Entrevista al Responsable del sector del kaki de La Unió Llauradora, Ximo Madramany

Madramany explica que el futuro del kaki depende del control de las plagas. / La Unió
Raquel Fuertes. Redacción.
Con una previsión que roza las 300.000 toneladas y una calidad que promete ser alta, el kaki arranca campaña con expectativas favorables, aunque con los mismos desafíos de siempre: plagas como el cotonet y la mosca blanca, costes de producción disparados y un clima cada vez más extremo. Los agricultores reclaman precios justos, autorizaciones excepcionales de fitosanitarios que garanticen la viabilidad del cultivo, y un sistema de seguros que cubra también episodios como el estrés hídrico. La Unió advierte que el futuro del kaki pasa por diversificar mercados, fomentar el consumo, impulsar la investigación en nuevas variedades y lograr un respaldo decidido de las administraciones. Porque el cultivo tiene presente, pero sólo con más apoyo podrá tener futuro.
Valencia Fruits. ¿Qué se espera de esta campaña de kaki desde el campo valenciano?
Ximo Madramany. Se trata de una campaña en la que esperamos superar ligeramente las 300.000 toneladas, lo que permitirá abastecer de manera adecuada a los principales mercados. Confiamos en que el clima acompañe y que no se dispare la presión de plagas debido a la prolongación de las altas temperaturas. En cualquier caso, la previsión indica una alta calidad del producto.
VF. ¿Con qué precio se sentirían cómodos los agricultores valencianos?
XM. El coste de explotación es muy elevado. El manejo agronómico resulta cada vez más complejo por la afección de plagas y la escasa disponibilidad de materias activas autorizadas. Esto nos obliga a realizar una inversión considerable en la suelta de fauna útil dentro de la lucha biológica, que todavía no es suficientemente eficaz, y a combinarla con fitosanitarios que cada vez resultan más caros. Con esta situación, los agricultores sólo nos sentiríamos cómodos con un precio no inferior a 0,60 €/kg.
VF. En comparación con la campaña anterior, ¿se esperan mejores o peores resultados?
XM. Esperamos mejores resultados tanto en calidad como en volumen, aunque todavía estamos por debajo de lo que sería una campaña normal.
VF. ¿A qué problemas han tenido que enfrentarse los agricultores durante este año? ¿Clima? ¿Plagas?
XM. Las plagas han sido el principal quebradero de cabeza: cotonet, mosca blanca y trips. A ello se suman las temperaturas altas en verano y de forma prolongada, que han provocado estrés hídrico en el kaki. Este tipo de adversidad, además, no está actualmente cubierta en el sistema de seguros agrarios, y desde La Unió vamos a exigir que se contemple.
VF. ¿Qué plaga es la que más preocupa en la actualidad?
XM. El cotonet y la mosca blanca. Pasan los años sin que tengamos materias activas eficaces autorizadas, mientras que otros países competidores en los mercados europeos sí disponen de ellas.
La Unión Europea debería exigir reciprocidad en el uso de productos fitosanitarios.
VF. ¿Cuál es la vía para solucionar la cuestión de las plagas desde el punto de vista de La Unió?
XM. Se necesita autorizar nuevas materias activas realmente eficaces, al tiempo que se fomenta la lucha biológica. No podemos apostar todo a esta última, pero tampoco prescindir de ella: hay que avanzar en un modelo combinado que permita garantizar la viabilidad del cultivo.
VF. ¿Ha tocado techo el kaki en cuanto a su expansión por la Comunitat o hay espacio para una producción mayor?
XM. El futuro del kaki depende directamente de que logremos controlar las plagas y garantizar la rentabilidad de las explotaciones. Si esto se consigue, todavía hay recorrido para mantener e incluso ampliar su presencia.
VF. ¿Es el kaki una fruta con futuro para los agricultores valencianos?
XM. Sin duda. El kaki es ya una fruta de presente, muy apreciada en los mercados internacionales, pero también puede ser de futuro si logramos reducir las pérdidas por destrío, diversificar mercados y fomentar un mayor consumo. Esto permitiría que el productor obtuviera mayores ingresos y el cultivo siguiera consolidándose.
VF. ¿Qué podría hacerse desde las administraciones para mejorar ese futuro?
XM. Es imprescindible que las administraciones faciliten a cultivos minoritarios —como el kaki— autorizaciones excepcionales de materias activas que ayuden a gestionar las plagas y a reducir los destríos. También es fundamental que el kaki no quede fuera de las futuras ayudas de la PAC y se incluya en ellas, dado que hablamos de un cultivo estratégico para miles de agricultores valencianos. Además, hace falta mayor inversión en investigación de nuevas variedades que permitan alargar el calendario de recolección y suministro al mercado, así como más apoyo real a la lucha biológica y un control estricto de las importaciones para evitar la entrada de nuevas plagas.
VF. ¿Y qué pueden hacer los productores?
XM. Continuar trabajando con las herramientas que tenemos a nuestro alcance, seguir demandando a las administraciones un mayor compromiso con el sector y apostar por la innovación y la profesionalización para mantener la rentabilidad de nuestras explotaciones.
Acceso a la entrevista en la página 14 del dossier de Kaki en el ejemplar de Valencia Fruits.
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