La enfermedad de Panamá: el gran reto para la banana

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El hongo Fusarium está diezmando los cultivos de bananas en Latinoamérica

La edición genética puede dotar al plátano de resistencia frente al hongo Fusarium. / GOBIERNO DE COSTA RICA

Alba Campos. Redacción. 

¿Alguna vez se han preguntado si la variedad de banana que comen hoy en día es la misma que comían sus antepasados? Desde 1960 la variedad Cavendish es la que consumimos habitualmente y representa casi la mitad de la producción mundial. Sin embargo, existió con anterioridad un plátano todavía más sabroso que el actual: el llamado Gros Michel. 

Este fue muy popular en su época y provocó la creación de enormes monocultivos dedicados a dicha variedad. A pesar del boom experimentado, un hongo rompió con su notoriedad. Se trató del Fusarium oxysporum f. sp. Cubense TR4, que produce la conocida como “enfermedad de Panamá” y afecta a las plantaciones de banano y plátano todavía hoy en día. El nombre TR4 son las siglas de Tropical Race 4, identificado por primera vez en Taiwán en 1967, pero que en la actualidad ya ha sido detectado por todo el mundo. 

Según explican desde el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), este hongo habita en el suelo donde, por regla general es inofensivo o incluso desempeña un papel beneficioso. Sin embargo, algunas cepas pueden producir enfermedades en las plantas y problemas relacionados con la creación de estructuras de resistencia que permiten que sobreviva por más de 30 años. ¿Qué significa esto? Que su manejo es ciertamente complicado. El moho que produce acaba con la bananera desde su interior, penetrando en ella a través de sus raíces, colonizando los conductos xilemáticos, que la planta utiliza para transportar la savia bruta y acaba bloqueando el aporte de nutrientes y energía. Se propaga a través de suelos y aguas contaminadas por sus esporas y no se hace evidente su presencia hasta que afecta directamente al banano, pues sus hojas de vuelven amarillas y marchitas. 

Gracias al descubrimiento del jardinero inglés Joseph Paxton en 1830 que desarrolló la variedad residual Cavendish, se evidenció que esta era inmune a las cepas más devastadoras del hongo. Por lo tanto, ahora disponemos de una variedad que permite un mejor manejo del hongo, pero con un sabor un tanto inferior al que ofrecía la variedad anterior Gros Michel. 

¿Qué está pasando?

Parecía entonces que con la nueva variedad sustituta el problema estaba controlado. Pero, por desgracia, no fue así. 

Actualmente se está observando cómo este hongo patógeno está diezmando los cultivos de plátanos en distintos países de Asia y ya ha llegado a América Central. Latinoamérica era la única región que aún se mantenía libre de este patógeno hasta hace algunos años. 

Ya en enero de 2022 el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral de Venezuela (INSAI) declaró emergencia nacional en la producción de plátano y banano por la presencia del hongo, y este año ha sido el ICA el que ha dado la voz de alarma para los departamentos ubicados en la frontera con Venezuela: La Guajira, Cesar, Norte de Santander, Boyacá, Arauca, Vichada y Guainía.  

Además, el año pasado Perú también declaró el estado de emergencia al detectar la misma enfermedad. Y en Colombia, donde se descubrió el hongo en 2019, se destruyeron cientos de hectáreas de plátanos en un intento de detener su propagación.

Que el país colombiano fuera otro de los afectados supone un alto riesgo para el resto de los países de la región LAC (con énfasis en Ecuador, Panamá y Venezuela), debido al flujo constante de personas (incluidos los turistas) y transacciones comerciales, siendo necesaria de manera imperativa una revisión de los análisis de riesgo ante este nuevo escenario.

Por ello, la industria platanera ha respondido trasladando la producción a nuevos lugares. Pero, cuando se trasladan, esto a menudo también significa talar bosques para despejar la tierra para los plataneros. Por otro lado, para los pequeños cultivadores, que pueden poseer una pequeña parcela de tierra y no tienen la posibilidad de trasladarse, el hongo puede significar la pérdida de su medio de vida.

En España, Coplaca pide a Canarias su implicación respecto a la prevención del hongo. Aunque el Fusarium todavía no ha llegado a las islas, sí que ha afectado a algunos países latinoamericanos de conexión con el archipiélago. Por esta razón, y por la cercanía de Canarias con Venezuela, desde la cooperativa consideran que las administraciones deberían aproximarse al problema y buscar medidas de prevención al respecto. 

Edición genética

Actualmente, aunque todavía no existe una buena solución, los científicos investigan en esta línea para intentar salvar los plátanos y bananos con edición genética y así dotarles de resistencia al hongo. De ese modo, ya en una plantación de Dole en América Central, un nuevo ensayo de campo probará pronto plátanos Cavendish que han sido editados genéticamente para ayudarles a sobrevivir al hongo. 

Prevenciones

Ante esta problemática que afecta a gran cantidad de cultivos de estos productos, sobre todo en zonas asiáticas y de Latinoamérica, cabe preguntarse cuáles son las medidas de prevención hasta que se encuentre una buena solución al problema. Estas pasan por eliminar o destruir los residuos del cultivo para evitar la supervivencia del hongo y posterior infección; elegir variedades de cultivos resistentes y bien adaptadas al entorno; evitar el exceso de riego y asegurar un corrector drenaje del suelo; desinfectar dicho suelo con los fungicidas adecuados; plantar con precaución, utilizando materiales de propagación y sustratos limpios; y desinfectar las herramientas, máquinas y el agua de irrigación. 

Acceso en la página 6 del dossier de Plátano/banana de Valencia Fruits. 

Acceso íntegro al ejemplar de Valencia Fruits. 

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