Un estudio elaborado por la interprofesional Ailimpo analiza cómo y dónde se ha producido esta pérdida de hectáreas
Valencia Fruits. Redacción.
Si España contaba en 2012 con 115.927 hectáreas dedicadas a las mandarinas la superficie total se redujo en un 15,9 por ciento (18.402 hectáreas) hasta 2022, quedando reducida a 97.525 hectáreas en ese año según la información publicada por la Interprofesional del Limón y el Pomelo (Ailimpo), conforme a los datos que figuran en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
El descenso no es lineal en las comunidades productoras dado que, de hecho, sólo afecta a la Comunidad Valenciana puesto que en Andalucía y Región de Murcia se ha aumentado la superficie destinada a este cultivo en sus diferentes variedades en el periodo analizado. La Comunidad Valenciana, con 86.325 ha en 2012 suponía un 74,4 por ciento del total de la superficie dedicada a cítricos pequeños. Sin embargo, en 2022 las hectáreas cultivadas bajaron un 24,9 por ciento, descendiendo hasta las 64.852. El peso de la Comunidad en el cómputo nacional descendió hasta el 66,5 por ciento.
En cambio, Andalucía y la Región de Murcia han aumentado su superficie en 3.732 y 775 hectáreas, lo que supone un incremento de un 22,6 por ciento y un 14,4 por ciento, respectivamente. También descendió un 18,6 por ciento en otras comunidades con una dedicación más baja y que, por tanto, sólo implica el 6,4 por ciento de la superficie española.
Por variedades
Por grupos de variedades, la superficie ha bajado en los últimos 11 años en las variedades tradicionales como en las clementinas (–27.713 hectáreas) y las satsumas (–1.646 hectáreas). En cambio, las nuevas variedades, principalmente de híbridos, englobados en el grupo de “otras mandarinas”, han experimentado un importante incremento de 10.957 hectáreas (un 41,5 por ciento) con respecto a 2012.
Esta tendencia de cultivar variedades de mandarinas híbridas, la mayoría variedades protegidas y que implican el desembolso de royalties, ha cambiado el panorama de la mandarina española, que cada vez busca más la diferenciación por calidad y cualidades organolépticas en un mercado en el que cada vez aparecen más competidores, tanto de nuevas variedades como de nuevos países productores.
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