El Presidente de Frutas y Hortalizas de Cooperatives Agro-Alimentàries, Cirilo Arnandis, habla sobre el Congreso que celebró la organización los pasados 30 y 31 de octubre

Más de 300 profesionales participaron en el congreso para definir el futuro del cooperativismo agroalimentario valenciano. / CA
Cirilo Arnandis (*)
Las cooperativas agroalimentarias valencianas han celebrado su Congreso. El escenario escogido fue el auditorio Santiago Grisolía, en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y la Ciencias de Valencia. En sus dos días de desarrollo, 30 y 31 de octubre, en torno a 300 congresistas, pertenecientes a una buena representación de las cooperativas asociadas a Federació, provenientes de todas las comarcas de la Comunitat Valenciana, tuvieron ocasión de escuchar, debatir y concluir sobre temas estratégicos y de actualidad. El mundo está convulso y los acontecimientos se suceden a velocidad de vértigo, por lo que, para posicionarse en el contexto actual, para analizar nuestras fortalezas y debilidades y qué se debe de hacer en un futuro más o menos próximo, es conveniente hacer una reflexión de este tipo.
Las cooperativas agroalimentarias valencianas han celebrado su Congreso y, en sus dos días de desarrollo, en torno a 300 congresistas, procedentes de todas las comarcas de la Comunitat Valenciana, tuvieron ocasión de escuchar, debatir y concluir sobre temas estratégicos y de actualidad
Y es que el sector cooperativo agroalimentario valenciano, por su importancia, viene obligado a hacerla. Su dinamismo y potencia quedan reflejados en las cifras que lo definen. 245 cooperativas reunidas en torno a su Federación, que abarcan la práctica totalidad de las producciones agrícolas de la Comunitat Valenciana. Cerca de 180.000 personas asociadas, 54.000 de las cuales son mujeres y 28.000 son jóvenes menores de 40 años. Más de 16.700 empleos directos, estables y de calidad, que permiten mantener la actividad económica en nuestros pueblos y ciudades. 2.400 millones de euros de facturación agregada y más de 1.050 millones de euros en exportaciones, que hablan de nuestra gran vocación comercial y orientación al mercado. A la vista de estas cifras y de su implantación, el colectivo cooperativo es, sin duda, la organización social más importante del sector agroalimentario valenciano. Pero esa potencia y ese dinamismo también deben verse reflejados en nuestra manera de hacer cooperativismo, en las acciones que impulsamos y en las decisiones que tomamos desde los órganos de gobernanza de nuestras cooperativas.
El lema elegido fue ‘Cooperativas: Hacia una agricultura rentables sostenible y digital’. En él, quedaba claro el contexto y el objetivo del evento. De una parte, eran las cooperativas las protagonistas de su Congreso y a quienes iban dirigidos los contenidos, en tres líneas de actuación muy concretas. La primera era la rentabilidad de los socios. No hay que olvidar que las cooperativas son empresas que están en el mercado, cuyo objetivo es facilitar las cosas a las personas asociadas a ellas, en atención a los servicios que puede prestar, obteniendo los mejores resultados económicos posibles por la venta de sus cosechas. El respeto al entorno es una característica demandada, no ya por los propios agricultores que quieren vivir en un entorno saludable, sino por la sociedad y los consumidores, de ahí que la actividad agraria debe ser sostenible. Y por último, la línea digital, pues las últimas tecnologías aplicadas a la agricultura están cada vez más presentes, de tal forma que quien no las aplique, dejará de ser competitivo.
Los conocimientos y opiniones de los expertos participantes “nos han servido para saber hacia dónde queremos dirigirnos, cuáles son los factores que condicionan nuestra actividad y cuáles son las herramientas a nuestra disposición para lograr los objetivos que nos planteamos. Y es que el cooperativismo agroalimentario valenciano está llamado a jugar un papel esencial en la agricultura de presente y de futuro”
Contextualizado el evento y su objetivo, se planificó su contenido con la participación de personas expertas procedentes del ámbito de la universidad, de las administraciones públicas, de reconocidos think tank nacionales, de empresas de referencia en sus sectores de actividad y, por supuesto, de nuestras cooperativas. Sus conocimientos y opiniones nos han servido para saber hacia dónde queremos dirigirnos, cuáles son los factores que condicionan nuestra actividad y cuáles son las herramientas a nuestra disposición para lograr los objetivos que nos planteamos. Y es que el cooperativismo agroalimentario valenciano está llamado a jugar un papel esencial en la agricultura de presente y de futuro. El agricultor de los próximos años, sino ya el actual, no puede ser un autónomo aislado, que trabaja en una explotación mal dimensionada, afrontando a pecho descubierto los efectos de un mercado impredecible. Es necesario transformar su papel a través de la cooperativa.
Temas como las turbulencias geopolíticas de nuestro entorno global, tendencias y nuevos hábitos en alimentación, nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y su aplicación en nuestra actividad, la PAC futura a partir de 2028, o qué hacer con la actual estructura de nuestras explotaciones, fueron ponencias impartidas en el transcurso del Congreso. Sirvieron para enmarcar la que quizás ha sido la parte más importante del programa, las mesas redondas y los debates que generaron. Una primera con jóvenes agricultores, que sirvió para dejar claro que el campo puede tener futuro, y que el relevo generacional en la agricultura está aquejado de los mismos problemas que otros sectores, y que la ausencia de jóvenes se da en otros muchos ámbitos de nuestra sociedad. Y una segunda que sirvió para trazar las claves de cuál debe ser el camino al futuro de las cooperativas, que permita la obtención de un valor añadido que el socio por sí mismo no puede lograr, alcanzando de esta forma el fin último que no es otro, repito, que unas rentas dignas para nuestros socios.
Y así, la primera conclusión es que si bien hay aspectos que nos afectan de lleno, su resolución no está en nuestras manos si no que son otros quienes deben promoverla. Estos son los casos de temas como la ausencia de reciprocidad y clausulas espejo; exigencias medioambientales excesivas aquí y más ligeras en países terceros; la llegada cada vez más frecuente de plagas de cuarentena y el hecho de disponer cada vez de menos materias activas y productos fitosanitarios con que controlarlas; protocolos leoninos para acceder al comercio de países terceros; excesiva burocracia… Es por ello por lo que tenemos que seguir realizando nuestra labor reivindicativa.
Pese a todo, una primera reflexión es que, si estos temas se resolvieran satisfactoriamente, ¿sería suficiente para garantizar la continuidad de nuestras cooperativas y la obtención de rentas dignas de nuestros socios? La respuesta es no, pues existen otros temas como el relevo generacional, el minifundismo, la insuficiente dimensión empresarial, la adopción de la innovación y la digitalización, la adecuación al cambio climático, la búsqueda de mayor sostenibilidad, la internacionalización, la identidad territorial y diferenciación del producto, la mejora de la gobernanza interna y su profesionalización, o la cooperación intersectorial, en los que la respuesta a su resolución está básicamente en nuestras manos. Con esta exposición no se trata de hacer una crítica destructiva y negativa de las cosas, a las que cada vez estamos más acostumbrados en nuestro sector, pues las cooperativas hacemos muchas cosas bien, y consecuencia de ello es que cada vez hay más cooperativas centenarias. Pero también es cierto que hay cosas en las que hay que mejorar, por lo que será la propia cooperativa, y con ella sus socios, quienes decidirán con sus actuaciones, si su objetivo es sobrevivir o prosperar.
Intercooperación fue una de las palabras clave. Si bien tenemos almacenes bien dotados por lo que respecta a la transformación, confección o manipulación de las cosechas, según sectores, también es cierto que podemos avanzar en su especialización y dimensión para mejorar la eficiencia de los procesos, colaborando entre diferentes cooperativas. De igual manera, en el ámbito de la comercialización, hay que avanzar en la cadena de valor, explorando nuevos mercados mejor remunerados, para unos sectores, y ofreciendo nuevas presentaciones que confieran mayor valor añadido para otros. Si bien la intercooperación y los procesos de integración son una posible solución, quedó claro que ello no es sinónimo de desaparición de la cooperativa local, pues esta tiene una historia y un arraigo, es un referencia social y económica de la localidad, y puede prestar toda una serie de servicios y atención al socio.
Si bien la cooperativa había desempeñado, de modo histórico, su actuación en el ámbito de la comercialización de sus cosechas, o en proveer de inputs y servicios al socio, aparece como una importante conclusión, un nuevo ámbito en el que esta debe de realizar su labor, y que no es otro que la ordenación de la estructura productiva, del minifundismo, y el fomento del relevo generacional. Aquí, la cooperativa debe de dar un paso hacia adelante, y en lugar de esperar a que lleguen nuevos socios, ser quien adopte un rol proactivo. La Comisión Europea ha publicado recientemente una comunicación titulada “Estrategia para la renovación generacional en la agricultura”. Basada en cinco pilares de actuación: acceso a la tierra, financiación, capacidades, niveles de vida justos en las áreas rurales y apoyo a la sucesión. A la vista del contenido de este texto, las cooperativas somos los agentes mejor posicionados para poner en valor las medidas propuestas en este documento.
Los principios cooperativos son más necesarios, y están ahora más vigentes que nunca. El espíritu colaborativo no debe acabar en la cooperativa local, sino que debe entenderse como un activo en la génesis de procesos de ulterior grado que permitan avanzar en la cadena de valor y en la generación de mejores rentas para los socios. Y es que ya lo dijo D. Alfredo Di Stefano, probablemente uno de los mejores futbolistas de la historia: “Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”.
(*) Presidente de Frutas y Hortalizas de Cooperatives Agro-Alimentàries
Acceso al artículo de opinión en la página 6 del ejemplar de Valencia Fruits.
Acceso íntegro al último ejemplar de Valencia Fruits.
