Roger Llanes: “Somos capaces de hacer buenos productos que tienen hueco en el mercado a un precio adecuado”

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Roger Llanes, director general de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Comunitat Valenciana, analiza la actual crisis del sector, las medidas en marcha y las posibles salidas para los productores

Roger Llanes

Roger Llanes plantea alternativas dentro de la fruta de hueso o con otros cultivos. / ARCHIVO

Hablar de fruta de hueso en España en los últimos años, sobre todo después del veto ruso, parece ir indefectiblemente aparejado a hablar de crisis. Aunque la Comunitat Valenciana no es una excepción, en el análisis claro que realiza Roger Llanes sobre la situación actual, las medidas en marcha y las posibles salidas para el productor, aparecen alternativas que pueden desligar la palabra crisis de este sector. Bien introduciendo cambios marcados por las necesidades de un nuevo entorno de consumo y mercados, bien optando por alternativas de cultivo, el director general de Agricultura de la Generalitat, gracias a su conocimiento integral del sector, apunta alternativas realistas y viables al tiempo que repasa la coyuntura actual. De este modo, el reparto de papeles entre las administraciones y los integrantes de la cadena quedan definidos. Modernización, diversificación, investigación y tecnificación se convierten en claves para que el sector recupere la viabilidad y entre en el discurso de la rentabilidad. 

Valencia Fruits. El año pasado a principios de marzo se esperaba un incremento de cosecha de fruta de hueso de más el 15%, sin embargo, de las 97.500 toneladas esperadas se pasó a unas 70.000 debido a la climatología. ¿Qué tendencia esperan que siga la campaña de fruta de hueso en la Comunitat Valenciana este año? 

Roger Llanes. Esperamos que siga la tendencia descendente, aunque no de forma tan acusada. También es cierto que aún no sabemos en qué medida pueden haber afectado a la floración los vientos de los últimos días. Estimamos que habrá un pequeño descenso, al menos sobre el nominal, con respecto a la campaña pasada, teniendo en cuenta las revisiones de campo y teniendo en cuenta el histórico. En cuanto a estimaciones oficiales de fruta dulce en general daremos el primer avance a mediados de marzo, coincidiendo con las previsiones del Ministerio.

VF. Teniendo en cuenta el clima de estas semanas, ¿la campaña viene en fechas normales o se espera un adelanto?

RL. Todas las campañas están viniendo adelantadas. Es cierto que aún puede llegar algún frío extemporáneo, después de un invierno muy cálido, pero la mayor parte de los cultivos están en este momento muy adelantados. En melocotón y nectarina estimamos que se iniciará la campaña ya sobre el 20 de abril.

VF. ¿Qué porcentaje del total de producción de fruta de hueso en España supone la producción de la Comunitat Valenciana? ¿Qué frutas destacan?

RL. Supone alrededor del 3,5% de la producción española. La Comunitat en 2019 cerró con unas 70.000 toneladas mientras que la producción de toda España es de unos dos millones de toneladas. Este porcentaje tiende a consolidarse o, incluso, ir a la baja. En cuanto a frutas, destacan las clásicas: melocotón y nectarina. 

VF. Antes de empezar la campaña, y en medio de la crisis del campo español, ¿qué está en manos de los agricultores para no ahondar en la crisis y poder encarar una campaña con mejores resultados?

RL. Desde luego, aunque no todo está en su mano, la buena noticia es que pueden hacer bastante. Nos movemos dentro de una tendencia general que, por desgracia, se extiende cada vez a más cultivos: hay que tener un mayor control sobre la oferta, sobre las posibilidades de organización y de salida al mercado. Tanto de las plantaciones que tenemos en marcha como de las plantaciones que puedan surgir en un futuro. En este punto no hablo solo de los productores de la Comunitat Valenciana, es un rasgo que está presente en todas las producciones españolas de fruta de hueso. 

Al mismo tiempo, hay que señalar que hay que trabajar en incrementar la calidad intrínseca. En calidad organoléptica, por ejemplo, hemos podido comprobar con agrado que en los últimos años los mercados finalistas y los consumidores han incrementado su interés por que la fruta sea como antaño: que tenga buen sabor y no solo buen aspecto. Eso es lo que tenemos que ofrecer a los mercados. Sin olvidar la calidad normativa: los calibres y las presentaciones también tienen que cuidarse.

Además, y esto es horizontal, habría que preguntarse, yo creo que sí, si es el momento de ir pensando en nuevas presentaciones y nuevas formas de producir. Seguramente, en este mercado hay mucho margen para ir avanzando en la producción ecológica porque, además, tiene unas connotaciones sobre salud en las que se podría apoyar este tipo de productos. Finalmente, tanto el sector como la Conselleria tienen que poner énfasis en avanzar en la modernización de las estructuras productivas. Este aspecto es fundamental.

“Hay que tener un mayor control sobre la oferta, sobre las posibilidades de organización y de salida al mercado”

VF. ¿En qué pueden colaborar las administraciones? ¿Las medidas urgentes aprobadas por el Gobierno central hace unos días pueden contribuir de forma positiva? En concreto se habló de iniciar los trabajos sobre formación de precios en el sector de la fruta de hueso y no hay que olvidar que también se está trabajando en el Plan de Medidas de la Fruta Dulce, aprobado en 2018.

RL. La primera medida que se tomó fue, efectivamente, el Plan de Medidas de 2018 que implicaba a toda España. La Comunitat Valenciana no es el principal actor en el mercado de la fruta dulce, pero hay otras comunidades que están muy afectadas como Andalucía, Extremadura, Cataluña, Aragón o, incluso, Murcia ,donde esta producción es muy importante y han tenido que tomar medidas adicionales, con planes especiales dirigidos a su propia producción. Lo que está claro es que hay mucho donde trabajar. El trabajo de la administración tiene que ser, por una parte, coadyuvar en las medidas que tiene que aplicar el sector; poner un poco de orden y ayudar al sector que se reestructure, se reorganice y se reequilibre. Por otra parte, hay que aumentar el nivel de información y avanzar en algunas medidas de mercado como las que recientemente ha propugnado el ministerio y que se suman a otras ya existentes que ayudan a gestionar las crisis o a una mejor formación de precios. Su papel en este aspecto clave de mejorar la posición del productor a lo largo de la cadena alimentaria será esencial. Y las medidas adaptadas recientemente por el ministerio van a ser sumamente útiles.  Hay una clara decisión e implicación en este sentido.

VF. El año pasado se iniciaron las retiradas en el mes de junio, ¿es la mejor alternativa para evitar el desplome de los precios ante excedentes de producción y reequilibrar oferta y demanda? 

RL. La retirada es una de las fórmulas, el mecanismo clásico. Pero, como ocurre con el resto de productos que pueden ser retirados, tiene un alcance limitado. En primer lugar, está limitado por la propia normativa a un volumen escaso de la producción acogida, porque está dentro de las medidas de la OCM (Organización Común de Mercados) y, por tanto, hay que estar dentro de una organización de productores. Por otra parte, como he señalado anteriormente, aunque el nivel de organización del sector es mayor que en otros ámbitos, sigue siendo reducido. Si es una medida limitada en un ámbito reducido sus efectos son aún más reducidos. Aun así, es necesaria. A corto plazo es efectiva y podemos pensar que, si no estuviera, sería peor. Contribuye a modificar las tendencias en ciertos momentos. Y, con la reforma de la PAC, uno de nuestros objetivos es que haya un mejor diseño de las medidas de crisis y una mayor utilidad y versatilidad.

El albaricoque se ha reintroducido en algunas comarcas de la Comunitat Valenciana. / ARCHIVO

VF. Resulta paradójico hablar de retiradas cuando la población mundial sigue creciendo y con ella la demanda de alimentos. En ese contexto, ¿cómo se explica esto? ¿Se trata de un problema estructural?

RL. Hace tiempo que venimos pensando en un contexto global de escasez de alimentos, con hambrunas y déficits de alimentación en algunas partes del mundo, pero algo se está avanzando. Las necesidades de cultivo de alimentos van a ir en aumento y, a nivel global, así está sucediendo. Tenemos noticias de los fenómenos de acaparamiento de tierras en África o de cómo China va buscando nuevas formas de aprovisionamiento de alimentos. Pero, en nuestro ámbito, con unos mercados muy maduros, fundamentalmente formado por países de la UE, en los que sí hay un superávit. Y, en la medida en que no somos capaces de alcanzar de otros mercados o de tener que ver cómo se nos vetaban otros mercados que ya teníamos, como el ruso, se produce este problema de exceso. O sea, nos encontramos con algo antitético: no tiene que ver una cosa con la otra. Estamos en un mercado europeo, maduro con las características que conocemos desde hace cincuenta años: una inelasticidad muy grande y muy separada de la renta. En definitiva, tenemos que buscar nuevos mercados, nuevos nichos de mercado, nuevas producciones. Además, aunque se han hecho campañas en Europa y todo el mundo identifica la fruta como uno de los alimentos más saludables, es necesario continuar con estas campañas porque las tendencias de consumo en Europa, si no se hace nada al respecto, no indican que se vaya a incrementar el consumo per cápita, sino que es necesario continuar en la educación para conseguir que el consumo se mantenga o, incluso, se incremente. Y no hay que olvidar que tenemos competidores que han competido muy bien y frutas de pepita y exóticos están sustituyendo a estas producciones en el mercado. Por tanto, la divulgación y la educación en el consumo de frutas tiene que continuar y sabemos, porque hay casos con éxito que demuestran que podemos, que, mejorando el conocimiento del producto, mejora su presencia en el mercado.

“Las administraciones tienen que contribuir a que el sector se reestructure, se reorganice y se reequilibre”

VF. Como ha señalado, el mercado europeo es el principal destino de la fruta de hueso valenciana, ¿hay que buscar nuevos mercados? ¿En qué dirección?

RL. En Europa confluyen dos problemas: es nuestro principal destino y cuando hacemos los envíos en Europa, en ese momento, también hay producciones en otros países. No ocurre como, por ejemplo, en cítricos. No hay solapamiento con el hemisferio sur, pero sí lo tenemos con Italia o Francia, por ejemplo. En definitiva, hay que buscar nuevos mercados. Habrá que buscar fuera de la UE, continuar perseverando para que desaparezca el veto ruso y habrá que ver qué hacemos en Asia, que es un mercado potencial con muchas posibilidades. Habrá que explorar, además, otras producciones más allá de las clásicas como ciruela, nectarina o melocotón que permitan abrir nuevos mercados y sustituir a otros.  Se está trabajando intensamente en esto.

VF. Algunos agricultores están optando por cambiar sus cultivos, ¿qué alternativas están eligiendo quienes optan por los arranques? ¿Qué otras opciones hay?

RL. Muchos agricultores optaron por el kaki, especialmente en La Ribera y La Vall d’Albaida que, además, son nuestras principales comarcas de fruta. Con el paso de los años el papel refugio del kaki ha cesado y se han buscado otras alternativas con diferente suerte. El albaricoque en cierto momento desapareció y ha vuelto a emerger. El kiwi, que requiere una estructura mayor y riego, también ha tenido un avance. Estas han sido las principales migraciones, aunque también hay que señalar que ha habido migraciones varietales.

De cara al futuro, podemos intentar, a base de mejoras genéticas y del cultivo, buscar alternativas en el cerezo. Tampoco podemos perder de vista que en algunas comarcas puede ser una buena alternativa el pistacho o, incluso, el algarrobo. En pistacho vamos un poco por detrás, pero en otras comarcas de España que no son más altas o más frías que las nuestras ya están apostando de una manera decidida por el pistacho. Hemos realizado algún estudio de alguna comarca en concreto que avala que algunas variedades de pistacho se adaptarían muy bien. Y la otra posibilidad, a la que parece que no acaban de dar crédito los productores , es el algarrobo, no en los marcos tradicionales sino intensivo. También está funcionando bien en algunas comarcas la higuera.

Y no hay que olvidar otras alternativas más clásicas como el almendro intensivo eco o superintensivo y el olivar en superintensivo. En algunos casos han sustituido al frutal de hueso con éxito. Además, comparten un nicho. 

“La divulgación y la educación en el consumo de frutas tiene que continuar”

VF. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la fruta de hueso en la Comunitat en el medio y largo plazo? ¿Hay que pensar en cambios en la gestión?

RL. Todo va aparejado. Estamos hablando de un cambio estructural más profundo que el cambio de cultivo. El cambio en la gestión, en la mentalidad de todos y en la profesionalización. Las alternativas que he comentado no son entelequias que acabemos de descubrir después de estudios revolucionarios. Son realidades que están sucediendo en zonas que tienen rasgos similares a los nuestros y, por tanto, sabemos que pueden ser viables. Lo que ocurre es que tenemos que tender a una mayor profesionalización, un rasgo general y necesario en nuestra agricultura, y tenemos que tender también a un mayor uso de la organización del sector, que tiene que tener una clara visión de que ha de funcionar unido en aras de lograr una mejor situación en el mercado. Además, necesitamos una mayor dosis de tecnificación y de implantación del capital científico. Los cultivos alternativos no son variedades tradicionales, no tienen manejos tradicionales, y todo ello implica mayores necesidades de capital, aunque es cierto que ahora el sector puede estar en parte descapitalizado, mayor necesidad de formación y de aplicación tecnológica.

Todo el sector productor comparte estos rasgos. Estamos en un momento de transición y espera y tenemos que ver qué modelo decidimos. Creemos que debemos ir a un modelo donde esté más presente la profesionalización, la tecnificación y la incorporación de ciencia y tecnología. 

VF. ¿Cuál sería el mensaje para el sector de fruta de hueso valenciano tras este análisis?

RL. Tenemos que hacer un uso total de todas las herramientas a nuestro alcance. Hay claras alternativas y se está trabajando intensamente en ello desde hace tiempo. En este sector, hay que continuar con la diversificación y avanzar en las medidas contenidas en el Plan. Tenemos posibilidad de hacer buenos productos que sí tienen un hueco en el mercado a un precio adecuado. Y somos capaces de hacerlo.

Estrategia Valenciana de Regadíos

“Está previsto presentar la Estrategia Valenciana de Regadíos a finales de este mismo mes de marzo y será un plan tan amplio que, aunque no incorpore proyectos constructivos, va a necesitar una evaluación ambiental integrada cuyos primeros documentos ya se están elaborando.

Esta Estrategia tiene ya un primer enganche en la Ley 8 (Ley de Estructuras Agrarias), donde ya retomábamos y adaptábamos la normativa general sobre regadíos. Está prevista una modificación de la Orden de Bases, que está por salir, de la normativa de subvenciones de uso y racionalización de agua, donde avanzamos en algunos temas que van a ser fundamentales en el regadío como son el uso de energías renovables, la eficiencia energética, la eficiencia hídrica y la reutilización. Y, a partir de estas, vamos a desarrollar, a continuación, la actualización de los planes de obras comarcales.

En la estrategia ya estarán definidas las medidas a nivel comarcal y eso tendrá su traslación a niveles de planes de obra donde se definirán las actuaciones concretas para desarrollar los proyectos.

En definitiva, al igual que en el Plan del 94, hemos ido trabajando en paralelo, adaptando normativas, definiendo el marco que va a dar la estrategia y, en un año, esperamos que confluya todo.

Nosotros trazamos esta estrategia pensando que es necesario mejorar dos aspectos: la competitividad y el uso del agua. Tenemos que estar pensando ahora en que hay un factor importantísimo que es el cambio climático.

Por tanto, en el regadío tenemos que estar pensando si los cultivos planteados como alternativa a los frutales de hueso van a tener mayor capacidad de adaptación al cambio climático. Tenemos que estar pensando siempre que vamos a introducir en esta estrategia de regadíos todo lo que son los objetivos medioambientales. Así que la adaptación al cambio climático con la Estrategia está garantizada.

Al mismo tiempo, vía una mejor utilización y disposición de los recursos, junto con una mejor eficiencia energética, conseguiremos mejorar la competitividad. Pero lo que sí que tenemos que tener claro es que el sector agrario valenciano es muy dependiente del agua. La nuestra es una cultura de regadío e, incluso en secano, los riegos de auxilio tienen gran importancia para garantizar en épocas extremas una producción adecuada”.

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