Las bodegas esperan que mayo rompa con varias semanas de parálisis en las ventas de vino

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El mercado del vino lleva prácticamente un mes paralizado, con escasas operaciones comerciales

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Los vendedores y los compradores de vino prefieren esperar hasta tener clara la evolución del mercado. / Archivo

Las bodegas confían que este mes de mayo reactive el comercio, tras varias semanas con pocas ventas de graneles, mientras avanza el desarrollo vegetativo de los viñedos —con retraso, que se trasladará a la próxima vendimia— y buen estado, salvo en las áreas afectadas por heladas y granizos.

El director técnico de la Asociación de Empresas Vinícolas de Extremadura (Asevex), Jacinto Guerra, apunta que el optimismo por la mejora en los viñedos en la región, que se recuperan gracias a las últimas lluvias, contrasta con la tranquilidad de operaciones.

“El mercado —agrega— lleva prácticamente un mes o algo más con casi total ausencia de operaciones y hay una parálisis total”, quizás porque queda poco vino y todo el mundo sigue expectante hasta ver cómo evoluciona la brotación y si puede haber una buena cosecha.

Los vendedores prefieren esperar —y los compradores también— hasta tener más clara la posible evolución del mercado en las próximas semanas, a lo que se ha sumado el efecto de la entrada de vino desde el Hemisferio Sur, adquirido por grandes compradores.

El presidente de la cooperativa ‘El Progreso’ de Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), Cesáreo Cabrera, asegura que en estas fechas es normal el “parón” de ventas porque muchos compradores se aprovisionaron de materia prima a inicios de la campaña y esperan. No obstante, avisa de que “queda poco vino por vender” y, por tanto, escasas existencias para enlazar con la próxima campaña e, incluso, puede faltar vino. De hecho, esta cooperativa tiene prácticamente agotados los inventarios de algunos varietales.

Cesáreo Cabrera advierte de que, tras algo más de un mes “parado”, el sector empieza a reactivarse, como muestran las crecientes peticiones de información que reciben.

Respecto al campo, apunta que la brotación es buena —aunque tardía— y anticipa una próxima vendimia “media y corta” porque los viñedos tardarán en recuperarse tras la sequía, heladas y pedriscos.

El presidente de la cooperativa ‘El Progreso’ recuerda, no obstante, que la climatología es imprevisible —mayo es muy proclive a los granizos— y está por ver si aparecen o no hongos y si el próximo verano vendrá caluroso, factores todos ellos que influirán en la producción de uva.

Cooperativas Agroalimentarias Castilla-La Mancha ha gestionado partes de siniestro de helada del 1 de mayo en casi 3.000 parcelas y 3.200 hectáreas de municipios de Cuenca y Toledo, mientras que Agroseguro registra ya un total de 6.000 hectáreas afectadas.

En Extremadura, parece que el viñedo se salva de los granizos de esta semana, muy dañinos para otros cultivos como frutales o tomate. La secretaria de vino de UPA-UCE Catalina García, destaca que las precipitaciones primero y el calor después han acelerado en pocas semanas la brotación —que en principio venía tardía—, y “todo va bien” hasta el momento en el campo de esta comunidad autónoma. De hecho, las vides han formado bastante fruto, según García, lo que hace presumir que la próxima vendimia será buena, siempre y cuando no sufran adversidades climáticas en los próximos meses.

En Castilla y León, “los viñedos de Bodegas Familiares Matarromera, casi 700 hectáreas, están evolucionando correctamente y ha brotado ya prácticamente todo excepto en Ribera del Duero”, precisa a Efeagro el jefe de campo de la firma, José María López.

En todas las DO en las que la compañía opera en esta Comunidad (Ribera del Duero, Rueda, Toro y Cigales), “la vendimia se espera con un retraso de unos 15 días”, de tal forma que “en Rueda y en Toro esperamos vendimiar, si todo sigue así, a finales de septiembre, y en Ribera y Cigales la primera quincena de octubre”.

“Posiblemente, la próxima semana tendremos que hacer frente a un riesgo de heladas que podría afectar de algún modo al crecimiento vegetativo”, señala López, quien detalla que la compañía dispone de estaciones meteorológicas que recopilan datos sobre temperaturas y así prever el porcentaje de riesgo de enfermedades.

“Con tablets recogemos información sobre los trabajos en el campo y vehículos terrestres (quads) nos permiten analizar el suelo y conocer el estado nutricional de los viñedos. Estas herramientas de viticultura de precisión nos permiten tener datos de cada parcela y poder tomar decisiones para obtener la máxima calidad”, explica José María López.

Desde La Rioja, el gerente de Bodega Carlos Moro, Ignacio Peral, resalta que la pluviometría del invierno ha sido superior a la media de los últimos 15 años y las temperaturas están siendo más bajas. “Esto está provocando que el ciclo vegetativo de la planta, en las 20 hectáreas que posee Bodega Carlos Moro cercanas a San Vicente de la Sonsierra (donde se ubica la bodega), esté retrasado en unos diez días con respecto a la media anual”, afirma.

El número de racimos por pámpano en La Rioja —un índice de fertilidad que revela el potencial de cosecha— parece augurar una buena campaña, incluso en los viñedos que sufrieron de forma más grave los efectos de la helada de finales de abril de 2017, refleja la “hoja de precios” del Gobierno regional.

En cuanto a la evolución de las cotizaciones del granel en el corto plazo, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, recoge ligeros descensos semanales —del 30 de abril al 6 de mayo— en los vinos sin DOP ni IGP: el blanco cae el –1,34% y se queda en 54,10 euros por hectolitro y el tinto retrocede el –0,50% y 63,50 euros.