Incrementa la superficie de producción ecológica inscrita en Álava un 28% en el último año

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La superficie ecológica en esta provincia ha alcanzado las 5.933 hectáreas

El aumento ratifica la tendencia al alza registrada desde el año 2015, de manera que Álava alcanza ya el 55,1% del total de superficie inscrita en Euskadi. / Archivo

Efeagro.

La superficie de producción ecológica certificada en Álava se ha incrementado en un 28% el pasado año y se sitúa en las 5.933 hectáreas.

Son datos que ha dado a conocer la diputada de Sostenibilidad, Agricultura y Medio Natural, Amaia Barredo, en el pleno de Juntas celebrado este miércoles 8 de mayo.

El aumento ratifica la tendencia al alza registrada desde el año 2015, de manera que Álava alcanza ya el 55,1% del total de superficie inscrita en Euskadi, con 235 operadores, 16 más que en 2022.

Los cultivos con mayor índice de inscripción en producción ecológica son, por un lado, los pastos, praderas, forrajes y proteaginosas con un total de 4.009 hectáreas y, por otro, la vid con 1.368 hectáreas.

Dos grupos de cultivos que son, además, los que mayor índice de crecimiento han presentado en el periodo 2015-2023 con un 547% en el primer caso y un 294% en el segundo.

Asimismo, los datos de superficie inscrita por cultivo entre los años 2023 y 2022 con mayor crecimiento son el olivar (163%), las legumbres (127%) y los cereales (118%).

Respecto a las producciones ganaderas, la tónica alcista también se mantiene, alcanzando en 2023 las 43 explotaciones, lo que supone un incremento del 34% respecto al año 2022.

El vacuno de carne es el que tiene mayor número de inscritos nuevos con 21 operadores, seguida del equino.

Para conseguir estos datos, la Diputación ha destinado en los últimos 9 años cerca de 4 millones de euros en ayudas dirigidas a las explotaciones que realizan producción ecológica.

El pasado año fueron un total de 740.000 euros dirigidos a 128 solicitantes, lo que supone un 11% más que en 2022.

La responsable foral ha apostado por la agricultura ecológica y una transición hacia una agricultura más sostenible, que produzca alimentos locales y saludables, promoviendo el consumo de cercanía y reduciendo el desperdicio alimentario.