La firma destinará el almacén a refrigeración y se llevará la confección a otras plantas, una medida que afectará al menos a 180 empleados

Instalaciones de Greenmed en Almassora. / ARCHIVO
Efeagro. Castellón.
La empresa Greenmed de Almassora (Castellón), dedicada a manipular, envasar y comercializar cítricos, cerrará la planta para la producción y dedicará el almacén a la refrigeración de la fruta, una medida que afectará al menos a 180 empleados, la mayoría mujeres, a los que se les ha ofrecido “movilidad geográfica” a otras plantas o el despido. Esta empresa fue el buque insignia del grupo Martinavarro, y ahora tiene como principal accionista al fondo inversor Miura.
Mariló Benedicto, presidenta del comité de empresa de la planta por UGT (sindicato mayoritario), ha indicado que ayer martes tuvieron la primera toma de contacto de las negociaciones y la próxima la mantendrán este jueves porque, ha dicho, “hay muchos flecos” que resolver.
Según ha explicado, desde la dirección de la empresa le comunicaron el pasado jueves que iban a hacer una “movilidad geográfica” o en todo caso una “suspensión por modificación sustancial de las condiciones de trabajo”.
La presidenta del comité de empresa ha señalado que esta ofrece a los trabajadores “ir a otro almacén de la misma empresa a Sollana, que está a ciento y pico kilómetros de Almassora; a Xeraco, que está más lejos, o a Villalonga, que está en Gandía”, lo que para mucha gente, indica, “es un trastorno”.
“Si para ese traslado ponen un autobús, guardería y un habitáculo para poder estar, a lo mejor alguna gente sí que se iría, porque hay gente joven que necesita ese jornal”, indica para añadir que en caso de que ningún trabajador quiera desplazarse tendrán que acogerse a la indemnización y por parte de UGT lucharán “para que sea la máxima posible” y que los que se vayan que lo hagan “en unas condiciones decentes”.
Mariló Benedicto ha insistido en que están en “plena negociación” pero ha lamentado lo que ocurre porque, ha dicho, “esta empresa ha sido el buque insignia de Martinavarro” y hay personas que trabajan en ella desde hace tres décadas. “Yo estoy desde 1982 y antes ya funcionaba”, ha dicho.
Según ha indicado la presidenta del comité de empresa de la planta por UGT, “puede ser una empresa de más de cien años, pero primero ha sido de Enrique Martín Navarro y era familiar, y tenían un miramiento por los trabajadores superior al de ahora”, que tiene como principal accionista al fondo inversor Miura.
“Estoy segura de que si fueran los anteriores propietarios no hubieran permitido que la empresa se fuera al garete. Ahora aluden a un tema económico, que no es rentable porque son máquinas obsoletas —explica—. En cierto modo tienen razón pero en lugar de abrir otro almacén como en Sollana o Villalonga, podrían invertir aquí, aunque alegan que es complicado porque no hay espacio suficiente para la ampliación”.
Según Benedicto, la mayoría de las 180 personas afectadas son mujeres, “otro hándicap porque los hombres siempre tienen más posibilidad de trabajo y las mujeres nos vemos más limitadas porque tenemos hijos, familiares a los que atender o mujeres jóvenes que han sido mamás y tienen media jornada”, lamenta.
“Es un sector muy feminizado porque la mayoría son encajadoras o triadoras y los hombres ejercen más de carretilleros y apiladores”, explica la presidenta del comité de empresa.
La próxima reunión se celebrará este jueves, por la mañana con los trabajadores y por la tarde con la dirección de la empresa, ya que tienen que decirle entonces cuánta gente estaría dispuesta a movilizarse a algunas de las otras plantas (Sollana, Sollana 2, Xeraco y Villalonga).