Cirilo Arnandis: “Esto no se puede permitir, Bruselas”

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El presidente de Frutas y Hortalizas de Cooperatives Agro-Alimentàries, Cirilo Arnandis, habla sobre comercio internacional y analiza las repercusiones sobre el cultivo del kaki de la llegada de un nuevo trip, de la especie Scirtothrips aurantii, y denuncia la falta de soluciones para combatirlo

La irrupción de un nuevo trip, concretamente de la especie Scirtothrips aurantii, puede provocar importantes pérdidas en el cultivo del kaki si no se autorizan productos para combatirlo. / ARCHIVO

Cirilo Arnandis (*)

Habrá sido la fecha del 20 de enero cuando Donald Trump, nuevamente, regrese a la Casa Blanca como inquilino. Con ello comenzará su segundo y último mandato, pues así está previsto por les leyes norteamericanas para los presidentes de los Estados Unidos, que como se viene en decir, es el cargo político más poderoso del mundo. Si nos atenemos a lo que ha venido manifestando desde que ganó las elecciones, muchas cosas van a cambiar de como las veníamos entendiendo hasta la fecha, y es que las cosas nunca son para siempre. La primera es que Europa se va a tener que pagar su propia defensa, con el consiguiente incremento de gasto en los socios comunitarios. Otro de los temas que más nos van a afectar, siendo la cuestión de los aranceles un claro ejemplo, es la instauración de un nuevo orden emanado desde Estados Unidos en referencia al comercio mundial, y que es seguro que deberá de hacer reflexionar a Bruselas sobre la política que en este ámbito se está practicando desde Europa.

En el contexto comercial mundial, China y Estados Unidos imponen su potencia, interpretando las normas de la Organización Mundial del Comercio según sus intereses, y eso cuando las respetan. Otras potencias con sanciones comerciales por diversos motivos, acaban encontrando la manera de superarlas, convirtiendo esas sanciones en papel mojado, no cumpliéndose por lo tanto los objetivos para las que fueron impuestas. Mientras, Europa sigue colgada de la brocha, siendo esta la conclusión más evidente —no dicho así, pero así se entiende— de los últimos informes presentados por Enrico Letta sobre el mercado único europeo, y por Mario Draghi sobre el futuro de la Unión Europea. Y es que aquí, de momento, la única idea que se nos ocurre ante lo que se avecina es tamizarlo todo por el Pacto Verde Europeo, cuyas exigencias sólo son para los de aquí, y no para los que pretenden venir aquí. 

“En 2024 hemos asistido a la imprevista aparición de una nueva especie invasora en prácticamente la totalidad de la Comunitat Valenciana. Se trata de un nuevo trip, concretamente de la especie Scirtothrips aurantii. Todo ello va a suponer una modificación en las estrategias de gestión integrada de plagas en muchos de los cultivos a los que esta plaga afecta: cítricos, kakis, aguacate, granado, uva, fresa…”

Si bien no es la única vía, el comercio internacional es una de las principales causas de la llegada de plagas de cuarentena a Europa, siendo esto una de las consecuencias más directas de las decisiones sobre esta materia puestas en práctica por Bruselas. Su política de puertas abiertas demuestra una postura blanda, en la que las infracciones reiteradas suponen, en el peor de los casos, una llamada de atención. Y eso pese a que el nivel de detecciones de plagas de cuarentena en frontera sigue en niveles preocupantes. Tan solo hay que ver el último dato facilitado por diversas organizaciones agrarias: las interceptaciones de cítricos importados con plagas o enfermedades de cuarentena en las fronteras comunitarias en 2024 se ha incrementado en más del 40% respecto del año anterior. En la misma línea, y también como muestra de lo que viene denunciando el sector productor, el sistema europeo de alertas en alimentos (RASFF), ha detectado durante 2024 un total de casi 900 envíos de frutas y hortalizas procedentes de países terceros con niveles de detección de productos fitosanitarios superiores a los permitidos por la norma europea. Y es que, pese a que este tema es más grave al afectar de modo directo a la salud de los consumidores, la política de Bruselas sigue siendo la misma. 

No todas las plagas que ingresan en un nuevo territorio son capaces de establecerse y colonizar una nueva región. Pero en aquellos casos que esto sí que ocurre, si nos atenemos a lo que dicen los científicos, la llegada de una plaga nueva a un determinado entorno pasa por tres fases: entrada, establecimiento y dispersión. La primera, siendo la más crucial, es la menos estudiada, debido a la dificultad de detectarla en bajos niveles de población, pero es una fase en la que todavía es posible una cierta estrategia de control que evite su dispersión definitiva. Cuando se detecta una nueva plaga en el campo, en la mayoría de los casos, su implantación hace imposible cualquier estrategia de ataque, sobre todo al pillarnos desprevenidos, y especialmente por la política de reducción, cuando no de eliminación, de la mayoría de las herramientas a disposición de los productores para defenderse de su ataque. Así pues, si se quiere evitar el uso de productos fitosanitarios, la mejor política es evitar, de entrada, que nos lleguen nuevas plagas.

Y es que hay cosas que no se entienden. Salimos a una media, en los últimos años, de diez nuevas plagas por año introducidas en la Unión Europea, siendo el Mediterráneo una de las zonas de mayor riesgo, y en especial en el caso español, pues goza de un clima amable en el que es muy fácil para cualquier nueva plaga aclimatarse. En este contexto se quiere implantar el Pacto Verde Europeo. Ante la ausencia de una política efectiva de control de llegada e implantación de nuevas plagas, la respuesta es tener cada vez menos herramientas para su tratamiento. Que alguien me lo explique. Si bien es cierto que existen estrategias de ataque basadas en fauna útil o en productos con bajo o nulo impacto en el entorno, ello conlleva tiempo ante la detección de una nueva plaga. Pero seamos realistas, pues en ocasiones se ha denegado la importación en origen y posterior comercialización de depredadores naturales, y en más de una y de dos ocasiones, no existe un producto autorizado aquí, pero sí en los países terceros que nos remiten fruta, por lo que al productor tan solo le queda mirar como se pierde su cosecha.

En los últimos años hemos asistido a la introducción de nuevas plagas como las nuevas cochinillas Delottococcus aberiae y Pulvinaria polygonata, los ácaros tetraníquidos Eutetranychus banksi y Eutetranychus orientalis, y las especies de trips Chaetanaphothrips orchidii y Scirtothrips dorsalis. De modo más reciente, en el año 2024 hemos asistido a la imprevista aparición de una nueva especie invasora en prácticamente la totalidad del territorio de la Comunitat Valenciana. Se trata de un nuevo trip, concretamente de la especie Scirtothrips aurantii. Todo ello va a suponer una modificación en las estrategias de gestión integrada de plagas en muchos de los cultivos a los que esta plaga afecta: cítricos, caquis, aguacate, granado, uva, fresa… Eso sí, cuando tengamos herramientas eficaces para su tratamiento, pues las que pueden serlo, no están autorizadas.

El problema puede ser grave en la medida que un cultivo como el kaki, base de la producción agraria de mi comarca, la Ribera del Xúquer, puede verse afectado de lleno. Como referencia, la producción de kaki de esta comarca es igual o superior a la de clementinas de la provincia de Valencia, con más de 400 millones de kilos. Un producto de extraordinaria calidad, muy apreciado por el cliente, amparado en buena medida de su producción bajo una reconocida Denominación de Origen, con un gran esfuerzo en promoción y publicidad, y que es la única novedad en fruta de otoño de los últimos años, puede ver mermada su producción si no se ponen a disposición de sus productores herramientas eficaces ante la aparición de una nueva plaga. Así pues, mientras se encuentra la tecla en relación con la estrategia basada en el estudio de la biología del insecto y su dinámica poblacional, la posibilidad de control eficaz mediante fauna auxiliar, se delimite el mejor momento de tratamiento y se conozcan las materias activas de control químico suficientemente eficaces para mantener su control bajo un umbral económico viable, no queda otra que tirar mano de aquello que existe y sabemos que es útil. En tanto en cuanto no existan alternativas viables, hay que acudir a la vía de la autorización excepcional por parte del Ministerio de Agricultura.

Tras la reciente irrupción del Scirtothrips aurantii, el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y el Servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura han puesto en marcha un proyecto de investigación sobre esta especie polífaga y que afecta a una amplia gama de cultivos. Los resultados no serán inmediatos ni aplicables en la campaña 2025, pero en estos temas, conocemos que la plaga entra con rapidez y que el control no suele ser efectivo hasta pasados varios años en los que no hay otra que pasar la travesía del desierto. No quiero imaginarme pérdidas millonarias de los productores por destrío de fruta por el mero hecho que hay que aplicar una normativa que, llegado a un determinado extremo, podría ser calificada como ideológica. Y si no, como se entiende que aquí no, y en los países de fuera de la Unión Europea, cuya cosecha consumimos, sí.

“No se puede permitir que nuestros representantes, con sus políticas erróneas y su incapacidad para cambiar el rumbo, tiren por tierra el esfuerzo realizado por el sector durante los últimos 25 años para convertirnos en el primer exportador mundial de kaki, para cultivar y comercializar un producto apreciado y demandado por la distribución y por los consumidores. No quiero imaginarme ese extremo. Espero que las personas responsables tomen las decisiones oportunas para que no esto no suceda. Es su obligación”

Los que vivimos en el entorno rural somos los primeros que queremos un entorno saludable, pues en él vivimos. Pero para vivir, también debemos de recibir rentas adecuadas de nuestro trabajo. La apuesta por métodos de producción cada vez más respetuosos con el entorno forma parte de nuestra manera de entender la agricultura, pero ante un hecho sobrevenido, que venimos denunciando reiteradamente, caso de la política aplicada en frontera en el control de plagas de cuarentena, los responsables no pueden negarnos soluciones. Lo que no han conseguido la DANA o los fenómenos meteorológicos extremos lo van a acabar consiguiendo nuestros representantes con sus políticas erróneas y su incapacidad para cambiar el rumbo. No se puede permitir que sus decisiones tiren por tierra el esfuerzo realizado por el sector durante los últimos 25 años para convertirnos en el primer exportador mundial de kaki, para cultivar y comercializar un producto apreciado y demandado por la distribución y por los consumidores. No quiero imaginarme ese extremo. Espero que las personas responsables tomen las decisiones oportunas para que no esto no suceda. Es su obligación.

(*) Presidente de Frutas y Hortalizas de Cooperatives Agro-Alimentàries

Acceso al artículo de opinión en la página 6 del ejemplar de Valencia Fruits. 

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