Entrevista al presidente de Fecoam, Santiago Martínez
Nerea Rodriguez. Redacción.
El presidente de Fecoam, Santiago Martínez, hace un balance positivo de 2025 para las cooperativas murcianas, subrayando el crecimiento del modelo cooperativo, que ya concentra cerca del 67% de la producción regional. Martínez advierte, sin embargo, de los retos que persisten: la incertidumbre hídrica, la necesidad de mejorar la planificación de cultivos y la presión de los costes frente a la competencia internacional. Frente a estos desafíos, el dirigente insiste en la importancia de la unidad y la organización del sector, destacando que donde hay cooperativa, se fija población, y que solo con valor añadido, calidad y planificación se puede garantizar la rentabilidad y el relevo generacional.
Murcia Fruits. Cerramos 2025. ¿Qué balance hace del año para las cooperativas agroalimentarias murcianas y qué hechos lo han marcado con más fuerza?
Santiago Martínez. Las cooperativas agrarias de la Región de Murcia siguen ganando peso cada año, entre otras cosas porque quedan ya muy pocos agricultores fuera del modelo cooperativo. Hoy representamos aproximadamente el 66-67% de la producción final, una cifra impensable hace sólo dos décadas y que demuestra la importancia del trabajo que se está haciendo.
En el ejercicio 2025, prácticamente todas las campañas han evolucionado de forma positiva. Es cierto que hemos tenido incidencias climatológicas en zonas concretas —como algunas áreas de Jumilla— y también dificultades en la cooperativa Yefruit, que recientemente ha sido integrada en Alimer. A este respecto, puedo confirmar que esta incorporación ha sido positiva: la capacidad operativa de una cooperativa del tamaño de Alimer —entre las siete mayores de España— dista mucho de la de una entidad que rondaba los cinco o seis millones de euros de facturación.
En cítricos estamos en una campaña muy buena. La fruta de hueso ha sido una campaña normal, salvo para quienes sufrieron episodios de granizo. En conjunto, diría que ahora mismo el modelo cooperativo está casi de moda.
MF. La incertidumbre hídrica sigue condicionando al sector. ¿En qué punto estamos realmente y qué riesgos ve Fecoam ante el horizonte 2027 con menos recursos de Trasvase y acuíferos?
SM. Es un tema crucial. Estamos intentando, por todas las vías posibles, que se conceda una prórroga al cierre de los pozos previsto para 2027, ya sea por motivos de explotación, calidad o cantidad. Y entiendo que esa prórroga llegará, porque no existe una alternativa real lista para sustituir esos recursos.
“A la desalación le faltan todavía seis o siete años para poder cubrir el hueco de los acuíferos”
Si me quitas un recurso que llevo utilizando 30, 40 o 100 años, con el que se ha generado riqueza y del que dependen miles de puestos de trabajo, antes tendrás que ofrecerme una solución. Y esa solución no está, a la desalación le faltan todavía seis o siete años para poder cubrir ese hueco. Por eso necesitamos una prórroga para evitar que muchas explotaciones tengan que cerrar y que parte de la población se vea obligada a emigrar.
Respecto al Trasvase, la preocupación es también muy seria. El recorte por los caudales ecológicos nos tiene especialmente inquietos y, en este caso, sí veo peor solución. No creo que, con la situación política actual —gobierne quien gobierne— vaya a producirse un cambio rápido en los criterios de caudales ecológicos. Tendrá que pasar tiempo para que se perciba el daño que pueden causar y, entonces, quizá se rectifique. Pero a corto plazo no espero modificaciones.
MF. El incremento de costes y los seguros agrarios siguen sin resolverse. ¿Qué medidas concretas deben aprobarse ya en 2026 para no poner en riesgo la rentabilidad del agricultor?
SM. En materia de seguros agrarios sí hemos avanzado. En Murcia hemos logrado mejoras que llevábamos pidiendo cuatro o cinco años, como separar determinados riesgos para que no vayan todos en el mismo paquete. Así, cada agricultor puede contratar sólo aquello que realmente necesita. Un ejemplo claro es el mal cuaje en frutales o el propio módulo P. En este ámbito, el progreso ha sido importante.
También hemos tenido un impulso decisivo en las ayudas regionales al seguro agrario. En sólo dos años y medio hemos pasado de 2 millones de euros a 7,5 millones. Ese incremento —gracias a la Consejería y al Gobierno Regional— abarata de forma muy significativa el coste de las pólizas.
“El verdadero problema frente a los países terceros no es únicamente el coste salarial, sino el coste global de producción y, sobre todo, la capacidad de aportar valor añadido en la comercialización para diferenciarnos”
En cuanto a los costes de explotación, la modernización es clave. El verdadero problema frente a los países terceros no es únicamente el coste salarial, sino el coste global de producción y, sobre todo, la capacidad de aportar valor añadido en la comercialización para diferenciarnos. Si hablamos sólo de costes laborales, la batalla está perdida: lo que aquí se paga por una hora de trabajo, en el norte de África equivale a ocho. Con esas diferencias no se puede competir. Por eso debemos centrarnos en diferenciación por calidad, valor añadido y mecanización. En ese terreno sí podemos ganar.
MF. Fecoam insiste en que “donde hay una cooperativa, se fija población”. ¿Ve avances reales en políticas que refuercen ese papel vertebrador del cooperativismo murciano?
SM. Ahora mismo, no. Lo que se está haciendo es por iniciativa propia de las cooperativas y, en muchos casos, casi por obligación. Hoy, un agricultor que esté por libre y que no sea muy grande tiene los días contados. Y muchos se están dando cuenta: o se integran en una cooperativa, o les quedan “cuatro telediarios”.
Esa integración es precisamente lo que vertebra y fija población allí donde se ubica una cooperativa, que actúa además como referencia en precios y en organización del sector. Una cooperativa hoy no tiene nada que ver con lo que era hace 30 años —que, comparado con la historia del ser humano, no es nada—, pero el avance ha sido enorme.
MF. El proyecto de gestión común de tierras se planteó como una vía para atraer jóvenes. ¿Qué avances ha habido y qué impacto espera en el relevo generacional?
SM. En Murcia, el relevo generacional no es tan problemático como en otras regiones. Las asambleas y reuniones de las cooperativas muestran que sí hay jóvenes implicados. Hay que seguir trabajando, por supuesto, pero en general no sufrimos grandes dificultades, salvo en zonas afectadas por la sequía o el cambio climático, como el Noroeste o el Altiplano. En cultivos como la viña, el olivo o los frutos secos sí se aprecia más complicación, pero en el resto no.
En cuanto a la gestión común de tierras, el avance es muy lento. Aquí seguimos prefiriendo tener cada uno nuestras propias parcelas, y eso dificulta que este modelo pueda despegar.
MF. Murcia es una potencia exportadora. ¿Cómo han respondido los mercados europeos en 2025 y qué lectura hace Fecoam sobre la competencia y la evolución de los precios?
SM. Lo notamos, por ejemplo, en las ferias: antes éramos nosotros quienes decíamos a los clientes ‘te ofrezco…’, y ahora son ellos quienes nos preguntan ‘¿me vas a poder cumplir los contratos?’. Esa preocupación por la seguridad de suministro nos beneficia, porque demuestra que valoran la fiabilidad que ofrece Murcia.
En los últimos ocho o diez años ha cambiado mucho el panorama. Los clientes buscan la garantía que les da nuestra región; posiblemente no haya otra zona en España —y ni siquiera en Europa— capaz de suministrar productos los 12 meses del año, ya sea a través de cooperativas de primer o segundo grado.
Ese reconocimiento nos ha dado una “solera” frente a los clientes. Por eso debemos seguir insistiendo en que esa seguridad y consistencia no se debiliten, para mantener nuestra línea de cantidad y calidad.
MF. Fruta de hueso, melón, sandía, uva de mesa, cítricos, hortalizas… ¿Qué campañas destacaría este año por su comportamiento productivo y comercial y cuáles han generado mayor preocupación?
SM. En general, todos los productos se han comportado con normalidad; no hay nada que realmente preocupe. La excepción son los frutos secos, especialmente la almendra, debido a la importación de producto americano.
En hortalizas sí hay un tema a vigilar por el cambio climático y la planificación de plantaciones. Se está sembrando en lugares donde, por cuestiones climáticas, la cosecha coincide en tiempo con otras zonas como el Altiplano, el noroeste o la costa de Cartagena. Esto provoca que la producción se triplique o incluso cuadruplique en momentos en los que el mercado no puede absorberla, generando desequilibrio de precios. Hay que organizar mejor las plantaciones, evitando riesgos y coordinando tiempos fuera de la costa.
MF. Como colofón de la entrevista, ¿Qué mensaje final enviaría al agricultor murciano al cerrar el año y qué prioridades marca Fecoam para 2026?
SM. Las prioridades para 2026 pasan por seguir luchando en Bruselas para que no se recorten las ayudas de la PAC, que es un tema que nos preocupa muchísimo. Es especialmente relevante a nivel nacional, y en Murcia afecta de manera importante a zonas como el Altiplano y el noroeste.
Como mensaje final para los agricultores, diría que sigamos trabajando todos juntos en cooperativas y empresas bien organizadas. Es fundamental reducir al mínimo la producción sin control, porque esa situación perjudica a quienes estamos organizados: se venden productos sin saber si se van a cobrar, ni cómo ni cuándo, y eso nos hace mucho daño a todos.
Acceso a la noticia en la página 13 de Murcia Fruits.
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