Las importaciones de países terceros ponen en jaque el liderazgo comercial de España
Nerea Rodríguez. Redacción.
El sector citrícola nacional se encuentra en plena crisis de comercialización. El inicio de la campaña naranjera en España está siendo crítico debido a la sustitución en los lineales de los supermercados europeos de la producción local, que ya garantiza suficiente cantidad y calidad, por importaciones procedentes de países terceros, fundamental-mente de Sudáfrica, Egipto y Marruecos. Desde el sector, señalan que las compras de naranjas Navelina han empezado a un ritmo muy lento y a precios ruinosos de hasta 0,15 €/kg
Entre los factores que están provocando este complicado comienzo de campaña están los costes de producción de los cítricos importados, que son ínfimos en comparación con los españoles y que no paran de aumentar; el acopio de la gran distribución de cítricos procedentes de países terceros, que ha provocado una drástica caída de los precios del producto nacional, como es el caso de la naranja Navelina, que se está vendiendo a pérdidas; y, por último, la situación fitosanitaria, pues los productores españoles deben pasar exhaustivos controles de seguridad alimentaria ausentes en las producciones importadas. Se suman, además, las plagas y enfermedades a las que hay que hacer frente, siendo la mayoría importadas por estos terceros países y la falta de me-didas arancelarias que protejan a los cítricos nacionales.
Es por eso que el sector vuelve a recordar la necesidad, ya reiterada hasta la saciedad, de intensificar los controles fitosanitarios para evitar la entrada de plagas y enfermedades en la Unión Europea, y solicita que en el proceso de revisión que la UE está llevando a cabo actualmente sobre el acuerdo comercial con Sudáfrica introduzca cambios profundos por el tremendo impacto que ocasiona desde el punto de vista económico, fitosanitario, medioambiental y social. Mientras el sector citrícola español espera que el Ministerio de Agricultura mueva ficha, la cruda realidad es que el incremento de las importaciones de cítricos de terceros países está arrebatando la hegemonía comercial que hasta ahora estaba en manos de los cítricos nacionales, tanto en el mercado comunitario como en el nacional.