El socio de Livingstone, Diego Moreno, habla sobre la evolución del sector de los envases y embalajes

Diego Moreno. (*)
El envase y embalaje está viviendo un proceso de reconfiguración, motivado por distintos factores como la presión regulatoria, la necesidad de sostenibilidad y la búsqueda de escala industrial.
El dinamismo del sector hace que sea una industria especialmente activa en transacciones corporativas. Empresas españolas del sector son atractivas para grupos nacionales e internacionales, y también algunos grupos españoles aceleran su expansión internacional mediante adquisiciones de empresas.
Entre los motivos por los que los grupos del sector realizan adquisiciones destacamos:
– Penetrar en un mercado geográfico.
– Adquirir tecnologías complementarias.
– Aumentar la capacidad productiva y mejorar la eficiencia operativa.
– Acceder a clientes de alto valor añadido o nichos específicos.
– Adquirir capacidades tendentes a cumplir con nuevas regulaciones medioambientales y mejorar la sostenibilidad y circularidad.
– Diversificar el portfolio de productos.
Otro factor que impulsa los movimientos corporativos es la necesidad de atender la demanda de unos clientes cada vez de mayor tamaño y presencia internacional que buscan proveedores de envases con varias plantas que cubran distintos tipos de envase y que ofrezcan el servicio en varios países.
El análisis de las transacciones realizadas en España y de las operaciones de expansión internacional ejecutadas por compañías españolas durante los últimos cinco años muestra una conclusión: España se ha convertido simultáneamente en destino relevante del capital extranjero y en origen de grupos nacionales con creciente presencia fuera de nuestras fronteras. Las empresas españolas del sector son atractivas para grupos internacionales. Alrededor del 65% de las adquisiciones de empresas españolas de packaging en los últimos cinco años han sido realizadas por compradores extranjeros. Este hecho confirma que el sector español es interesante para multinacionales que buscan reforzar capacidad productiva, tecnología y proximidad, especialmente para el potente mercado alimentario de nuestro país.
Algunas operaciones representativas de esta tendencia pueden ser la adquisición de Fina Flexible Packaging por el grupo francés CPC Packaging (ahora Atlantique Packaging), la compra de Embalajes Echeberría y Plásticos Flome por el grupo sueco Nefab, o las numerosas transacciones acaecidas en el sector de etiquetas como la compra de Etiart por la compañía italiana Tikedo, la de Gráficas Ezquerro por el grupo belga Asteria, o la de Creaprint por el grupo americano CCL. Todas ellas siguen un mismo patrón: captar capacidad industrial española y buscar proximidad a los clientes para integrar dicha capacidad en plataformas globales.
Otro aspecto reseñable es que España ya no es sólo objetivo: grupos nacionales adquieren compañías en nuestro país y en el exterior. Así, el análisis de las operaciones con comprador español revela otra tendencia complementaria y estratégica y es que las empresas españolas también adquieren compañías dentro y fuera de España.
En los últimos cinco años, aproximadamente la mitad de las adquisiciones ejecutadas por grupos españoles se han realizado fuera del país. Es decir, las empresas nacionales ya no sólo se defienden ante la consolidación, sino que lideran su propio proceso de expansión internacional.
Ejemplos de compañías españolas que han adquirido empresas en nuestro país son la compra de Diflex por parte de Puntes Packaging Partners en el sector de servicios de preimpresión, la de Envases Toledo por Hinojosa Packaging en el sector de cajas de cartón ondulado, o la de Rotor Print por SPG en el sector de envases flexibles.
Por otro lado, algunas operaciones de grupos españoles en el extranjero han sido la compra de la italiana MS Packaging por Hinojosa, la compra de la también italiana LIC Packaging por Saica, o la adquisición del grupo francés QRT Graphique por Printeos.
Este movimiento confirma que España está generando plataformas industriales de dimensión internacional, también en segmentos vinculados al envase alimentario.
Los inversores financieros, también presentes en el sector
El atractivo del sector de envases se ve refrendado por la presencia de inversores financieros respaldando el crecimiento de compañías de la industria. Algunos ejemplos de inversores nacionales en el sector son la participación de Diana Capital en el Grupo Lappí, en el sector de etiquetas y envases flexibles, o la de Espiga Capital en la empresa de envases flexibles Plastigaur. Por otro lado, también es interesante la presencia de inversores financieros con sede en Portugal, como HCapital o Atena Private Equity, que participan en Puntes Packaging Partners y Manufacturas Polisac respectivamente.
Aunque cada operación tiene su sentido estratégico y se observan transacciones en distintos subsectores por múltiples factores, identificamos algunas características interesantes en el segmento de envases para el sector alimentario, como son: empresas familiares con ingresos entre 10 y 50 millones de euros, con exposición a alimentación, bebidas, hortofrutícola, congelados y frescos, con capacidad de producción flexible y de proximidad y con líneas de productos como envase flexible para snacks, congelados, IV y V gama, estuchería para alimentación y gran consumo, bandejas PET o cartón para fruta, embalaje industrial para logística alimentaria, o soluciones rígidas para aceites, bebidas y conservas.
La regulación y la sostenibilidad: otro motor de la consolidación
Tanto el Reglamento Europeo de Envases (PPWR) como la normativa española sobre residuos y plásticos de un solo uso están acelerando la reconfiguración del mercado.
Las obligaciones en materia de reciclabilidad en 2030, contenido mínimo de plástico reciclado, reducción del sobreembalaje, responsabilidad ampliada del productor o trazabilidad y ecoetiquetado, exigen inversiones significativas en materiales, procesos, certificaciones y tecnología.
En este contexto, la consolidación se convierte en una necesidad. Las empresas que no pueden acometer solas estas inversiones optan por vender, integrarse o unirse a plataformas con más músculo financiero y tecnológico.
Continuarán los movimientos corporativos
En los últimos cinco años, el sector español del envase y embalaje ha vivido una transformación profunda. La combinación de presión normativa, demanda de clientes, subida de estándares ESG, necesidad de inversión y búsqueda de eficiencia ha colocado las operaciones corporativas en un aspecto clave de la estrategia sectorial. Y el sector de envases en España seguirá siendo protagonista de transacciones, tanto por el interés de inversores internacionales como siendo origen de actores industriales con presencia cada vez más global.
(*) Socio de Livingstone
Acceso a la noticia en la página 16 del dossier Envases y Embalajes en el ejemplar de Valencia Fruits.
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