Entrevista al Co-owner & General Manager de Maf Roda, Christophe Blanc

Para Christophe Blanc, “el operador del futuro será mucho más especializado en diferentes tecnologías”. / Maf Roda
La historia de la familia Blanc en el ámbito de la tecnología postcosecha se remonta a los inicios del siglo XX. Desde los primeros calibradores mecánicos diseñados por el bisabuelo de Christophe Blanc en Argelia hasta los punteros desarrollos de automatización o visión artificial utilizando IA, el Grupo Maf Roda no ha dejado de crecer desde que se instaló en Francia en 1962. Una empresa familiar con matriz en Montauban que incorporó al grupo Roda ya en los 80 y que hoy está presente en todo el mundo, manteniendo siempre el contacto directo y la máxima implicación con cada uno de los proyectos que acometen: “ese conocimiento facilita una buena comprensión del negocio, algo que resulta imprescindible para tomar buenas decisiones y anticiparse al futuro”. Un futuro que para la tecnología de Maf Roda es una realidad que se concreta en los cientos de almacenes en los que han diseñado y puesto en marcha líneas de procesado que marcan la diferencia en la gestión postcosecha.
Raquel Fuertes. Redacción.
Valencia Fruits. ¿Cuándo empieza la historia de Maf Roda? ¿Cuándo llegan a España?
Christophe Blanc. La historia empieza hace más de más de 100 años, en 1905, cuando mi bisabuelo, Louis Blanc, empezó a fabricar maquinaria agrícola y calibradores mecánicos que diseñó por su propia necesidad para trabajar en sus campos de cítricos en Argelia. Vio que necesitaba para su propia producción unos calibradores y tratamientos en el campo así que empezó con atomizadores para tratar la fruta en los campos y luego calibradores mecánicos, muy sencillos, para calibrar su propia fruta y comercializarla.
“En 1905 Louis Blanc empezó a fabricar maquinaria agrícola y calibradores mecánicos que diseñó por su propia necesidad para trabajar en sus campos de cítricos en Argelia”
Después de la guerra de independencia de Argelia, en 1962, mi abuelo, Lucien Blanc, montó la empresa Maf en Francia, en Moissac, una pequeña ciudad cerca de Toulouse, y se focalizó exclusivamente en el desarrollo de su calibrador mecánico que contaba con un sistema un poco especial de contrapesos. Los fabricó y empezó a comercializarlos. Después se trasladaron a Montauban, ciudad en donde está la matriz ahora. Ahí entro mi padre, Philippe Blanc, el actual presidente del grupo, y que en 1981 se convierte en director general de Maf.
Después llegó Roda, un grupo italiano que tenía presencia aquí (Alzira, Valencia), en Italia y en Estados Unidos. En ese momento Maf se había implicado mucho en el desarrollo electrónico de los calibradores, Roda se había quedado algo atrasado en la tecnología con los calibradores mecánicos, así que tuvimos la posibilidad de realizar la adquisición del grupo Roda, que era mucho más grande, en el año 1989 y entonces se convirtió en Maf Roda, sumando a la cartera de Maf todo lo que aportaba Roda en España, Estados Unidos, Italia…
“El Grupo ha ido creciendo creando filiales o comprando empresas por todo el mundo, estamos en todos los continentes”
VF. Una historia de más de100 años, una empresa con presencia en 60 países y sigue siendo una empresa familiar en continuo crecimiento…
CB. Efectivamente, todos los miembros de la familia estamos muy implicados, mi padre es el presidente y los 5 hermanos estamos en el negocio. De hecho, mi padre bromeaba con que teníamos que haber sido más hermanos para llegar a más países. Bromas aparte, lo cierto es que el Grupo ha ido creciendo creando filiales o comprando empresas por todo el mundo. Después de las últimas adquisiciones (en el 24 se hicieron tres adquisiciones) hay 19 filiales en el grupo. La última incorporación fue hace menos de un mes, en Egipto. Lo cierto es que estamos en todos los continentes.
VF. Acercándonos a la realidad más cercana, ¿tiene una idea aproximada de cuántas centrales hortofrutícolas españolas cuentan con tecnología Maf Roda?
CB. Hay más de 460 proyectos desarrollados aquí en España. Además, exportamos alrededor del 60% de lo que fabricamos mientras que el 40% de la facturación se hace en España.
“Trabajamos con todo tipo de clientes en cualquier país del mundo, nos adaptamos según su necesidad, sus conocimientos del sector, sus diferentes mercados, su proyección de futuro… para orientarles en la solución que más se adapta a su necesidad concreta”
VF. Cuando un cliente les llama y les dice que va a abrir un nuevo almacén o necesita un nuevo diseño, ¿trabajan con él para diseñar las diferentes líneas o la mayoría de los clientes ya saben exactamente qué quieren?
CB. Pues eso depende mucho ya que trabajamos con todo tipo de clientes en cualquier país del mundo, así que nos adaptamos según su necesidad, sus conocimientos del sector, sus diferentes mercados, su proyección de futuro… para orientarles en la solución que más se adapta a su necesidad concreta.
Por ejemplo, hay clientes que son nuevos en el sector y ahí sí que hay que explicar paso a paso cómo funciona todo. Con ellos pasamos mucho tiempo en el desarrollo de proyecto. En el otro extremo tenemos otros clientes que trabajan con nosotros desde los inicios hace 40 años y conocen bien el sector, su mercado, su forma de trabajar, su necesidad, su proyección y ahí todo va mucho más rápido porque tienen más o menos claro lo que quieren.
Trabajamos tanto con agricultores que necesitan una pequeña línea de proceso y de calibrado de fruta como con cooperativas y empresas privadas muy grandes. De hecho, tenemos algunos clientes que hoy en día que son muy grandes y que empezaron hace años con un calibrador pequeño en un pequeño almacén y hemos visto cómo han ido creciendo. Un proceso en el que les hemos ido acompañando con nuestra tecnología. Para nosotros es importante cada cliente, independientemente de su tamaño.
“El cliente valora mucho todo el proceso de trabajo conjunto, donde el diseño de la línea impacta de forma importante en el coste final de producción”
“El diseño de la solución y el concepto de línea es clave para asegurar unos flujos de fruta óptimos para garantizar la productividad requerida y asegurar una calidad y un coste operativo que logre que nuestros clientes sean más competitivos en sus negocios”
VF. ¿Por qué es tan importante un buen diseño del almacén en la gestión postcosecha de la fruta?
CB. El diseño de la solución y el concepto de línea es clave para asegurar unos flujos de fruta óptimos para garantizar la productividad requerida y asegurar una calidad y un coste operativo que logre que nuestros clientes sean más competitivos en sus negocios. El diseño de la línea impacta de forma importante en el coste final de producción. Es un tema muy importante y hacemos todo el diseño con los clientes alineándonos con sus objetivos. Un proyecto grande requiere muchas reuniones y puede haber 20 y 25 versiones de planos. Acompañamos al cliente para asegurarnos de que lo que le proponemos corresponde a su necesidad. Es un proceso que nos permite conocer al cliente, trabajar con él, conocer su objetivo, mejorar sus procesos, mejorar los flujos, el concepto de la línea y proporcionar ideas, lo que nos permite darle lo que necesita y fidelizarlo. El cliente valora mucho este proceso de trabajo conjunto.
VF. ¿Cómo se combina la tecnología con la aplicación de químicos postcosecha, cómo se relacionan con los fabricantes para conseguir resultados óptimos?
CB. Existen muchos proveedores de tratamientos químicos de la fruta y solemos colaborar con los que nuestros clientes quieren trabajar, nosotros nos adaptamos. Aportamos, digamos, la parte mecánica del equipo y ellos aportan sus difusores o sus aplicadores de cera, por ejemplo, y proponemos también un sistema de visión en nuestras líneas para que puedan dosificar en función de la productividad de la línea, de las toneladas que pasan por hora sobre la línea… Nosotros proporcionamos esa regulación gracias a sistemas ópticos, por ejemplo.
“La visión artificial es el core de nuestro negocio, está integrada en casi todas nuestras líneas de proceso desde hace muchos años y desde hace unos 5 años hemos incorporado la inteligencia artificial a nuestros equipos de visión”
VF. ¿Cómo están influyendo las nuevas tecnologías (desde la visión artificial hasta la IA) en el procesado de frutas?
CB. La visión artificial es el core de nuestro negocio, está integrada en casi todas nuestras líneas de proceso desde hace muchos años y desde hace unos 5 años hemos incorporado la inteligencia artificial a nuestros equipos de visión para facilitar el trabajo de los operadores de calidad. De esta forma pueden categorizar los defectos según su huella espectral, para cada defecto asociamos una huella espectral. La inteligencia artificial nos permite identificar y categorizar mucho mejor esos defectos y aporta una mayor facilidad de manejo de las herramientas de visión artificial. Ahora es mucho más fácil ajustar un sistema de visión con inteligencia artificial.
VF. De las últimas innovaciones tecnológicas de Maf Roda, ¿cuáles destacaría? ¿Cuáles ha visto que han mejorado exponencialmente la eficiencia de los procesos?
CB. Tenemos una plataforma hardware de nuestro sistema de calidad patentado, GlobalScan 7 IA, que nos da una ventaja competitiva clave para diferenciarnos. Es un sistema con análisis multiespectral. Luego aplicamos software a nivel inteligencia artificial, a nivel de tratamiento de imágenes…
VF. Si el futuro pasa por la automatización, ¿cuál es la labor del operario del futuro en el almacén?
CB. La automatización no va a frenarse. El operador del futuro será mucho más especializado en diferentes tecnologías. Por ejemplo, incorporamos cada vez más robótica y necesitamos operadores específicos para asegurar un buen manejo de la tecnología así que va a haber operadores, pero necesitarán mayor especialización.
VF. ¿En qué líneas está investigando actualmente Maf Roda? ¿Se prevén novedades en el corto plazo?
CB. Por una parte, hay mejoras de lo existente, pero estamos muy enfocados en la automatización, por supuesto, la robótica, la logística a través del sistema de AGVs que hemos desarrollado, la trazabilidad también es muy diferenciadora… y eso conforma el foco para el futuro.
VF. ¿Con qué argumentos trataría de convencer a una empresa que está diseñando su nuevo almacén para que les llamase y contase con su tecnología?
CB. Somos una empresa reconocida en el mercado desde hace muchos años, transmitimos confianza y seguridad a nuestros clientes. Desde el origen, el grupo Maf Roda ha seguido la misma trayectoria, ofreciendo soluciones tecnológicas muy avanzadas a sus clientes. El hecho de ser una empresa familiar nos permite también tomar decisiones de forma más rápida. Hoy en día vemos que hay muchos fondos de inversión que van comprando empresas y al final la reactividad de esas empresas no es a veces la más rápida.
En Maf Roda nos focalizamos en la tecnología y en el servicio postventa. Este punto es fundamental para nuestros clientes y por eso tenemos tantas filiales en todo el mundo. Trabajamos con más de 50 colaboradores a nivel mundial para dar ese servicio postventa a nuestros clientes. En definitiva, destacaría la confianza, la trayectoria, además de la tecnología, hay que tener muy presente el servicio técnico, el apoyo, el acompañamiento técnico… Estas serían para mí las ventajas.
En nuestra familia estamos todos muy involucrados, todos conocemos muy bien el negocio y viajamos constantemente alrededor del mundo visitando clientes. Esto nos permite estar en contacto permanente con el sector y con la tecnología y ese conocimiento facilita una buena comprensión del negocio, algo que resulta imprescindible para tomar buenas decisiones y anticiparse al futuro.
Acceso a la entrevista en las páginas 8-9 del dossier Gestión Postcosecha en el ejemplar de Valencia Fruits.
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