciones y dificultades propias del transporte por carretera que se tradujeron en un importante incremento de costes, por lo que las expectativas de principio de campaña son buenas.
VF. La presión de producciones procedentes de países terceros ha aumentado en el mercado de la UE en las últimas campañas. En la mayoría de las ocasiones el foco se pone sobre Sudáfrica, pero, desde el punto de vista de las cooperativas, ¿qué países suponen una competencia preocupante para el sector citrícola español?
CA. Sudáfrica es uno de los nombres más recurrentes, pero no el único. Nos preocupa tanto el acuerdo entre la UE y la Comunidad de Estados de África del Sur como la situación de otros países productores de la ribera del Mediterráneo: Egipto, Turquía, Marruecos… Tienen condiciones favorables de acceso al mercado comunitario, una creciente capacidad productiva y unas condiciones de producción y comercialización que no se puede comparar a las de los países comunitarios.
Los datos nos indican, por ejemplo, que España representaba el 70% del suministro de los cítricos en 2012, mientras que en la actualidad esa cifra no alcanza el 60%. Además, hemos perdido el primer puesto mundial como exportadores de naranjas, ocupado en la actualidad por Egipto. Como decía anteriormente, la preocupación está más en las dinámicas y proyecciones a futuro que en los datos concretos de la presente campaña o del momento actual.
VF. ¿Qué reclama el sector citrícola poder competir en igualdad con las producciones citrícolas procedentes de terceros países?
CA. Ante todo, hay que dejar claro que nuestras reivindicaciones y reclamaciones nunca han ido en la línea de establecer trabas al comercio. Eso sería algo incongruente, teniendo en cuenta nuestro carácter exportador. En el contexto pandémico, Sudáfrica ha exportado más que nunca a Europa y no hemos puesto ninguna objeción a ello. En esencia, lo que llevamos años pidiendo es reciprocidad, es decir, unas reglas de juego iguales para todos. La desigualdad existente se deja sentir en cuestiones como las condiciones de acceso al mercado comunitario en materia de uso de productos fitosanitarios, tratamientos permitidos, condiciones sociolaborales… Cuando queremos acceder a los mercados de terceros países, los productores españoles tenemos exigencias que Europa no reclama a los productores de esos mismos países cuando pretenden acceder al mercado comunitario, y eso no puede ser así.