Son cerca de 951.000 las hectáreas de cereal afectadas por todos los riesgos registrados en la cosecha 2022 y, de ellas, unas 840.000 se refiere a daños por sequía

Los daños sufridos en la cosecha 2022 de cultivos herbáceos, que sumarán 32,61 millones de euros. / ARCHIVO
Efeagro.
Agroseguro ha notificado cerca de 951.000 hectáreas de cereal afectadas por todos los riesgos registrados en la cosecha 2022 y, de ellas, unas 840.000 se refiere a daños por sequía, una cifra similar a la registrada en 2019 y sensiblemente inferior a las graves sequías de 2012 y 2017.
La entidad ha comenzado este jueves a abonar las indemnizaciones por los daños sufridos en la cosecha 2022 de cultivos herbáceos, que sumarán 32,61 millones de euros, correspondientes a los siniestros sufridos en más de 350.000 hectáreas de cultivo asegurado, mayoritariamente cereal de invierno.
Según ha detallado en un comunicado, más de 300 peritos están realizando las tasaciones con el objetivo de que el pago de las indemnizaciones sea lo más rápido posible. Así, el plazo medio de abono de indemnizaciones desde la tasación definitiva del siniestro es de 27 días.
Cataluña es la región que más indemnizaciones recibe en esta ocasión, con 10,57 millones de euros por daños en casi 70.000 hectáreas; la sequía es el riesgo que ha provocado los mayores daños.
Cataluña es la región que más indemnizaciones recibe en esta ocasión, con 10,57 millones de euros por daños en casi 70.000 hectáreas
A continuación, se sitúa Aragón con 9,55 millones de euros correspondientes a cerca de 83.000 hectáreas, con las tormentas de pedrisco como origen principal de los daños.
Por su parte, los productores de Andalucía reciben unas indemnizaciones de 7,76 millones de euros, de los que más de 6 corresponden a la sequía por la escasez de lluvias en los últimos meses.
Según Agroseguro, la primera mitad de 2022 se ha caracterizado por una marcada irregularidad en las precipitaciones, con un invierno marcado por su práctica ausencia y con lluvias de marzo y abril que aliviaron la situación y mejoraron sensiblemente la expectativa de los cultivos herbáceos de secano.
La primera mitad de 2022 se ha caracterizado por una marcada irregularidad en las precipitaciones, con un invierno marcado por su práctica ausencia y con lluvias en marzo y abril
Sin embargo, en su etapa final de desarrollo, los meses de mayo y junio se han presentado más cálidos y secos de lo habitual y con la humedad del suelo limitada como consecuencia de las altas temperaturas que se registraron de forma generalizada.