Marcos Román: “El exceso de regulación y legislación acelera el abandono”

Gustavo Ferrada Navidad
Deterra líder multiproducto

Entrevista al presidente del Sector de la Patata de Asociafruit, Marcos Román

Marcos Román destaca como punto positivo la apuesta de las cadenas españolas por la patata nueva por ser un producto de proximidad y máxima calidad. / vf

Julia luz. Redacción.

El incremento de costes, la climatología adversa, la sequía… son algunos de los frentes que tienen abiertos los productores de patata andaluces esta campaña, pero el presidente del Sector de la Patata de Asociafruit no duda en destacar la principal problemática: el exceso de regulación y legislación que cada vez empuja a más agricultores a abandonar sus explotaciones. Sin embargo, no todo son malas noticias, y Marcos Román destaca el creciente interés por la segunda cosecha o cultivo de contraestación y la apuesta de las principales cadenas de distribución por la patata nueva autóctona.

Valencia Fruits. Atendiendo a las cifras, ¿qué balance realiza de la pasada campaña?

Marcos Román. En general tuvimos una buena campaña de principio a fin, con la excepción de que en algún momento puntual la exportación se atascó debido a la mala climatología en Europa, pero no tardó en repuntar al final de la temporada. El mercado nacional demandó buenos volúmenes y pagó precios correctos a los agricultores. 

“Los datos en estos momentos son bastante confusos y todavía no hay una cifra oficial para este ejercicio. No obstante, algo evidente es la reducción de la superficie dedicada a la patata”

VF. Centrándonos en el ahora, ¿qué datos manejan para este ejercicio? ¿Cuáles son las perspectivas y previsiones?

MR. Los datos en estos momentos son bastante confusos y aún no hay una cifra oficial para el ejercicio. No obstante, algo evidente es la reducción de la superficie dedicada a la patata. Con el incremento del coste de prácticamente todos los insumos y el problema del agua los agricultores no tienen ningún incentivo para sembrar más volumen. 

En cuando a las previsiones, aún es pronto, pero en la zona sur ya se deja entrever un balance negativo. Las persistentes lluvias de diciembre y enero seguidas de la temporada de intenso frío y heladas han dañado mucha producción, haciendo que el inicio de la siembra no haya sido el más adecuado.

Por otro lado, es importante destacar que este cambio del clima hace que los agricultores busquen variedades de patatas que funcionen bien en entornos de sequía y que sean más susceptibles a la salinidad del agua.

VF. ¿Qué puede avanzar del cultivo de la segunda cosecha?

MR. A mi juicio, en la segunda cosecha —o también conocida como cultivo de contraestación— vamos por el buen camino. La superficie alcanzará las 2.000 hectáreas y estimamos que seguirá creciendo. De hecho, es un cultivo que antes estaba más que olvidado, pero ahora está en auge y se presenta como una alternativa muy viable a los cultivos tradicionales.

VF. La difícil situación económica se ha traducido en un incremento de costes desorbitado. Energía, materias primas, insumos… ¿Cómo está afectando al sector de la patata?

MR. La subida de costes de producción está provocando un abandono masivo de los agricultores. Y es un situación que puede llegar a ser irreversible, porque está creando un problema estructural en el primer eslabón de la cadena alimentaria. Son muchos los agricultores que no pueden ni soportar y asumir los costes y se ven obligados a desistir y retirarse, sin poder arriesgar, invertir y desarrollar su vida profesional en el campo. 

VF. ¿Este incremento se ve reflejado en el precio final del producto?

MR. La subida de costes ha sido desmesurada, con un crecimiento de hasta el 70% en algunos casos. Y no solo para los agricultores, también para el resto de eslabones de la cadena. Y además, no podemos olvidar la reducción de la producción por las adversidades climáticas… todos estos factores provocan que el resultado de la ecuación sea, irremediablemente, un aumento de los precios, tanto en origen, como en el lineal de los supermercados. 

VF. La acusada variación de temperaturas con semanas de frío intenso seguidas de un calor nada típico para la época, ¿ha infligido daños significativos en el cultivo?

MR. Que el mal tiempo pueda afectar y dañar las producciones es un riesgo que los patateros conocemos bien. Lo valoramos y lo asumimos. No obstante, es cierto que hacía más de 15 años que no teníamos heladas tan persistentes, con más de 10 días de temperaturas mínimas de hasta –4°C en Sevilla. En consecuencia, las producciones de patatas extratempranas y tempranas han sufrido severos daños e importantes mermas. 

“Respecto a la escasez de agua, no entendemos como, aun sabiendo que es un problema recurrente, no se realizan las inversiones para construir infraestructuras hídricas o tomar las medidas neacesarias para paliarlo”

VF. ¿Qué posición ocupa el problema de la escasez de agua en la lista de preocupaciones del sector? 

MR. Es otro riesgo más que conocido por los agricultores andaluces. Estamos en una zona donde cíclicamente vienen periodos secos, como el de los años 80/81, 92/93 y 2007. Pero lo que no entendemos es que, aun sabiendo que es un problema recurrente, no se realizan las inversiones para construir infraestructuras hídricas o tomar las medidas necesarias para intentar paliarlo. Medios, tecnología, conocimiento y dinero hay, de hecho, los agricultores estamos dispuestos a sufragar nuestra parte, lo que falta es voluntad y consenso político.

La sequía es, además, un problema que tenemos hoy los agricultores en el campo, pero que mañana lo tendrán las ciudades y sus ciudadanos. Es un problema actual, pero que se agravará en el futuro mientras las esferas políticas sigan usándolo como arma para ganar un puñado de votos. 

VF. ¿Cuáles son los principales mercados nacionales e internacionales para la comercialización de la patata andaluza? 

MR. Aproximadamente la mitad de la producción andaluza de patata se destina a la exportación a mercados europeos durante abril, mayo y junio. Entre nuestros principales clientes destacan Alemania, Bélgica, Países Bajos, Francia, los países escandinavos y algunos países del este de Europa. No obstante, venimos observando una decidida apuesta del mercado nacional por la patata nueva, de manera que cada vez más producción se queda en España.

VF. La importación de patata en 2022 se situó en 1 millón de toneladas, representando el 56% del total de las hortalizas compradas al exterior ese año. ¿Cómo afecta esto al sector andaluz de la patata? 

MR. Son datos sorprendentes, pero también vergonzosos. España es un país productor de patata que no es capaz de suministrar a su propio mercado y es, además, dependiente de la importación para abastecerse. 

Para revertir esta tendencia hace falta voluntad política y facilitar a los agricultores las herramientas pertinentes para que puedan invertir y modernizar sus explotaciones a largo plazo. 

VF. Francia sigue siendo un factor de competencia para la producción española, especialmente para la patata tardía. ¿Cuáles son las consecuencias en el sector nacional? 

MR. Las principales consecuencias son el abandono de explotaciones agrarias y la falta de motivación de los jóvenes para dedicarse a este negocio. No obstante, me gustaría destacar que hemos logrado que nuestro producto sea diferenciado y apreciado por los consumidores, por su cercanía y máxima calidad, independientemente de su aspecto, ya que cada vez más las cadenas españolas apuestan por nuestra patata nueva. En este sentido, no tenemos competencia con las patatas almacenadas en cámara que vienen desde nuestro país vecino.

VF. Con la entrada en vigor de la nueva PAC, ¿considera que finalmente se ha realizado un reparto equitativo en los fondos?

MR. En absoluto. Se siguen menospreciando y discriminando a los agricultores de patatas, pues se ha excluido este cultivo de los fondos de las OPFH. Hemos perdido una oportunidad única para equiparar las explotaciones de patatas a otras explotaciones y reparar el daño causado durante tantos años de una PAC donde la patata ha sido la gran olvidada. 

“El exceso de burocracia hace que muchos pequeños agricultores acudan a las organizaciones agrarias para que, previo pago, les gestionen los requerimientos legales como el SIEX o el Cuaderno de Explotación”

VF. ¿Cuál es el principal reto al que se enfrenta el sector de la patata español?

MR. Al exceso de regulación y legislación. Se está regulando por encima de nuestras posibilidades. Como consecuencia directa, son muchos los agricultores que deciden no seguir con su actividad agraria por el exceso de burocracia, sobre todo aquellos mayores de 50 años. Pero por otro lado, esto también ha provocado que muchos pequeños agricultores acudan a las organizaciones agrarias para que, previo pago, les gestionen requerimientos como el SIEX, el REA, el Cuaderno de Explotación agraria… 

VF. La patata es el tercer vegetal más consumido en el mundo y una de las fuentes más baratas y saludables de carbohidratos y vitaminas. ¿Cómo prevé el futuro del sector?

MR. Con sus propiedades y su precio, lo lógico es que en momentos de crisis suba su consumo. No obstante, la subida de costes y la burocracia son grandes obstáculos. Es necesario incentivar y fomentar el relevo generacional y facilitar a los agricultores las herramientas y ayudas necesarias para que puedan seguir adelante desarrollando su actividad.

Acceso a la entrevista a Marcos Román aquí. 

Acceso al dossier de Patatas, ajos y cebollas de Valencia Fruits aquí. 

Acceso íntegro al ejemplar de Valencia Fruits aquí. 

Acceso íntegro al último ejemplar de Valencia Fruits aquí.