Alfonso Sáenz: “El futuro pasa por garantizar la producción y para ello es necesario industrializar el campo”

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Entrevista al director general de Udapa, S. Cooperativa

Entre los retos de futuro, Alfonso Sáenz destaca el crecimiento de la patata de Álava junto con las marcas de Udapa. / N. RODRIGUEZ

Nerea Rodriguez. Euskadi. 

Udapa está de aniversario, cumple 30 años de vida. Tres décadas de actividad con un modelo de producción que pretende profesionalizar a los y las productoras, y que está dando resultados puesto que Udapa ha logrado que la patata de Álava sea un cultivo del que se puede vivir. La cooperativa celebra su aniversario en uno de los momentos más complicados para el sector primario en general; sin embargo, Udapa mantiene su compromiso con su entorno y centra todos sus esfuerzos y energías para que la patata alavesa alcance mayores cuotas de producción y de mercado. 

Valencia Fruits. En 2023 Udapa está de aniversario al cumplir 30 años desde su puesta en marcha en 1993. ¿Qué han preparado para celebrarlo? 

Alfonso Sáenz de Cámara. Efectivamente estamos de aniversario. Celebramos 30 años de actividad en los que hemos logrado ser tractores de la agricultura en Álava y en nuestro entorno. Desde sus inicios, Udapa ha apostado por un modelo de producción basado en agricultores y agricultoras profesionales, por eso, después de tres décadas, es muy gratificante poder trasmitir ese compromiso real al agricultor y agricultora, y que estos tengan la certeza de que forman parte de un proyecto fuerte, sólido y estable que les permite seguir con su trabajo y vivir de él.

“En Álava de la patata se puede vivir, además, bien, siempre y cuando seas un o una agricultora especializada y tengas ganas de trabajar”

Dicho esto, para celebrar esta fecha tan señalada, el pasado 4 de junio, en las instalaciones de Udapa organizamos un evento social con la plantilla, agricultores y agricultoras y demás amigos y amigas, en la que nos juntamos unas 200 personas. Mientras que en noviembre, siguiendo con el programa de celebraciones, viajaremos a Idaho (EEUU) para visitar plantaciones de patata y ver cómo se trabaja allí este cultivo.

VF. Este aniversario llega en uno de los momentos más complicados para todo el sector primario. ¿Cómo ha ido el cierre del ejercicio 2022? Y ¿qué podemos decir del primer semestre de 2023?

ASC. El ejercicio de 2022 ha sido muy complicado debido principalmente al aumento de costes, que en nuestro caso ha sido de un 29,5% más en comparación a 2021, mientras que al mercado sólo hemos conseguido repercutir un 13%, con lo cual hemos sufrido bastante. A pesar de ello, hemos conseguido cerrar el ejercicio 2022 con una facturación superior a los 50 millones de euros. Una cifra importante dentro del mundo de la patata. 

Adentrados ya en el 2023, este año también está siendo complicado. A nivel productivo, si el año pasado se caracterizó por ser corto en producción con una sequía que ha penalizado las cosechas de 2022 y también ha alcanzado a las cosechas de tempranas de Murcia y Sevilla, por lo que también esperamos una cosecha con menos volumen. Así mismo, el aumento de los costes se mantiene debido al encarecimiento de la materia prima por falta de producto, y seguimos sin poder repercutir al mercado todos estos costes. La situación es realmente preocupante porque en dos años el precio de la materia prima se ha triplicado y repercutir esto al mercado es muy complicado. El resultado es dos años de rentabilidades negativas.

En el caso de Udapa, esperamos conseguir cerrar el año en positivo, al igual que el año pasado. Para ello estamos invirtiendo más tiempo y esfuerzo en la gestión del día a día, dejando el largo plazo en segundo plano hasta que la situación se tranquilice y mejore.

VF. ¿Cómo están afrontando los agricultores y las agricultoras alavesas este periodo tan convulso? 

ASC. Con preocupación, algún que otro susto, mucho trabajo y sacrificio. Están siendo dos años en el que los y las agricultoras han ganado dinero gracias a los altos precios, y no al rendimiento de sus cosechas. Es decir, que los precios de mercado han ayudado a que el cultivo siga siendo rentable. 

Después de una campaña 2022 con una bajada de producción importante, en Álava hemos conseguido mantener las mismas hectáreas de cultivo. Pero nos enfrentamos a un problema del que todos hablan, muchos lo sufren, pero nadie aborda, y es la falta de relevo generacional. No hay gente nueva y joven para sustituir a los productores y productoras que se van jubilando. 

En Álava de la patata se puede vivir, además, bien, siempre y cuando seas un o una agricultora especializada y tengas ganas de trabajar. Sin embargo, tenemos que competir con otros cultivos como el cereal, que cuenta con muchas más ayudas y con el que con menos esfuerzo se puede vivir bien y más tranquilo. Tampoco resulta nada fácil convencer a los agricultores y agricultoras del entorno que sigan apostando por la patata teniendo en cuenta el alto nivel de exigencia impuesto por la reglamentación actual y también por el mercado, que sólo acepta un producto ‘perfecto’ visualmente. Y a todo esto hay que añadir las decisiones de Bruselas, que sigue prohibiendo materias activas para combatir plagas y enfermedades sin ofrecer soluciones eficaces y factibles. 

No obstante, no todo es negativo, la parte positiva y esperanzadora es que los agricultores y agricultoras de hoy son más profesionales, con un nivel mayor de tecnificación que hace diez años y sobre todo con una clara orientación al mercado, un punto clave en la evolución del cultivo en nuestra zona.

VF. ¿La patata también está sufriendo los efectos de la crisis de consumo?

ASC. Más que crisis de consumo en general, mi impresión es que hay un descenso del consumo en el hogar. Es una lectura que hacemos tras comparar nuestras cifras de venta en fresco y en transformado. 

El nivel de población activa actual en España es más alto que nunca. Esto significa que hay menos tiempo disponible para cocinar y, después de la pandemia, la gente tiene ganas de salir, de celebrar… De ahí que las cifras de consumo en el hogar sean más bajas mientras que crecen en el canal Horeca.

VF. ¿Qué otras amenazas condicional el futuro del sector de la patata? 

ASC. Más que de futuro yo diría que es una amenaza presente y generalizada en toda Europa, y es la grandísima demanda por parte de la industria. Estudios recientes revelan que hacen falta 40.000 hectáreas más en Europa para satisfacer únicamente, a la nueva industria (fábricas de reciente construcción y entrada en el mercado). Son 40.000 nuevas hectáreas cuando en España la superficie total de patata es de 68.000. Esta comparativa puede dar pistas de la presión que hay en el sector productor en países como Francia, Bélgica, Holanda o Alemania, y que ocurrirá también en España. Por ilustrar esta amenaza con más ejemplos: este año se inaugurará una nueva fábrica que necesita 500.000 toneladas, y el consumo doméstico español no llega al millón de toneladas. Es decir que una sola fábrica necesita el 50% del consumo doméstico en fresco nacional. 

No podemos olvidar que la patata destinada a industria es más fácil de trabajar, conlleva menos riesgos y no tiene exigencias estéticas como la patata para fresco. Esto está generando un cambio del modelo productivo reduciendo el fresco en pro de la patata para industria. La industria se ha convertido en un fuerte competidor tanto por la superficie como por los productores. Pagan menos, pero también exigen menos, y esa combinación está resultando ser la ganadora.

VF. Estamos celebrando los 30 años de Udapa pero con la mirada puesta en el futuro. ¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta?

ASC. El futuro pasa por garantizar la producción en los próximos años y para ello, sí o sí, tenemos que industrializar el campo. La mecanización es necesaria. Es una petición de las y los propios agricultores para facilitar ciertas labores que hoy son totalmente manuales y necesitan mucha mano de obra, una mano de obra que cada vez es más complicada de encontrar. 

Otro de los retos es la digitalización del campo, impuesta por Bruselas. Este es otro aspecto importante pero que necesita su tiempo. Desde las altas instancias tienen que ser conscientes de la media de edad del sector primario y de la brecha digital que existe. No pueden pretender en un periodo tan corto de tiempo revolucionar el campo. En el caso de los y las socias productoras de Udapa, la edad media ronda los 49 años, una media más que aceptable si se compara con otras zonas de España, y a pesar de ello, es complicado seguir las directrices impuestas por Bruselas. 

En un plano más comercial, otro de los retos es que la patata de Álava siga creciendo junto con nuestras marcas y conseguir un mayor posicionamiento ante el cliente de la gran distribución, que hoy por hoy es nuestro cliente natural.

Eusko Label, un sello con ‘tirón’

Es un sello que certifica la calidad y el origen del producto con gran reconocimiento en todo el País Vasco. La patata de Álava, además, “fue uno de los primeros productos en apostar por este sello” recuerda Alfonso Sáenz de Cámara. Actualmente Udapa certifica alrededor de 6.500 toneladas bajo los sellos de Eusko Label y Euskal Baserri.

Lógicamente son productos con más demanda en la zona norte, pero poco a poco, “este sello va siendo más reconocido fuera de nuestro territorio, sobre todo en las grandes capitales como Madrid o Barcelona”. Es un sello que tiene su público fiel y la patata Eusko Label es ejemplo de ello. 

Acceso en la página 8 del dossier de Euskadi de Valencia Fruits. 

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