Cecilio Pelegrín (Proexport): “La campaña de lechuga se presenta con incertidumbre por el clima”

Entrevista al presidente del sector de lechuga y achicorias de Proexport, Cecilio Pelegrín

Cecilio Pelegrín afirma que la lechuga sigue siendo el cultivo de invierno más importante de la Región de Murcia y su entorno. / Proexport

Alba Campos. Redacción.

El clima siempre puede dar un giro inesperado a las campañas, por eso, el presidente del sector de lechuga y achicoria de Proexport, Cecilio Pelegrín, habla de “incertidumbre” en esta temporada de lechuga: “nunca sabemos con certeza qué puede ocurrir”. Sin embargo, todavía es pronto para hacer pronósticos. Ha habido un adelanto en la producción de lechuga y se ha empezado con volúmenes más altos de lo habitual, lo que ha provocado una sobreoferta por solapamiento de producciones. Aun así, “la campaña está comenzando y aún queda mucho por delante”, afirma Pelegrín.

Murcia Fruits. ¿Cuáles son las perspectivas para la campaña de lechuga?

Cecilio Pelegrín. Son de incertidumbre. Sobre todo por los factores climáticos, ya que nunca sabemos con certeza qué puede ocurrir. De hecho, este inicio de campaña está siendo algo complicado, porque estamos teniendo temperaturas inusualmente altas.

“Este inicio de campaña de lechuga en la Región de Murcia  está siendo algo complicado, porque hemos tenido temperaturas inusualmente altas”

Pero no solo aquí, en el centro y norte de Europa también están disfrutando de un clima demasiado benigno para esta época del año. Eso ha hecho que sus campañas locales se prolonguen más de lo previsto y, en consecuencia, que el inicio de nuestra temporada de exportación se haya retrasado.

En cualquier caso, el “partido” acaba de empezar, y es un partido largo, de unos seis meses. Ahora mismo llevamos un adelanto de entre 10 y 15 días respecto a un año normal. Este adelanto ha provocado que, en lugar de arrancar como estaba previsto (a finales de octubre o primeros de noviembre), hayamos comenzado con volúmenes más altos de lo deseable ya a mediados de octubre. Es decir, ha habido una cierta sobreoferta por solapamiento de producciones.

Si respondiésemos a esta pregunta el 30 de abril se podría dar una respuesta más exacta. La campaña está comenzando y aún queda mucho por delante.

MF. ¿A qué retos cree que se van a enfrentar en esta campaña de lechuga?

CP. Nos encontramos, desgraciadamente, con reducciones sistemáticas de las materias activas autorizadas para aplicar en nuestras producciones. Muchas veces estas limitaciones no tienen en cuenta las condiciones geográficas específicas en las que trabajamos, y eso hace que la lucha contra las plagas sea cada vez más difícil. Esto repercute directamente en los rendimientos del cultivo.

A ello se suma la política laboral, con subidas continuas del salario mínimo y una creciente carga burocrática. Todo esto reduce el margen de maniobra del productor español, que se ve obligado a asumir nuevas obligaciones (como los controles digitales de jornada) sin que se valore la estacionalidad del sector. La lechuga, al fin y al cabo, no entiende de horarios ni de fichajes.

Y, si añadimos el problema hídrico, la situación se complica aún más. La falta de agua sigue siendo uno de los mayores condicionantes de la agricultura murciana.

Por otro lado, los costes de producción continúan al alza. Si se confirma una nueva subida del SMI, los costes seguirán aumentando y el producto final será cada vez más caro. No solo se encarece a la salida de nuestros almacenes, sino que toda la cadena de valor sufre el mismo efecto: transporte, distribución y venta al público. Al final, el precio en los lineales sube y entramos en un círculo vicioso difícil de romper.

MF. ¿Cómo han evolucionado en los últimos años los cultivos de hortalizas de hoja en la Región de Murcia?

CP. A pesar de las dificultades, el sector sigue invirtiendo y modernizándose. Las empresas agrícolas no hemos dejado de apostar por la tecnología y la digitalización, y llevamos años utilizando herramientas de inteligencia artificial para tomar decisiones productivas.

Gracias a ello, hoy somos capaces de producir lo mismo con menos agua y con un uso más eficiente de los recursos. Sin embargo, las limitaciones legales sobre fitosanitarios nos afectan: cuando se retira una materia activa, muchas veces no se ofrece una alternativa viable. Y eso frena también la inversión de las empresas que fabrican estos productos, porque no saben si podrán comercializarlos en el futuro.

La evolución, por tanto, ha sido positiva en términos de tecnificación y eficiencia, pero también más compleja desde el punto de vista regulatorio.

Hay que tener en cuenta que, cuando hablamos de lechuga, no nos referimos solo a la Región de Murcia, sino también al sur de Alicante, parte de Albacete y el norte de Almería. Todo este eje forma una gran comarca productiva que se ha profesionalizado enormemente.

Hoy en día, la producción está más controlada y planificada. En las empresas asociadas a Proexport ya no se produce “para ver cómo se vende”; se cultiva lo que está programado y vendido con antelación, a través de acuerdos con clientes y cadenas de distribución. Esa programación anual ha reducido la especulación que existía hace años y ha dado mayor estabilidad al sector.

Otra cosa distinta es el clima: si la media esperada es de 23 grados y tenemos 27, la planta no entiende de planificación. Pero esa es precisamente la esencia de la agricultura: convivir con la incertidumbre y adaptarse.

“La lechuga representa una parte esencial de la oferta hortícola, tanto en volumen como en valor económico, y es la base de gran parte de las exportaciones murcianas”

MF. ¿Qué lugar ocupa la lechuga en el conjunto de la oferta hortícola murciana?

CP. La lechuga sigue siendo el cultivo de invierno más importante de la Región de Murcia y su entorno. Representa una parte esencial de la oferta hortícola, tanto en volumen como en valor económico, y es la base de gran parte de las exportaciones murcianas.

Acceso a la entrevista en la página 11 de Murcia Fruits. 

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