El agro europeo pierde la batalla: la UE y Mercosur firman un acuerdo de libre comercio

Gustavo Ferrada Navidad
Deterra líder multiproducto

El Mercosur y la Unión Europea cerraron el pasado 6 de diciembre en Montevideo el acuerdo de libre comercio en el que ambos bloques venían trabajando desde hace 25 años pese al rechazo del sector agrícola europeo

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, con los mandatarios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay en el marco de la Cumbre del Mercosur. / EFEAGRO

Valencia Fruits. Redacción.

“Es un día verdaderamente histórico”, aseguró en una conferencia la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien se reunió con los mandatarios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay en el marco de la Cumbre del Mercosur. En ese sentido, recordó diálogos que las partes llevaron a cabo hace 30 años y dijo que este viernes en Montevideo se convirtió esa visión en una realidad, y también aprovechó la oportunidad para agradecer a los negociadores que trabajaron “de forma incansable por muchísimos años”.

“Estamos fortaleciendo esta alianza única como nunca antes y al hacerlo estamos enviando un mensaje claro y poderoso al mundo”, indicó Von der Leyen, quien añadió que el acuerdo no es solo una necesidad económica, sino también “una oportunidad política”.

Por otra parte, apuntó que el acuerdo es una “clara respuesta” ante el fraccionamiento e hizo hincapié en que ambos bloques derribaron barreras que permitirán el ingreso de inversiones en un mercado de más de 700 millones de personas.

“Estamos fortaleciendo esta alianza única como nunca antes y al hacerlo estamos enviando un mensaje claro y poderoso al mundo”, indicó Von der Leyen, quien añadió que el acuerdo no es solo una necesidad económica, sino también “una oportunidad política”

Finalmente, le habló a Europa y dijo que será “una ganancia” para dicho continente, que tiene 60.000 empresas exportando al Mercosur y que ahorrará 4.000 millones de dólares a estas.

Durante el anuncio también habló el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, quien lo hizo en representación de todo el bloque del que su país ejerce hasta este viernes la presidencia pro témpore. En su discurso, contó que tiene hijos de 18 y de 20 años que cuando se enteraban de que el acuerdo había llevado 25 años de negociaciones “no podían entenderlo”. “Hoy voy a volver a casa un poco más tranquilo”, enfatizó el mandatario. Asimismo, subrayó la responsabilidad de los presidentes del Mercosur de sacar los desacuerdos y pararse “arriba de lo virtuoso” para poder llegar al acuerdo.

Antes de la conferencia, Von der Leyen se reunió por unos 30 minutos en la sede del Mercosur con Lacalle Pou, Javier Milei, Santiago Peña y Luiz Inácio Lula de Silva.

El impacto del acuerdo en el sector agrícola europeo

El comité de organizaciones agrarias y cooperativas europeas (Copa-Cogeca) lamentó la firma del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur por entender que tendrá “profundas consecuencias para la agricultura familiar en toda Europa” y anunció protestas en Bruselas este mismo lunes.

“Los temores de la comunidad agrícola se han materializado”, indicó el Copa-Cogeca en un comunicado que alerta de que, si los Estados miembros y el Parlamento Europeo aceptan el acuerdo, el impacto lo sufrirán también 450 millones de consumidores de la UE. Asimismo, anunció “una acción relámpago en Bruselas el lunes”, coincidiendo con una reunión de ministros de Agricultura y Pesca de la UE.

“Los temores de la comunidad agrícola se han materializado”, indicó el Copa-Cogeca en un comunicado que alerta de que, si los Estados miembros y el Parlamento Europeo aceptan el acuerdo, el impacto lo sufrirán también 450 millones de consumidores de la UE

Las cooperativas de productores recordaron su “firme oposición durante años” a un acuerdo que califican de “obsoleto y problemático”. “Si bien reconocemos la necesidad de la UE de profundizar las relaciones comerciales en el contexto geopolítico actual, esto no debe hacerse a cualquier precio”, señala el mismo comunicado. En ese contexto, recordaron que el sector agrícola de la UE “sigue siendo particularmente vulnerable a las concesiones realizadas en el capítulo agrícola desequilibrado” de este acuerdo.

Las cooperativas de productores recordaron su “firme oposición durante años” a un acuerdo que califican de “obsoleto y problemático”

Entre los sectores sensibles, menciona la carne de vacuno, las aves de corral, el azúcar, el etanol y el arroz que enfrentarán, dicen, “mayores riesgos de saturación del mercado y pérdida de ingresos debido a la afluencia de productos de bajo costo de los países del Mercosur”.

Además el acuerdo “agravará la presión económica sobre muchas explotaciones agrícolas que ya se enfrentan a precios elevados de los insumos y condiciones climáticas difíciles”.

La evidencia es abrumadora: los países del Mercosur no cumplen los estándares de producción exigidos a la agricultura de la UE, ya sea en términos de productos fitosanitarios, bienestar animal o prácticas de sostenibilidad.

Las cooperativas agrícolas denunciaron asimismo que los países del Mercosur “operan con estándares laborales y de seguridad más bajos, lo que les permite producir a costos más bajos, lo que hace imposible la competencia leal para los productores de la UE”.

La evidencia es abrumadora: los países del Mercosur no cumplen los estándares de producción exigidos a la agricultura de la UE, ya sea en términos de productos fitosanitarios, bienestar animal o prácticas de sostenibilidad

Y criticaron la “falta de coherencia en las acciones de la Comisión Europea” que en la anterior legislatura “multiplicó las restricciones y regulaciones para nuestros productores” y ahora, “al comienzo de su segundo mandato, ha priorizado este acuerdo injusto”.

Para el Copa-Cogeca, el protocolo adicional sobre sostenibilidad enviado a los países del Mercosur en marzo de 2023 para tratar de resolver las preocupaciones europeas “no estuvo a la altura de las expectativas” y la respuesta del Mercosur en septiembre de 2023 “demostró claramente una falta de ambición y compromiso para defender incluso los convenios internacionales básicos y las medidas vinculantes de sostenibilidad”. Recordaron que este punto también ha sido denunciado en la UE por los sindicatos, las ONG ecoogistas y las organizaciones de consumidores.

El presidente del Copa, Massimiliano Giansanti, consideró que con este paso dado por “la Comisión ha enviado un mensaje muy preocupante a millones de agricultores de toda Europa”, algo que consideró aún más inquietante en la recién estrenada “reapertura del diálogo entre los agricultores y las instituciones europeas”.

“Los Estados miembros y los eurodiputados deben ahora cuestionar firmemente los términos de este acuerdo y trabajar para encontrar una solución que garantice un enfoque justo y equilibrado para proteger el modelo agrícola de la UE”, añadió.

Adelantó que, a partir de este lunes, los productores entrarán “en acción, intercambiando puntos de vista con ministros y eurodiputados mientras lanzamos una acción relámpago en Bruselas”.

Por su parte, el presidente de Cogeca, Lennart Nilsson, subrayó que la oposición de agricultores y cooperativas no es al comercio, sino que se piden “acuerdos que sean justos, equilibrados y ambientalmente sostenibles”.

Rechazo de países

El acuerdo de la Unión Europea con Mercosur ha recibido el rechazo de varios países del club comunitario y sectores productivos como el agrícola, que ya anuncian movilizaciones de protesta contra el mayor pacto comercial del globo.

El sexto día de su segundo mandato, la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, voló a Montevideo para sellar un acuerdo “verdaderamente histórico” con el bloque Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) tras casi 25 años de negociaciones, pero acogido de forma muy desigual por Francia y Alemania, los tradicionales ‘motores’ de la UE.

Con un fuerte peso de su sector agrícola, Francia se opone férreamente al acuerdo y, sin distinciones entre partidos políticos, lo ve como “un puñal en la espalda” y una “traición” por parte de von der Leyen, mientras que Alemania lo acoge esperanzada por el balón de oxigeno que pueda suponer para su sector industrial en decline, en especial el automovilístico.

La Comisión Europea, que tiene la competencia de negociar en nombre de los Estados miembros, presiona para estampar la firma final al acuerdo de asociación de mayor alcance del mundo, con una población combinada de más de 700 millones de personas, ante el temor de que China, que ya ha expandido su presencia e inversiones en la región, se adelante al bloque comunitario.

Y sin olvidar que Bruselas se prepara para la segunda presidencia del republicano Donald Trump en Estados Unidos en enero próximo y una posible nueva política de aranceles, que avanzó en su campaña.

Dos bandos en la UE

En el bando de Francia se sitúa Italia, cuyo Gobierno ya advirtió de que no firmará el acuerdo con Mercosur a menos que incluya mayores garantías para los agricultores europeos. Polonia y el parlamento neerlandés, entre otros, también están en la misma línea.

En la onda de Alemania, se sitúan España y Portugal, entre otros. El presidente español, Pedro Sánchez, dijo que servirá para tender un “puente económico” sin precedentes entre Europa y América Latina, mientras que el jefe de Estado portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, añadió que “representa una oportunidad única para las empresas y la economía de ambos lados del Atlántico” y pidió su ratificación.

Esta división de pareceres entre Alemania y Francia, los dos países más grandes e influyentes del club comunitario, amenaza con debilitar los cimientos de la Unión Europea. Y esto en un momento, además, en que las elecciones legislativas alemanas están a la vuelta de la esquina (23 de febrero) y el presidente francés, Emmanuel Macron, busca un sucesor para el conservador Michel Barnier al frente del Gobierno, tras caer tres días atrás por una moción de censura.

En un mundo marcado por tensiones geopolíticas y con tentaciones proteccionistas, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, decidió reservar el tiempo de la comida de la primera cumbre europea que organiza el 19 de diciembre para debatir con los líderes europeos sobre el papel de la UE en el mundo y “del comercio en el fomento de la prosperidad para ambas orillas del Atlántico”. Será, por tanto, la primera oportunidad que los líderes europeos tendrán para confrontar cara a cara sus posiciones sobre el acuerdo UE-Mercosur, que tiene que obtener el visto bueno del Consejo de la UE, del Parlamento Europeo (que también se perfila tortuoso) y, dependiendo de la base legal del pacto —aún por determinar—, posiblemente también los parlamentos nacionales de los estados miembros de la UE.

Agricultores y ecologistas en contra

Con Barnier en funciones, el principal sindicato agrario de Francia, la FNSEA, ha pedido al presidente, Emmanuel Macron, que “se moje verdaderamente” para construir una mayoría europea en contra del pacto con el Mercosur para “bloquearlo”.

Por lo pronto, el comité de organizaciones agrarias y cooperativas europeas (Copa-Cogeca) está ya en pie de guerra y nada más conocerse la noticia del acuerdo convocó “una acción relámpago en Bruselas de protesta” para ayer día 9, coincidiendo con una reunión de ministros de Agricultura y Pesca de la UE.

Según el Copa-Cogeca, el capítulo agrícola del acuerdo está “desequilibrado” y, entre los sectores sensibles, mencionó la carne de vacuno, las aves de corral, el azúcar, el etanol y el arroz.

La Coordinadora Europea Vía Campesina (pequeños y medianos agricultores), aseguró que seguirá movilizándose contra el acuerdo comercial “y, de un modo u otro, le pondrán fin”.

Igual de combativa se mostró la plataforma CAN Europe, de la que forman parte más de 1.700 organizaciones ecologistas europeas, que más allá de consideraciones medioambientales, dijo que el “sombrío” acuerdo es “un ataque frontal” a la democracia por haber sido negociado desde el “más absoluto silencio”.

Sector del automóvil

Una visión radicalmente distinta tienen los principales fabricantes de automóviles de la UE, reunidos en la asociación ACEA, que pidieron una rápida ratificación por parte del Consejo y el Parlamento Europeo.

Este acuerdo, que permitirá a las empresas europeas ahorrarse 4.000 millones de euros al año en aranceles, “llega en un momento crucial para la industria automotriz, que actualmente enfrenta desafíos críticos en la transición hacia la descarbonización”, afirmó la directora general de ACEA, Sigrid de Vries.

La firma de este acuerdo envía una fuerte señal al resto del mundo en apoyo de un comercio libre, abierto y basado en reglas, según ACEA.

Planas asegura que España es una potencia alimentaria y no debe temer el acuerdo

El ministro español de Agricultura, Luis Planas, aseveró ayer que España no debe temer el acuerdo de asociación entre la UE y Mercosur porque es una potencia agroalimentaria y se refirió a las “ventajas” que puede aportar para los productores de aceite de oliva, el vino o los cítricos.

“Entiendo que a algunos les pueda preocupar, a mí no”, señaló Planas a su llegada a un Consejo de ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea preguntado por el acuerdo con Mercosur. Y añadió que “somos una potencia agroalimentaria y no tenemos que temer a la apertura comercial”.En particular, Planas se refirió a “las ventajas que se presentan para sectores como el aceite de oliva, vino, porcino y muchos otros sectores, cítricos y otros” tras opinar que “tenemos mucho interés en la conclusión del acuerdo”. El ministro indicó además que no cree que la aplicación del acuerdo vaya a generar protestas de los agricultores, como las que tuvieron lugar este último año por otros motivos. “Hay mucho de mitología en torno a Mercosur, como lo había antes en torno a Canadá o estos acuerdos comerciales”, indicó Planas. En particular, se refirió a los temores que despertaban en el pasado otros acuerdos suscritos por la UE pero que finalmente han beneficiado a los productores.

Canadá y Japón

En particular, mencionó el pacto entre la UE y Canadá, gracias al cual “España ha triplicado las ventas agroalimentarias desde la entrada en vigor” o al acuerdo de Japón, que ha permitido que España haya “cuadruplicado las ventas agroalimentarias” a ese país. No obstante, reconoció que “evidentemente tenemos que buscar el equilibrio” pero consideró que “este es un acuerdo equilibrado” tanto globalmente como dentro del sector agroalimentario. 

Planas subrayó además que se ha logrado, en el marco del acuerdo “una protección de nuestras figuras de calidad, de las denominaciones de origen e IGP a nivel de Unión Europea, de las cuales 59 son españolas”. El responsable de Agricultura indicó que, aparte de ser un pacto comercial, el acuerdo con Mercosur “es algo más” y consideró que hace falta “una actitud de explicación y evidentemente también de defensa de los intereses” en relación con las preocupaciones que pueda plantear su aplicación. 

El ministro adelantó que tenía previsto conversar sobre este asunto ayer lunes con sus homólogos de Francia e Italia y con representantes del Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias (Copa-Cogeca). “Yo creo que lo importante es continuar avanzando, continuar progresando. Y considero que este acuerdo es un paso adelante muy importante, sinceramente”.

El contexto

En ese sentido, refirió a la importancia que tiene concluir el acuerdo con Mercosur en el contexto geopolítico, con “la nueva administración norteamericana y las tensiones comerciales con China”. En todo caso, “si existe alguna duda y alguna preocupación, que entiendo puede existir por parte del sector agrario, tenemos siempre las cláusulas de salvaguardia” que, en este caso en particular, “se pueden aplicar incluso a los propios contingentes”. 

Se refirió en ese contexto a una medida de ese tipo aplicada en el pasado, “en el año, si mi memoria es correcta, 2018”, a la carne de vacuno procedente de Mercosur.

Más información en la portada y en las páginas 3, 4 y 5 del ejemplar de Valencia Fruits. 

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