Estación Experimental Cajamar

Cañamás cítricos de calidad
Gustavo Ferrada
DIQUESÍ

50 años impulsando la innovación agrícola (1975-2025)

Roberto Gárcia Torrente, responsable del Centro de Investigación de Cajamar, Las Palmerillas, situado en el poniente almeriense, posa en un invernadero de investigación. / Cajamar

Roberto García Torrente (*)

Desde su creación en 1975, la Estación Experimental Las Palmerillas (El Ejido, Almería) ha sido mucho más que un centro de ensayo agronómico: se ha convertido en un auténtico motor de transformación social, económica y tecnológica para la provincia de Almería, primero, y para el conjunto de la agricultura intensiva mediterránea después. Su legado no es sólo el de los ensayos que han mejorado la productividad hortícola, sino también el de una visión estratégica que ha creído siempre en la generación y transferencia de conocimiento como herramienta de progreso.

Una idea fruto de la necesidad

En los años setenta, Almería vivía una realidad de escaso desarrollo. Su economía tenía un peso mínimo en el conjunto nacional y su renta por habitante se situaba muy por debajo de la media española. La agricultura, aunque predominante, ofrecía bajos rendimientos, con cosechas de hortalizas que apenas superaban los 11.000 kilos por hectárea.

En ese contexto apareció la idea que cambió el rumbo del territorio: no bastaba con ofrecer crédito a los agricultores, había que acompañar ese apoyo financiero con tecnología, investigación aplicada y pruebas de campo que validaran nuevas soluciones productivas. Así nació la Estación Experimental de Las Palmerillas de la mano de la entonces Caja Rural de Almería, hoy Cajamar.

El lema que desde el principio impregnó su trabajo lo resume bien: “Equivoquémonos nosotros para que no se equivoquen los agricultores”. Un principio que situaba al centro como laboratorio de pruebas para reducir riesgos, facilitar la adopción de innovaciones y acelerar la modernización agraria.

La gran transformación

Uno de los primeros logros destacados fueron los ensayos con invernaderos que demostraron que los rendimientos podían multiplicarse por tres, superando los 35.000 kilos por hectárea. Al mismo tiempo, los ingresos de las explotaciones se incrementaron notablemente gracias a la comercialización de hortalizas fuera de temporada, cuando los precios eran más altos.

De forma paralela, la superficie de cultivo protegido comenzó a expandirse rápidamente hasta alcanzar unas 2.500 hectáreas a mediados de los setenta, un cambio radical que impulsó la actividad económica y confirmó el potencial del nuevo modelo agrícola.

Este dinamismo temprano consolidó, además, la visión de Cajamar como entidad comprometida con el desarrollo socioeconómico del territorio. Lo que en un principio fue una apuesta interna se convirtió pronto en un proyecto colectivo que impulsó la transformación de Almería.

Estrategia, sostenibilidad y tecnología

A lo largo de cinco décadas, Las Palmerillas ha generado aprendizajes que hoy forman parte del ADN del Ecosistema de Innovación de Cajamar y del conjunto de la entidad. Entre los más relevantes destacan:

1. La visión estratégica a largo plazo, anticipando retos y oportunidades antes de que llegaran al sector.

2. La sostenibilidad ambiental y social como criterio de trabajo, promoviendo un uso eficiente del agua, la energía y los insumos.

3. La transferencia de conocimiento, entendida como un proceso democratizador que permite que cualquier agricultor acceda a tecnología avanzada.

4. La innovación abierta, donde usuarios, técnicos, empresas y centros científicos colaboran para mejorar soluciones.

5. La digitalización y el uso de datos para apoyar decisiones y construir modelos productivos replicables.

6. La rentabilidad, siempre presente como objetivo último para garantizar la viabilidad de las explotaciones.

Un territorio que evoluciona con la agricultura

El trabajo técnico y social impulsado desde Las Palmerillas ha contribuido al profundo cambio vivido por Almería en las últimas décadas. La provincia ha desarrollado un sistema agroalimentario maduro, diversificado y capaz de generar riqueza, empleo y nuevas oportunidades.

Lo que empezó como un proyecto experimental se ha convertido en el eje de un modelo que integra producción agrícola, comercialización, logística, industria auxiliar, investigación y formación. Al mismo tiempo, la entidad financiera que impulsó la estación ha evolucionado, ampliando servicios, presencia territorial y reforzando su apuesta por la innovación agroalimentaria.

Innovación continua: La Era de Las Palmerillas 4.0

El centro no se ha limitado a mantener sus líneas de trabajo tradicionales, sino que ha incorporado nuevas herramientas y enfoques para responder a los retos emergentes.

Los programas de impulso empresarial de Cajamar Innova  

Una de las piezas clave de esta nueva etapa es el impulso al emprendimiento tecnológico y agroalimentario. A través de programas específicos, se facilita el crecimiento de proyectos innovadores relacionados con la gestión sostenible del agua, la digitalización, las tecnologías agrotech y foodtech o la economía circular. Esta apuesta permite que jóvenes empresas encuentren apoyo para escalar sus soluciones y contribuir directamente a la modernización del sector.

Una comunidad digital: Plataforma Tierra

Otro pilar fundamental es el desarrollo de herramientas y servicios digitales para agricultores, técnicos y empresas. La creación de una plataforma abierta de intercambio de conocimiento y datos ha permitido llevar la digitalización al corazón de la toma de decisiones agronómicas: planificación de riego y fertilización, análisis de costes, seguimiento de cultivos y acceso a recursos técnicos con base científica.

Formación especializada

A todo ello se suma una escuela de formación orientada a capacitar tanto a agricultores como a profesionales del sector. Este espacio ofrece programas especializados que van desde cuestiones agronómicas avanzadas hasta la gestión empresarial, reforzando la cualificación de un sector que necesita adaptarse constantemente.

Respuesta a nuevos retos globales

Las Palmerillas afronta hoy desafíos de escala global: producir más alimentos para una población creciente y hacerlo reduciendo el impacto ambiental. Las líneas de trabajo del centro avanzan en cuestiones cruciales como:

– La optimización en el uso del agua y la energía.

– La reducción de residuos y la aplicación de la bioeconomía circular.

– La mejora genética y la selección de variedades adaptadas a condiciones climáticas cada vez más extremas.

– La incorporación de tecnologías digitales que faciliten la gestión integral de las explotaciones.

El objetivo es doble: asegurar la competitividad de nuestro modelo agrícola y contribuir a los objetivos globales de sostenibilidad.

Innovación aplicada en acción

El enfoque aplicado ha sido siempre una de las señas de identidad de Las Palmerillas. El centro combina la investigación con la demostración práctica en campo, validando nuevas tecnologías y trasladándolas de forma directa al sector productor.

A lo largo del tiempo se han incorporado innovaciones como nuevos materiales de cubierta, sistemas avanzados de control climático, técnicas de cultivo sin suelo, manejo integrado de plagas, control biológico y el uso de sensores y modelos predictivos. Todo ello convierte a la estación en un espacio donde teoría y práctica se encuentran con un objetivo claro: mejorar la rentabilidad y sostenibilidad de las explotaciones.

Innovación y transferencia: una cultura institucional

El espíritu cooperativo de Cajamar también ha marcado el funcionamiento del centro. La investigación no se concibe como un fin en sí mismo, sino como un proceso colectivo que involucra a técnicos, agricultores, empresas y entidades públicas y privadas. Esta cultura de cooperación ha permitido generar un ecosistema sólido en torno a la innovación agroalimentaria.

Además, Las Palmerillas ha demostrado una notable capacidad de adaptación. A lo largo de los años sus líneas de trabajo han evolucionado, pero la esencia sigue intacta: investigación aplicada, orientación al agricultor y visión de futuro.

Impacto territorial y social

El impacto de Las Palmerillas va mucho más allá de los indicadores agronómicos. Su actividad ha sido determinante para que Almería se convierta en un referente internacional de agricultura eficiente, sostenible y competitiva. La estación ha contribuido al desarrollo del tejido empresarial, a la profesionalización del sector y a la consolidación de un modelo que genera empleo, riqueza y oportunidades para miles de familias.

Hacia un futuro con todo por hacer

A pesar de los avances alcanzados, el espíritu que guía a Las Palmerillas mantiene la mirada puesta en el mañana. La agricultura afronta desafíos crecientes y el centro se prepara para dar respuesta a un escenario donde la innovación, la digitalización y la sostenibilidad serán claves.

La historia de Las Palmerillas demuestra que investigación, cooperación y visión estratégica pueden transformar un territorio. Y, sobre todo, que el verdadero motor de progreso no es lo que ya se ha hecho, sino todo lo que está por hacer.

(*) Director de Sostenibilidad y Desarrollo Agroalimentario de Grupo Cajamar

Acceso al artículo en la página 12 del ejemplar de Valencia Fruits. 

Acceso íntegro al último ejemplar de Valencia Fruits.