A pesar del contexto internacional y de algunas crisis productivas, la asociación de exportadores Fruitimprese confirma la evolución positiva de la exportación hortofrutícola italiana

Manzana, kiwis, naranjas, peras y fresas son las principales frutas italianas con mayor volumen de exportación. / ARCHIVO
Nerea Rodriguez. Redacción.
Las exportaciones italianas de frutas y hortalizas frescas mantienen una tendencia al alza. Según los datos elaborados por Fruitimprese a partir de las estadísticas del ISTAT, el sector cerró el primer semestre de 2025 con un incremento del 7,7% en volumen y del 14,1% en valor respecto al mismo periodo del año anterior.
Se mantienen al alza las ventas de frutas y hortalizas fuera de Italia
También mejora el saldo comercial, que asciende a 59,1 millones de euros, un +87,4% más que en 2024. Aunque las importaciones aumentaron ligeramente (+0,3% en cantidad y +13,3% en valor), el balance en volumen creció un 40,7%, pese a que Italia sigue importando más de lo que exporta (unas 195.949 toneladas de diferencia).
Las exportaciones crecieron en casi todas las categorías, con la fruta fresca como protagonista: +22% en volumen y +26,5% en valor. Las manzanas fueron el producto más dinámico, con un alza del 24,7% en cantidad y del 22,2% en valor, superando las 586.000 toneladas y los 676 millones de euros exportados.
El kiwi también muestra una evolución notable (+18,2% en volumen y +31,5% en valor), impulsado por las variedades de pulpa amarilla y roja, cada vez más apreciadas en los mercados internacionales.
La fresa cerró una campaña positiva, con un aumento del 24,8% en volumen y del 21,7% en valor, aportando cerca de 50 millones de euros a la balanza comercial italiana.
En cuanto a las peras, el repunte es espectacular (+159% en cantidad y +120% en valor), aunque los datos resultan engañosos: el volumen sigue siendo menos de la mitad del registrado en 2020, muy lejos de cuando Italia lideraba la producción europea. Además, la actual campaña se ve amenazada por fuertes ataques de chinche asiática y la falta de medios eficaces para combatirla.
Las exportaciones de cítricos crecieron un 6,9% en volumen y un 16,4% en valor. Las naranjas subieron un 3,8% y 11,4%, respectivamente, mientras que los limones destacaron con un aumento del 43% en cantidad y del 48% en valor. Este subsector confirma una evolución ascendente en los últimos años, en parte por las crisis productivas que afectan a otros países europeos.
Desde Fruitimprese esperan en que la próxima reforma de los fitosanitarios haya “un cambio real” hacia la simplificación de trámites, decisiones más sostenibles y una aplicación uniforme entre países vecinos, como reclaman Italia, España, Francia y Portugal
Los frutos secos también experimentaron una fuerte expansión (+12,9% en volumen y +23,9% en valor), aunque Fruitimprese advierte que estos niveles serán difíciles de mantener en 2026 debido a la grave crisis productiva de avellanas y almendras.
En cambio, las exportaciones de frutas tropicales se redujeron un 26,9%, reflejando los problemas de congestión en puertos clave como el de Génova.
Importaciones
Las importaciones italianas se mantuvieron prácticamente estables en cantidad (+0,3%) pero aumentaron un 13,3% en valor, impulsadas sobre todo por los cítricos (+21,5%) y la fruta seca (+44,5%), esta última afectada por la escasez de oferta mundial.
Entre los productos más importados, bananas y piñas se mantienen estables, mientras que el tomate desciende y el aguacate continúa su ascenso, con un +9,7% en volumen y +22,8% en valor, superando a todas las frutas tropicales salvo las bananas.

Política comercial
El presidente de Fruitimprese, Marco Salvi, considera “tranquilizadores” los resultados del sector, aunque advierte del rumbo “autolesionista” que está tomando la Comisión Europea. Critica especialmente el posible acuerdo comercial derivado del encuentro entre Trump y Von der Leyen, que permitiría la entrada de productos estadounidenses sin aranceles, mientras los kiwis italianos seguirían pagando un 15% de tasa en el mercado estadounidense.
Salvi comparte las estimaciones de la asociación europea Freshfel, que calcula una pérdida de 12.000 millones de euros en ingresos arancelarios si se aprueba el acuerdo, sin exigir a los países socios el cumplimiento de normativas medioambientales equivalentes a las europeas. “Si otros países reclaman el trato de nación más favorecida, la competencia podría volverse insostenible para nuestras empresas”, advierte.
En el plano productivo, Fruitimprese confirma la reducción de los volúmenes disponibles en el primer semestre del año, especialmente en fruta de verano, debido a plagas y a la falta de herramientas eficaces frente a los extremos climáticos.
Salvi confía en que la próxima reforma europea de los fitosanitarios suponga “un cambio real” hacia la simplificación de trámites, decisiones más sostenibles y una aplicación uniforme entre países vecinos, como reclaman las asociaciones de Italia, España, Francia y Portugal.
Mientras tanto, concluye el presidente de Fruitimprese, “la fruta y la verdura de calidad son cada vez más escasas, la oferta se reduce y los precios aumentan”. Según ISTAT, la inflación anual de los alimentos frescos alcanza el 5,6%, frente al 1,6% general. “No faltarán las acusaciones de especulación —añade—, pero la realidad es que, si no cambiamos de rumbo, la fruta y la verdura acabarán siendo un lujo reservado a las familias con mayor poder adquisitivo”.
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