Estabilidad en la campaña de hortícolas murcianas pese al solapamiento europeo

Cañamás cítricos de calidad
Gustavo Ferrada
DIQUESÍ

Preocupan las plagas y la falta de materias para combatirlas en un contexto de incertidumbre tanto climática como de aumento de costes de producción

La campaña de lechuga comienza con incertidumbre por el clima y los costes. / Alba Campos

Alba Campos. Redacción.

La campaña hortícola en la Región de Murcia ha arrancado este año con señales de estabilidad para los cultivos de brócoli y coliflor, mientras que las lechugas y achicorias afrontan un inicio marcado por la incertidumbre climática y los elevados costes de producción. Los profesionales del sector de Proexport coinciden en que, pese a los retos, la horticultura murciana mantiene un peso estratégico en el mercado nacional y europeo gracias a su capacidad de adaptación, innovación tecnológica y calidad de producto.

La campaña hortícola murciana de este año muestra un panorama mixto: estabilidad y crecimiento en brásicas, con brócoli y coliflor consolidados en Europa, y un inicio incierto para lechugas y achicorias

Para Juan Marín, presidente del sector de brásicas de Proexport, pese a las complicaciones climáticas, la campaña se ha iniciado con normalidad y afirma que “estamos viendo un ligero solape con otras producciones europeas, pero esperamos que la llegada del frío estabilice los programas de exportación y la campaña se desarrolle con normalidad”. 

El peso de las brásicas en la horticultura murciana es notable. Según Marín, tras la lechuga y las ensaladas, el brócoli y la coliflor se han consolidado como los cultivos más importantes, desplazando incluso al tomate y al melón. “Las brásicas se han convertido en un producto estable durante todo el año, con demanda tanto nacional como europea. La campaña de promoción de brócoli se centra ahora en España, Francia y Alemania, consolidando su posición en los lineales y fomentando el consumo diario”, añade.

Costes

Además del solapamiento europeo, el contexto económico también preocupa a los productores. Marín advierte que los elevados costes de agua, energía y fitosanitarios, combinados con la inflación y la escasez de mano de obra, limitan la rentabilidad de las explotaciones. “Si no contamos con herramientas para proteger la cosecha, la productividad baja y, con ella, los precios deben ajustarse. La sostenibilidad del sector requiere equilibrio entre lo social, lo medioambiental y lo económico”, asegura.

La estabilidad de las brásicas murcianas también se refleja en la planificación de las exportaciones. Según Marín, las producciones están ya muy bien organizadas, con envíos regulares a la mayor parte de Europa durante toda la temporada. “La clave es mantener la calidad constante, porque nuestros clientes saben que pueden contar con brócoli y coliflor de Murcia durante ocho meses al año”, explica. Este esfuerzo de planificación implica que las fincas se gestionen con precisión, desde el calendario de siembra hasta la cosecha y el embalaje, garantizando que el producto llegue al mercado en óptimas condiciones.

Por su parte, Nacho Doménech, presidente adjunto del sector de brásicas de Proexport, señala que la campaña de brócoli mantiene volúmenes similares a los del año pasado, mientras que la coliflor ha registrado un incremento del 15% debido a la creciente demanda europea, especialmente en países como Holanda y los bálticos. “La coliflor española destaca por su calidad y el servicio que ofrecemos. En Inglaterra, por ejemplo, buscan calibres grandes porque su producción local durante el invierno es de menor calidad”, comenta Doménech.

Clima y plagas

El arranque de campaña se ha visto condicionado por las lluvias y la humedad, factores que afectan especialmente al brócoli. Doménech afirma que “los meses de octubre y noviembre siempre son complicados por la botritis y la podredumbre interna. Además, cada año se nota más el impacto del cambio climático: los inviernos suaves retrasan la campaña y alteran la planificación de producción en Europa”, explica. Este solapamiento con las cosechas de otros países genera dinámicas de oferta y demanda más complejas, especialmente en los mercados europeos donde los supermercados buscan precios más estables, evitando los altibajos de las subastas.

Mientras las brásicas muestran estabilidad, la campaña de lechugas y achicorias comienza con mayor incertidumbre. Cecilio Peregrín, presidente del sector de lechuga y achicorias de Proexport, explica que la climatología ha adelantado la producción en Murcia entre 10 y 15 días, generando un solapamiento con la cosecha europea: “El partido acaba de empezar y es largo, hablamos de seis meses de campaña. Hasta ahora hemos tenido un adelanto en los volúmenes, que superaron lo esperado a mediados de octubre”.

Entre los retos que enfrenta el sector de hoja, Peregrín destaca la reducción sistemática de materias activas para el control de plagas, la presión laboral y los costes crecientes de producción. “Esto hace que el control de plagas sea cada vez más difícil y afecta directamente los rendimientos. Además, la política laboral y los costes de agua y energía acortan nuestro margen de maniobra y encarecen el producto final”, explica.

Marín también alerta sobre la presión de las plagas en básicas y explica que “la mosca blanca se está propagando mucho debido a la falta de frío y la ola de calor de verano. Hemos solicitado más herramientas fitosanitarias porque nuestra capacidad actual es insuficiente”, señala.

La sobreoferta de lechuga al inicio de la campaña también ha generado tensión en los precios. Peregrín señala que, si bien la demanda sigue siendo sólida, la coincidencia con cosechas europeas ha obligado a ajustar los volúmenes de venta. “El adelanto de la campaña provocó un solapamiento con otros mercados y eso afecta a los precios de salida. Aún es pronto para hacer un balance definitivo, pero estamos atentos a cómo evoluciona la demanda hasta primavera”, detalla.

Importancia del sector

Pese a los desafíos, Peregrín resalta los avances importantes en tecnificación y profesionalización del sector de lechugas y achicorias. “Hemos invertido en digitalización e inteligencia artificial para optimizar la toma de decisiones. Producimos lo que tenemos vendido, controlando mejor los recursos y reduciendo el desperdicio. La agricultura de hoja está mucho más profesionalizada que hace una década”, afirma. Según el presidente del sector, la tecnificación también ha permitido reducir el uso de agua y mejorar la eficiencia, algo fundamental en un contexto de escasez hídrica creciente.

El sector hortícola murciano, en conjunto, mantiene su relevancia estratégica dentro del panorama agrícola nacional. Las brásicas, lechugas y achicorias representan no sólo un importante volumen de producción (con el brócoli y la coliflor ocupando alrededor del 25% del total hortícola regional, explica Doménech), sino también un ejemplo de cómo el sector se adapta a las demandas del mercado europeo y a los retos climáticos y económicos. 

Además, los profesionales coinciden en que la inversión en innovación tecnológica es clave para sostener la competitividad. Marín destaca la digitalización de las fincas y la planificación basada en datos y explica que “controlamos la producción, optimizamos recursos y mejoramos la trazabilidad. Esto nos permite anticiparnos a problemas climáticos o de plagas y garantizar un producto seguro y de alta calidad”. Peregrín añade que estas herramientas son esenciales también para el sector de hojas: “nos permiten producir más con menos insumos y tomar decisiones rápidas ante situaciones imprevistas, como olas de calor o cambios en la regulación fitosanitaria”.

La cooperación entre productores, asociaciones y administraciones es otro factor crucial para afrontar los retos del sector. Marín señala que las reuniones con el Ministerio y con CEPES buscan asegurar que las explotaciones cuenten con las herramientas fitosanitarias necesarias, mientras que Peregrín insiste en la importancia de adaptar la normativa a la realidad productiva de cada zona: “no se puede aplicar de igual manera en toda España; necesitamos flexibilidad para proteger los cultivos sin comprometer la sostenibilidad económica”.

En definitiva, la campaña hortícola murciana de este año muestra un panorama mixto, por un lado, estabilidad y crecimiento en brásicas, con brócoli y coliflor consolidados en Europa, y, por otro lado, un inicio incierto para lechugas y achicorias, marcado por el adelanto de las cosechas y los desafíos climáticos y económicos. 

Si los factores climáticos se mantienen estables y las herramientas de protección fitosanitaria se optimizan, la previsión es que los precios se mantengan competitivos y que los mercados nacionales y europeos reciban productos de alta calidad durante todo el año. Tanto Marín, como Doménech y Peregrín coinciden en que la sostenibilidad del sector depende de un equilibrio entre productividad, rentabilidad y responsabilidad medioambiental.

Acceso a la noticia en la página 10 (Páginas especiales de Hortalizas de invierno) en el ejemplar de Valencia Fruits. 

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